?Qu¨¦ hacemos con el aeropuerto?
Los berlineses votan una iniciativa del Ayuntamiento para urbanizar el anillo que rodea las antiguas pistas de aterrizaje del m¨ªtico edificio Tempelhof
El pr¨®ximo domingo promete ser un d¨ªa cargado de noticias. M¨¢s de 500 millones de europeos tendr¨¢n un nuevo Parlamento en el que los populistas de derechas habr¨¢n avanzado posiciones. Ucrania celebrar¨¢ unas elecciones vitales para evitar la guerra civil. Ante tanto acontecimiento, una votaci¨®n local convocada al mismo tiempo pasar¨¢ inadvertida. Pero de su resultado depender¨¢ el urbanismo de una parte importante de Berl¨ªn y, en cierta medida, el modelo de ciudad por el que opta la capital alemana.
El refer¨¦ndum convocado a iniciativa popular gira en torno al parque de Tempelhof. La cuesti¨®n es si mantenerlo tal y como est¨¢ o aceptar el plan del Ayuntamiento para urbanizar la zona que rodea a la inmensa explanada que antes funcionaba como aeropuerto y en la que ahora solo hay una zona verde surcada por dos pistas de aterrizaje. Los impulsores de la iniciativa Tempelhof 100% campo argumentan que las 4.700 viviendas, las oficinas para 7.000 trabajadores, la gran biblioteca y los espacios deportivos que quiere levantar el alcalde, el socialdem¨®crata Klaus Wowereit, arruinar¨¢n el esp¨ªritu del lugar y acabar¨¢n con un pulm¨®n necesario para la ciudad.
El plan propone construir 4.700 viviendas, oficinas y una gran biblioteca
El debate puede parecer menor, pero Tempelhof no es un lugar cualquiera para los berlineses. Est¨¢ grabado a fuego en su memoria colectiva. Se trata del aeropuerto concebido en los a?os treinta por Ernst Sagebiel como muestra de lo que deb¨ªa ser la arquitectura del Tercer Reich. Y, m¨¢s importante a¨²n, es el lugar que en 1948 sirvi¨® para evitar el bloqueo de las fuerzas sovi¨¦ticas al Berl¨ªn occidental. El puente a¨¦reo uni¨® la parte capitalista de la ciudad con el resto de la Rep¨²blica Federal Alemana durante casi un a?o. Los aviones repletos de alimentos, carb¨®n y otros bienes de primera necesidad llegaron a aterrizar y a despegar cada 90 segundos. Es algo que los mayores del lugar no han olvidado.
La pol¨¦mica vuelve a Tempelhof seis a?os despu¨¦s de que cerrara su actividad como aeropuerto y las 230 hect¨¢reas a su alrededor se dedicaran a acoger a los que van all¨ª a correr, jugar al f¨²tbol, plantar alguna hortaliza, preparar barbacoas o, en resumen, hacer lo que quieran. El espacio verde no corre ning¨²n peligro y tampoco el aeropuerto semioval que Sagebiel proyect¨® con 14 torres al gusto de Hitler, edificio que est¨¢ vac¨ªo y que as¨ª seguir¨¢. Lo que est¨¢ en juego es el anillo que rodea la zona.
¡°Este lugar es un s¨ªmbolo del Berl¨ªn que ha sobrevivido y con el que los especuladores quieren acabar. Reunimos 184.000 firmas para que el Ayuntamiento pare un plan que va a costar a los contribuyentes m¨¢s de 600 millones de euros¡±, asegura la activista Margerete Heitm¨¹ller en el tiempo libre que le queda tras barrer el local donde organiza la protesta y antes de repartir octavillas a sus compa?eros.
Una visi¨®n totalmente distinta tienen los socialdem¨®cratas y democristianos que gobiernan la ciudad-estado de Berl¨ªn. ¡°Esta es una oportunidad ¨²nica que cualquier otra gran ciudad nos envidiar¨ªa. Tan solo en el ¨²ltimo a?o llegaron a Berl¨ªn 50.000 nuevos vecinos. Para esta gente necesitamos nuevos espacios donde vivir a un precio razonable. Si no podemos construir alrededor de la mayor superficie vac¨ªa de la ciudad, ?d¨®nde si no?¡±, se pregunta Raed Saleh, el l¨ªder parlamentario del SPD berlin¨¦s, posible candidato a suceder en la alcald¨ªa en 2016 a un Wowereit muy desgastado. ¡°Si hace falta construir, Berl¨ªn tiene mucho espacio vac¨ªo. No es necesario tocar una zona donde hay una obra maestra de la t¨¦cnica como el aeropuerto¡±, responde el arquitecto Peter Kretschmann.
Los defensores de Tempelhof 100% verde echan abajo la imagen de un Ayuntamiento benefactor deseoso de ayudar a las clases menos pudientes a conseguir un piso en una ciudad en la que los precios de la vivienda se han disparado en los ¨²ltimos a?os. ¡°Solo un 9% del proyecto est¨¢ pensado para pisos baratos. El resto ser¨¢n oficinas y zonas residenciales de lujo¡±, aseguran. ¡°A nuestros gobernantes nunca les gust¨® la idea de este parque. No hicieron nada en ¨¦l pensando que as¨ª la gente no ir¨ªa. Y fue justamente lo contrario. Los dos millones de personas que lo visitan al a?o buscan justamente eso, que no haya nada¡±, resume Heitm¨¹ller.
Es dif¨ªcil saber qu¨¦ va a pasar el pr¨®ximo 25 de mayo. Una encuesta del Berliner Zeitung daba hace unos meses una mayor¨ªa del 53% a los defensores del ladrillo. Pero la popularidad por los suelos de Wowereit tras el fiasco de otro aeropuerto, el que deber¨ªa llevar abierto dos a?os y medio y no hace m¨¢s que tragar dinero sin que se sepa cu¨¢ndo podr¨¢ funcionar, puede deparar alguna sorpresa.
Babelia
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