Los magn¨ªficos Assayas y Zvyagintsev
Dos pel¨ªculas extraordinarias cierran la secci¨®n oficial
En ciertos c¨ªrculos de periodistas del Festival de Cannes se hab¨ªa corrido en estos d¨ªas el rumor de que la mejor pel¨ªcula se exhibir¨ªa en la ¨²ltima jornada a concurso, es decir, ayer, y que ser¨ªa la rusa Leviathan. Llevaban raz¨®n en una cosa: el ¨²ltimo d¨ªa iba a llegar una obra extraordinaria. Pero fallaron en otra: no se trataba de una pel¨ªcula, sino de dos, porque a Leviathan se uni¨® la tambi¨¦n fant¨¢stica Sils Maria, del franc¨¦s Olivier Assayas.
?Pocas historias con tantas capas y subtextos como Sils Maria. Ambientada en el mundo del cine y el teatro, narra la preparaci¨®n de una obra sobre una joven encantadora que, previa tortuosa relaci¨®n con una mujer madura, acaba provocando el suicidio de esta. Pero la articulaci¨®n de subtramas, de una gran trascendencia y expuestas por Assayas, tambi¨¦n guionista, con una mezcla de gracia y complejidad dif¨ªcil de equilibrar, comienza por el hecho de que la int¨¦rprete de la mujer, una estrella a la que da vida Juliette Binoche, labr¨® su triunfo posterior encarnando un papel en esta misma obra 20 a?os atr¨¢s: el de la chica joven. Esa parte de la historia da pie para reflexionar sobre el paso del tiempo, la madurez, cuyo siguiente paso es la vejez, la estabilidad emocional, el ego, la fama, la necesidad de adulaci¨®n, la inseguridad art¨ªstica y hasta el amor.
Pocas historias con tantas capas y subtextos como la francesa ¡®Sils M¨¢ria¡¯
Sin embargo, no solo de eso habla Sils Maria: tambi¨¦n de los entresijos del cine dentro del cine; de las asistentes de las estrellas, mezcla de agentes, amigos, secretarias, doctoras y ni?eras; de la creaci¨®n art¨ªstica; de la influencia del paisaje y del ambiente natural, de la fuerza del terru?o, en la carga emocional de dicha creaci¨®n; de la prensa seria y de la rosa, de la persecuci¨®n de los paparazis y la falta de control de Internet; de la soledad y del ego¨ªsmo; de la falsedad y de la muerte; de las m¨¢scaras del teatro y de las m¨¢scaras de la vida. Una pel¨ªcula que es capaz de citar, textualmente, a Klaus Kinski, los X-Men, Lindsay Lohan y Baltasar Graci¨¢n tiene que ser sensacional a toda costa. Y Assayas, hijo de director y guionista, excr¨ªtico de Cahiers du cin¨¦ma, y creador de obras tan redondas como Finales de agosto, principios de septiembre y Las horas del verano, sabe de lo que habla. Un cerrado aplauso final la coloca en el amplio abanico de favoritas, sobre todo en lo relacionado con su labor de guion.
Y tres cuartos de hora despu¨¦s de la exhibici¨®n de Sils Maria, cuando a¨²n and¨¢bamos recopilando ideas e intentando analizar sus estratos dram¨¢ticos, hab¨ªa que entrar en Leviathan, del ruso Andrei Zvyagintsev, autor de las potent¨ªsimas El regreso, Le¨®n de Oro en Venecia 2003, y Elena, Premio Especial del Jurado de Una Cierta Mirada, aqu¨ª en Cannes, hace dos a?os. Escalofriante visi¨®n de la Rusia contempor¨¢nea, ahogada en vodka, corrupci¨®n y violencia, la pel¨ªcula aborda la cl¨¢sica lucha entre el h¨¦roe an¨®nimo y el (anti)sistema por no vender un trozo de tierra que ha sido hogar durante generaciones, necesario para el aprovechamiento propio y el manejo de dinero por parte de un mafioso oligarca que no es sino el alcalde del pueblo. Con la particularidad de que en realidad ese t¨ªpico luchador an¨®nimo es otro alcoh¨®lico atroz, como todos los personajes de la pel¨ªcula, y padre violento, que nada tiene de h¨¦roe, lo que acaba configurando la historia como un parad¨®jico western del Este.
¡®Leviathan¡¯ es una escalofriante visi¨®n de la Rusia contempor¨¢nea
Un trabajo imponente a base de planos casi fijos de enorme carga simb¨®lica, en el que se cita expl¨ªcitamente el mito b¨ªblico del Leviat¨¢n, asociado a la figura de Sat¨¢n (?es el alcalde, es el propio protagonista, es Rusia como poder mal¨¦fico?), y, sin citarlo, al Leviat¨¢n de Hobbes, que tambi¨¦n suele verse como una justificaci¨®n del estado absoluto, sin separaci¨®n de poderes (?otra denuncia de la Rusia actual?).
Assayas y Zvyagintsev se unen as¨ª, a falta de los premios, a los favoritos de los d¨ªas anteriores de un Festival de Cannes donde, quiz¨¢, no se haya visto esa pel¨ªcula incontestable para la Palma de Oro, pero en la que se acumulan obras de enorme importancia.
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