Ocho destellos de 'Luz de luna'
No se ve igual una serie a los 12 a?os que a los 40. Esos 28 a?os (?aghhhhhhhh!) que han pasado desde que se empez¨® a emitir en Espa?a Luz de luna (Moonlighting, en ingl¨¦s) pesan, por supuesto. Pesan en el ritmo, pesan en unas escenas un poco m¨¢s largas de lo necesario, pesan en las hombreras de la protagonista, pesan en unos di¨¢logos a veces un poco na¨ªf, pesan en los malos tan caracterizados de malos, pesan en la musiquilla de intriga que suena cuando se cometen los cr¨ªmenes... Pero a¨²n se puede ver, y disfrutar, cosa que no se puede decir de todas las series pasada su ¨¦poca.
Mi cita semanal, all¨¢ por 1986 (se estren¨® un a?o antes en Estados Unidos, y dur¨® cinco temporadas) me deparaba intriga, comedia y romance. Lo mejor, la esgrima verbal entre David Addison (un jovenc¨ªsimo Bruce Willis) y Maddie Hayes (Cybill Shepherd) y la tensi¨®n sexual entre ambos. Aqu¨ª os cuento algunas razones por las que vale la pena recordar Luz de luna:
1. La sinton¨ªa. Recon¨®celo. Desde que has le¨ªdo el t¨ªtulo de Luz de luna y has visto la foto de David y Maddie, te ha vuelto a la mente el tema del cantante de jazz Al Jarreau. Pegadiza y rom¨¢ntica, la canci¨®n lleg¨® al n¨²mero 23 en la lista Billboard Hot 100 de Estados Unidos, y fue nominada a dos grammies en 1988.
3. Maddie Hayes. Admit¨¢moslo, resultaba pija, estirada, ingenua, e incluso repipi. Vamos, que no ca¨ªa tan bien como David. Pero de eso se trataba. Esta ex top model en horas bajas que se mete a detective despu¨¦s de que su gestor la deje en la bancarrota era el contrapunto perfecto a Addison, y la raz¨®n por la que funcionaban sus enfrentamientos dial¨¦cticos. El personaje estaba escrito a la medida de Cybill Shepherd, cuya carrera, tras algunos taquillazos (La ¨²ltima pel¨ªcula, de Peter Bogdanovich, o Taxi Driver), estaba en declive.
4. La relaci¨®n entre David y Maddie. Sin duda, la raz¨®n del ¨¦xito de la serie en las primeras temporadas, y de su declive en las ¨²ltimas. Si por algo se recuerda Luz de luna desde su primer encuentro es por esas conversaciones en las que ambos afilaban sus lenguas al m¨¢ximo. Eran cl¨¢sicas las discusiones en el coche que acababan con ambos enfadados diciendo "Bueno". "Bueno". "Bien". "Bien".
Unos di¨¢logos que reflejaban la tensi¨®n sexual entre ambos, esa que nos mantuvo en vilo hasta que por fin acabaron en la cama en el cap¨ªtulo 14 de la tercera temporada, al ritmo del Be my baby de The Ronettes. El ni contigo ni sin ti, el te quiero pero te odio que viven son quiz¨¢s de los m¨¢s logrados en la peque?a pantalla. Muchos culpan del declive de la serie a este esperad¨ªsimo episodio en el que al fin sucumben al deseo, aunque los productores lo achacan m¨¢s al escaso tiempo que comparten en escena Willis y Shepherd en la cuarta temporada: el actor estaba compaginando la serie con el rodaje de Jungla de cristal, mientras que la int¨¦rprete tuvo que rodar muchas secuencias por anticipado ya que estaba embarazada de gemelos.
5. La se?orita Topisto. Una de las se?as de identidad de la agencia de detectives Luz de luna es su fiel, inocente y peculiar secretaria, Agnes DiPesto, cuyo apellido se cambi¨® en Espa?a por Topisto, supongo que por miedo a que el original sonara mal. Interpretada por Allyce Beasley, al principio se limita casi a responder el tel¨¦fono con largas y absurdas rimas y a poner el contrapunto feo y afable a la glamurosa y borde Maddie.
¡°Agencia de detectives Luz de Luna. Le ayudamos a resolver su caso, a su novio encontraremos, si necesita alg¨²n consejo con gusto se lo damos. ?Le han robado el monedero? Con el ladr¨®n daremos. Estamos en la brecha por si el asesino acecha. Somos una agencia con clase y en los precios no hay desfase¡±.
Su papel fue aumentando para expandir las tramas, y hasta se le cre¨® en la tercera temporada una correspondencia masculina, el despistado detective ayudante Herb Viola, interpretado con Curtis Armstrong, con el que termina cas¨¢ndose.
6. Sam Crawford. En este punto voy a ser muy parcial. Solo sal¨ªa durante cuatro episodios en la tercera temporada, como el novio de Maddie que sirve de acicate para que su relaci¨®n con David al fin progrese. Pero era la primera vez que ve¨ªa al ahora NCIS Mark Harmon, por aquel entonces ya un conocido actor televisivo. Y en plena adolescencia, me pareci¨® taaaaaaaaaan guapo... Que conste que no soy su ¨²nica admiradora. En Youtube he encontrado este v¨ªdeo titulado "Los momentos m¨¢s t¨®rridos de Mark Harmon en pantalla", al ritmo de la canci¨®n I?m sexy and I know it. Queda claro que la se?orita Topisto tambi¨¦n babeaba por ¨¦l.
7. Los cap¨ªtulos especiales. Otra cosa no, pero los creadores de Luz de luna sab¨ªan ser originales. De vez en cuando, regalaban a los espectadores algunas marcianadas muy divertidas, que inclu¨ªan incluso n¨²meros musicales. En el cuarto cap¨ªtulo de la segunda temporada, hab¨ªa dos largas secuencias en blanco y negro protagonizadas por Willis y Shepherd, que recreaban una historia que transcurr¨ªa en los a?os cuarenta:
Pero probablemente uno de los cap¨ªtulos m¨¢s recordados sea el de Shakespeare at¨®mico (cap¨ªtulo 7 de la temporada 3), una adaptaci¨®n muy libre de La fierecilla domada, que incluye gags y gui?os como las gafas de sol y el logo de BMW que luce el caballo de Willis.
8. La complicidad con los espectadores. Cuando vi la serie en su momento, era muy peque?a para ser consciente de esto sobre lo que llama la atenci¨®n la Wikipedia: Luz de luna fue una precursora de lo que en t¨¦rminos finos se conoce como la ruptura de la cuarta pared, esa pared ficticia que separa a los actores del p¨²blico en el teatro, o la pantalla de cristal que hay entre ellos y los telespectadores en sus casas. S¨ª recuerdo c¨®mo con frecuencia, Maddie y David hac¨ªan referencias directas a los guionistas o a la audiencia, o comenzaban el cap¨ªtulo sentados en una mesa del despacho, dirigi¨¦ndose directamente a nosotros. "Los jefes aseguran que el episodio de hoy es demasiado corto, y que los episodios tienen que ser de una hora, ni 59 minutos ni 61, sino 60 minutos y nos quedamos cortos por un minuto", confiesa Maddie en el primer cap¨ªtulo de la segunda temporada:
Eso cuando no hab¨ªa actores invitados que se sal¨ªan del papel en medio de una escena o se llamaban por sus nombres reales. El culmen de esta ruptura fue el cap¨ªtulo final, cuando Maddie y David vuelven a la oficina tras la boda de Agnes Topisto y Herbert Viola y se encuentran con que unos operarios est¨¢n desmantelando el set de rodaje, y buscan a los productores para rogarles que salven la serie.
"Me ca¨¦is muy bien, pero el p¨²blico no tiene la culpa. ?ltimamente, hasta una lecci¨®n de bot¨¢nica es m¨¢s divertida que soportaros a vosotros", les dice sin tapujos un productor sentado en una sala de proyecciones a oscuras. "La gente se enamor¨® de vosotros mientras vosotros os enamorab¨¢is. No pod¨¦is seguir enamor¨¢ndoos siempre. Tendr¨¦is que aterrizar. Interesab¨¢is al espectador porque hab¨ªa algo entre vosotros. Aunque pretendierais que no hab¨ªa nada, no pod¨ªais dejar de pensar el uno en el otro. Hasta que un d¨ªa dejasteis de atraeros". Un final m¨¢s absurdo que el de Perdidos, pero que parece digno de una serie que, efectivamente, nos atrap¨® por el amor.
?Cu¨¢les son vuestros momentos favoritos de Luz de luna?
* Recuerda m¨¢s Series de siempre
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