Por amor al arte
Mientras escribo estas l¨ªneas, el Mis¨¢ntropo de Miguel del Arco y la compa?¨ªa Kamikaze est¨¢ desbordando el Espa?ol, y en el Lliure barcelon¨¦s sucede lo mismo con funciones ¡°dif¨ªciles¡± como Informe para una academia, de Kafka, o D¨ªas felices, de Beckett, sin olvidar el zambombazo de Els fer¨¨stecs, de Goldoni/Pasqual. El cr¨¦dito, una de las comedias m¨¢s populares de Jordi Galcer¨¢n, ha llenado por igual en Barcelona y Madrid.
Y el Julio C¨¦sar de la compa?¨ªa dirigida por Paco Azor¨ªn ha hecho una gira ¡°como las de antes¡±. Pienso tambi¨¦n en el empuje de las j¨®venes compa?¨ªas del Pav¨®n y el Lliure, hermanadas en El caballero de Olmedo. Y en los ¨¦xitos internacionales de Juan Mayorga, de La vida es sue?o en Argentina, de Rigola y 2666 en la Schaub¨¹hne, de Forests en el Reino Unido, o, har¨¢ cuatro d¨ªas, la incursi¨®n londinense de Ron Lal¨¢ con su energ¨¦tico En un lugar del Quijote.
La temporada 2013-2014 ha vuelto a demostrar que el talento, la vitalidad y el entusiasmo de nuestra escena van en aumento. Es cosa probada que los c¨®micos se crecen ante las adversidades, y han sacado y siguen sacando pecho ante el IVA irresponsable, ante la asfixia de los recortes, ante la escasez de las subvenciones y ante los sueldos mis¨¦rrimos. Todo lo que nace con verdad y coraz¨®n hace diana, y ah¨ª est¨¢n los triunfos de Un trozo invisible de este mundo, de Juan Diego Botto y Peris-Mencheta, En construcci¨®n, de Carolina Rom¨¢n y Nelson Dante, o el estremecedor Llibert de Gemma Bri¨®. No son, felizmente, los ¨²nicos: la lista es larga y el espacio corto, as¨ª que mucha gente quedar¨¢ fuera en este recuento apresurado.
Esta temporada, la escena madrile?a ha visto florecer o afianzarse a autores como Jos¨¦ Padilla, Denise Despeyroux, Pablo Messiez, Carolina ?frica, Luis Ara¨²jo, Antonio Tabares o, desde luego, Alfredo Sanzol. En Catalu?a ha sucedido lo mismo con Guillem Cl¨²a, Marta Buchaca, Marc Crehuet, Pere Riera, Iv¨¢n Morales, Josep Mar¨ªa Mir¨® o Ll¨¤tzer Garc¨ªa. Las nuevas salas han multiplicado las ofertas y creado p¨²blico, y no pocos c¨®micos han multiplicado sus quehaceres para apoyarlas, como Asier Etxeandia o el t¨¢ndem B¨¢rbara Lennie y Santi Mart¨ªn. Es viv¨ªsima, en Madrid, la actividad del Lara (en hall y sala), de la Casa de la Portera (y su joven hermana, La Pensi¨®n de las Pulgas), de la Kubik, la Mirador, o el reciente y pujante Teatro del Barrio. En Barcelona siguen guerreando con fuerza la Flyhard, la Beckett, la Nau Ivanov o la cripta de la Perla 29. Para cerrar, un par de peticiones: mayor presencia de la nueva dramaturgia y los nuevos grupos en los teatros p¨²blicos y que a los c¨®micos dejen de ponerles palos en las ruedas de una pu?etera vez.
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