Millonario an¨®nimo, donativo-anuncio
A la versi¨®n espa?ola del programa se le ven demasiado las costuras
Gracias a la generaci¨®n Gran Hermano y a secuelas y versiones de realities,el espa?ol ha ido perdiendo el pudor ante la c¨¢mara, especialmente desde que intuye que su p¨¦rdida moral puede redundar en ganancia econ¨®mica. Hacer el rid¨ªculo, bien sea saltando del trampol¨ªn o ennovi¨¢ndose con una pareja friki, es el primer paso en la carrera del famoseo medi¨¢tico.
No es el caso, en principio, de Millonario an¨®nimo. En el programa que estren¨® el jueves la Sexta (8,4% de audiencia), adaptaci¨®n del estadounidense Secret Millionaire, el protagonista es un millonario que, por una semana, aparca su Ferrari ¡ªsnif snif¡ª, y se va a socorrer a los pobres de la Tierra ¡ªconcretamente, a un barrio sevillano¡ª y, rodeado de c¨¢maras, extender cheques-regalo.
El primer millonario de la serie fue Diego Su¨¢rez, propietario de una bodega que comercializa vino espumoso con polvos de oro, como se repiti¨® y se vio en varias ¡ªdemasiadas¡ª ocasiones durante el programa.
A continuaci¨®n, La Sexta emiti¨® el original norteamericano. Era lo mismo, pero diferente. Una buena explicaci¨®n de por qu¨¦ un mismo formato ¡ªel que sea¡ª puede triunfar en un pa¨ªs y fracasar en otro. La realizaci¨®n americana era ¨¢gil, sin el plano aburrido, empostado y reiterativo del millonario espa?ol con los miembros de las ONG. Pero, sobre todo, m¨¢s cre¨ªble. Quiz¨¢s el secreto residiera en los di¨¢logos, redichos y pol¨ªticamente correctos los espa?oles; m¨¢s descarados y frescos, los americanos.
El espa?ol Millonario an¨®nimo result¨® r¨ªgido y artificial, quiz¨¢s por falta de rodaje del programa y de la sociedad espa?ola. Hemos aprendido a perder el pudor, pero nos falta mejorar como actores improvisados.
A la versi¨®n espa?ola se le ven demasiado las costuras. Faltan frescura, ritmo y verdad, aunque todo sea de mentirijillas. A estas alturas del teleshow, donde casi todos somos alma de casting, es dif¨ªcil que el espectador se trague que alguien haga el bien, reeduque a una bestia con forma de ni?o (Supernanny o Hermano mayor) o pille el amor de su vida (Mujeres y hombres y viceversa) rodeado de c¨¢maras, focos y micr¨®fonos. Pese a que han pasado los a?os, no hay mejor reality para remover conciencias ¡ªlo que intenta transmitir Millonario an¨®nimo¡ª que la impronta que nos ha marcado el estilo Callejeros.
El gran fallo de los 30 minutos con el Millonario an¨®nimo es que nos aprendimos la marca de sus botellas de alcohol y nos olvidamos de las ONG que visit¨®. As¨ª pues, los 30.000 euros que regal¨® le salieron muy rentables al millonario Su¨¢rez. Esa media hora de telepromoci¨®n de su espumoso le hubieran costado por v¨ªa comercial 20 veces m¨¢s.
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