Aplicaciones con arte
Pintores, ilustradores, m¨²sicos y creadores teatrales incorporan la ¨²ltima tecnolog¨ªa a su labor creativa
Chonis' y 'kevins' son la especialidad de Aurora Rumi. El retrato de Kevin lo ha pillado de Instagram, y Rumi lo ha reinterpretado a su manera, a base de trazos finos y manchas de color. "Le mand¨¦ el resultado por mail y le gust¨®", cuenta la artista. Modelo y pintora nunca se han visto f¨ªsicamente, lo que no ha sido obst¨¢culo para que el resultado del retrato se exhiba en la Fundaci¨®n Telef¨®nica de Madrid. A pie del cuadro se explican los datos t¨¦cnicos, nada convencionales. T¨ªtulo: Kid Kevin; T¨¦cnica: Fresh Point y Sketchable. Dimensiones: 771x1.371 p¨ªxeles. La obra no se enmarca sobre lienzo o papel, sino sobre tableta.
Celia Domenech taconea al ritmo de Cajonazo, una aplicaci¨®n para iPad que maneja Miguel Reyes desde su caj¨®n de al lado, aunque podr¨ªa hacerlo desde el sof¨¢ de su casa. El cuadro flamenco Mister Yo, de David Cobo, incorpora una del medio centenar de aplicaciones que se encuentran en internet especializadas en el sonido flamenco. ¡°La clave es la latencia¡±, explica Cobo. ¡°A veces el m¨²sico va por delante del mundo digital. Primero tocas y luego suena¡±. La convocatoria del lunes de la App Date, reuniones para mostrar al p¨²blico aplicaciones de diferentes actividades, estuvo dedicada al mundo del arte y la cultura.
Los pintores Aurora Rumi y Antonio Feliz, Parsec! ,se enfrentaban por primera vez al arte digital. En el caso de Parsec! la experiencia fue m¨¢s brusca: pasar de sus murales rurales integrados en pueblos como Castrogonzalo al formato de una peque?a tableta. ¡°Al principio se me borraba todo. Apoyaba sin querer la mu?eca y me desaparec¨ªa el trabajo; luego me acostumbr¨¦ y me asombr¨® la facilidad para quitar y poner. Corregir deja de ser un problema¡±.
Parsec! expone un paisaje nevado del pueblo zamorano del que brota una figura fantasmal. El cuadro parece fotograf¨ªa, parece ¨®leo, lienzo y papel satinado. No se sabe, pero rebosa fuerza e inquietud. ¡°Me ha sorprendido la posibilidad de mezclar texturas y t¨¦cnicas,? acuarela,? ¨®leo, la foto...¡±. Y nada de gastos en pinceles. ¡°El resultado es muy similar a la pintura real¡±, concluye Rumi. ¡°Y se puede marranear todo lo que quieras¡±.
Rumi no se ve pas¨¢ndose a la obra digital m¨¢s all¨¢ de esta experiencia. ¡°A los nativos digitales s¨ª, pero mi formaci¨®n es muy acad¨¦mica¡±. No le han pesado sus 76 a?os a David Hockney para crear 147 obras sobre tabletas y tel¨¦fonos empleando los pinceles y los colores de la aplicaci¨®n Brushes.
Mientras Domenech sigue con su baile al son ¨Cen directo- de la app Cajonazo, Pedro Perles desarrolla en una tableta ilustraciones sobre el cuadro flamenco. ?l va un poco m¨¢s all¨¢ y emplea la app Zoetrope para dar movimiento a los dibujos. Asiduo al ¡°fotoch¨®¡±, como ¨¦l dice, ahora sus cuadros animados le ayudan a saltar del medio de prensa, su labor principal, a soportes webs. ¡°Las herramientas digitales me dan una flexibilidad que hasta hace poco desconoc¨ªa¡±.
Pero son las artes esc¨¦nicas, las que incorporan con mayor osad¨ªa los avances tecnol¨®gicos. Juan Pablo Mendiola explica muy bien el t¨®pico de la democratizaci¨®n de la tecnolog¨ªa. ¡°Lo que ante solo estaba a disposici¨®n de los grandes productores, porque las herramientas car¨ªsimas, ahora se ponen al alcance de cualquier persona¡±. Candidato a los premios Max de teatro por su obra Harket, Mendiola ha acudido a la App Date en busca de inform¨¢ticos que le conviertan en bits todas las ideas que le bullen en la cabeza. ¡°Al p¨²blico le da igual si hay o no hay ordenadores. El p¨²blico va a ver una historia. Si los avances tecnol¨®gicos la facilitan, la ampl¨ªan o la desarrollan, perfecto¡±.
Zas!, un actor recibe un tortazo con una tableta. Por arte de magia, su cara de susto queda grabada en la pantalla del aparato. Los ni?os se r¨ªen con el truco que Mendiola ha incorporado a la obra infantil La piel de gallina. En Harket, dos actrices se van pasando platos de un lado a otro de la mesa; ellas est¨¢n en escena, el resto de la cocina, que el p¨²blico ve, no. ¡°Los actores trabajan en el vac¨ªo¡±, cuenta Mendiola. ¡°Hay un gran trabajo previo de movimientos, porque la credibilidad de sus acciones depende de alargar la mano diez cent¨ªmetros de m¨¢s o de menos¡±. El efecto resulta impactante y, a efectos econ¨®micos, el coste de la escenograf¨ªa tambi¨¦n se rebaja.
Gracias a las aplicaciones inform¨¢ticas, creadores como Mendiola o La Fura dels Baus est¨¢n rompiendo con todos los prejuicios. En el ¨²ltimo espect¨¢culo del grupo catal¨¢n, M. U. R. S., los espectadores descargar¨¢n una apli en su smartphone con la que podr¨¢n ir cambiando el desarrollo de la obra. Para el llamado ¡°primer smartshow de la historia mundial¡±, los componentes de La Fura se fueron al Massachuset Institute of Tecnolog¨ªa (MIT) y al Ars Electronica, en Linz (Austria). Lo del Actor¡¯s Studio es pasado.
Mendiola confiesa que no empieza un proyecto teatral sin echar mano de al menos una docenas de aplicaciones, desde las m¨¢s b¨¢sicas y pr¨¢cticas, como Evernote ¨Cpara tomar notas-, o Touch OSC -para controlar con un dedo iluminaci¨®n y sonido-, a otras puramente creativas, como Tagtool, con la que se pueden pintar murales en directo, cuatro personas a la vez desde distintos puntos del mundo. ¡°Puede ser la pared de un edificio o la del mismo escenario¡±.
En el pr¨®ximo espect¨¢culo de Mendiola, la obra no empieza cuando se levanta el tel¨®n. Las historias de sus personajes empiezan en las pantallas del vest¨ªbulo y contin¨²an por YouTube despu¨¦s de que haya ca¨ªdo el tel¨®n. ¡°La cuarta pared del teatro se est¨¢ acabando¡±, concluye Mendiola. ¡°Siempre que sepamos aprovechar la tecnolog¨ªa para darle un sentido a la narrativa¡±.
Babelia
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