Aleixandre, un libro, un in¨¦dito, un homenaje y ?adi¨®s a Velintonia?
Un libro homenaje con in¨¦ditos y una velada po¨¦tica recuerdan los 30 a?os de la muerte del Nobel espa?ol en la que fuera su casa, abierta por "¨²ltima vez" antes de ponerse en venta
?Ser¨¢ la ¨²ltima vez?
En la casa silenciosa y vac¨ªa sitiada de olvido de Vicente Aleixandre se oy¨® la voz del poeta¡ palpitaron sus versos, repitieron sus poemas, ladraron sus perros Sirios, sonaron las pisadas de sus amigos, retornaron las emociones de quienes charlaron con ¨¦l, se escucharon por primera vez algunos in¨¦ditos, callaron ante esas evocaciones unas 200 personas all¨ª, en Velintonia 3, forjada as¨ª en la leyenda literaria, entrada hoy en la realidad madrile?a con el nombre calle Vicente Aleixandre 3.
Como si fuera la ¨²ltima vez.
Por una tarde-noche m¨¢s, el olvido fue desterrado de ese jard¨ªn tantas veces visitado por los poetas de la Generaci¨®n del 27 y de unos cuantos m¨¢s venidos de m¨¢s all¨¢. Ausentes y presentes, todos en el jard¨ªn, a la sombra, primero del atardecer y despu¨¦s de la noche, del cedro que el mismo Aleixandre plant¨® all¨ª en 1927 (cuando con su familia se traslad¨® a la que ser¨ªa su Casa). Pero 30 a?os despu¨¦s de su muerte, que se cumplir¨¢n el 13 de diciembre, las cosas no se aclaran sobre la venta de la vivienda. En vista de que tras dos negociacones con el Ministerio de Cultura no se ha llegado a ning¨²n acuerdo, y pasados ya cinco a?os del ¨²ltimo acercamiento, los herederos han puesto esa "Casa de la poes¨ªa" en manos de una inmobiliaria sin publicitarla, pero ya est¨¢n pensando en hacerlo.
Pero la noche fue de la amistad. Otra vez del amor. Inseparables. Siempre los quereres de Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-Madrid, 1984) y de los dem¨¢s que esta noche est¨¢n a punto de volver a este poema:
¡°Se quer¨ªan. / Sufr¨ªan por la luz, labios azules en la madrugada / labios saliendo de la noche dura, / labios partidos, sangre, ?sangre d¨®nde? / Se quer¨ªan en un lecho nav¨ªo, mitad noche mitad luz¡.¡±.
Lee as¨ª Luis Eduardo Aute el poema Se quer¨ªan en busca de una palabra de la que nacer¨¢n acordes de guitarra. Cuando asomaba ya la medianoche, en el homenaje que le rindieron al premio Nobel espa?ol una treintena de poetas, docenas de amigos y conocidos y admiradores con el pretexto de recordar los 30 a?os de su muerte y presentar el libro conmemorativo Entre dos oscuridades, un rel¨¢mpago, editado por La Revista ?urea, de Miguel Losada, con edici¨®n de Alejandro Sanz. Y convertido as¨ª en una de las novedades de la 73? Feria del Libro de Madrid que termina este domingo 15 de junio.
Son 199 p¨¢ginas que contienen textos de 25 poetas y narradores, una carta a Miguel Hern¨¢ndez donde confirman su amistad, a los que se suma una obertura con del poema in¨¦dito de Aleixandre, titulado La vida, en el cual se reproduce el facs¨ªmil de su manuscrito de tres p¨¢ginas y la transcripci¨®n. Es un poema de su primera etapa, del llamado ciclo irracionalista, que dice:
¡°No te quejes de que los hombres sufran.
No te quejes, al despertar, de que todos los hombres sufran,
de que el dolor del mundo est¨¦ en las palmas de las manos,
mientras las plumas suaves vuelan libres, lejanas.
No te quejes, amorosa existencia, del dolor de vivir¡¡±.
Todos en el jard¨ªn. Muchos convencidos de que es la ¨²ltima vez. Ahora s¨ª. La casa de quien tanto influy¨® y ha influido en la literatura. En esa despedida, todos all¨ª abrieron el libro de la vida de Vicente Aleixandre, como ¨¦l quer¨ªa y so?ando con que no se cierre.
Y as¨ª, en la casa del casi olvido, primero se oy¨® la voz grabada del poeta leyendo uno de sus poemas: ¡°?Para qui¨¦n escribo?, me preguntaba el cronista, el periodista / o simplemente el curioso¡¡±. Eran las 9 y 28 de la tarde-noche del viernes 13 de junio de 2014. Tres minutos m¨¢s tarde el poeta terminaba: ¡°Para ti, hombre sin deificaci¨®n que, sin quererlas mirar, / est¨¢s leyendo estas letras. // Para ti y todo lo que en ti vive, / yo estoy escribiendo¡±.
Ya hab¨ªa m¨¢s sombras de noche que de d¨ªa. Alejandro Sanz, presidente de la Asociaci¨®n de Amigos de Vicente Aleixandre, y uno de los organizadores del homenaje, record¨® el motivo que los hab¨ªa convocado y lament¨® que ¡°la casa sea despreciada por las instituciones p¨²blicas¡±. Al menos esa noche era ajena al olvido, llena de voces en ¡°una feliz y po¨¦tica invasi¨®n¡±. Una casa, cuenta, ¡°que lucha contra el olvido, contra la ignorancia que conducen al desprecio¡±.
Luego una decena de poetas y amigos, empezando por Pureza Canelo, seguida por otros como Vicente Molina Foix, Javier Lostal¨¦ o Fernando Delgado, leyeron parte de los textos que aportaron a Entre dos oscuridades, un rel¨¢mpago. Mientras, otros como Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald y Clara Jan¨¦s se hicieron presentes a trav¨¦s de la voz de otros. Y entre todos crearon un fresco personal, po¨¦tico y sentimental del escritor y de ese espacio donde estaban viviendo lo que escuchaban.La sobrina del Nobel y una de las herederas de la casa, Mar¨ªa Amaya Aleixandre, confirm¨® que la rueda de la venta est¨¢ en marcha.
A menos de una hora de la media noche, Luis Eduardo Aute empez¨® a cerrar la velada aleixandrina. Con el sonido hu¨¦rfano de unas cuerdas de guitarra junt¨® la historia personal y literaria de la Generaci¨®n del 27 de esa casa, la propia vida del anfitri¨®n de ausencia presente y las vueltas que da la vida hasta el ahora al interpretar un tema suyo, cuyo t¨ªtulo es prueba de la polinizaci¨®n silenciosa de los versos y palabras de Aleixandre: Giralunas. Una palabra que tal vez ¨¦l cre¨ªa suya, pero que a su vez sab¨ªa que revoloteaba en su cabeza tras haberla escuchado o le¨ªdo qui¨¦n sabe d¨®nde, hasta que la convirti¨® en canci¨®n. Y dijo que al rastrearla se la top¨® en ese poema famoso de Aleixandre Se quer¨ªan, en cuya segunda estrofa dice:
¡°Se quer¨ªan como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melanc¨®licamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso¡¡±.
Pero Aute sigui¨® escarbando en su memoria y descubri¨® que Federico Garc¨ªa Lorca tambi¨¦n la hab¨ªa usado en Apunte para una oda:
¡°Yo te he visto cortar el lim¨®n de la tarde
para te?ir tus manos dormidas de amarillo,
y en momentos de dulce m¨²sica de mi vida
te he visto en los rincones enlutada y peque?a,
pero lejana siempre, vieja y reci¨¦n nacida.
Inmensa giraluna de f¨®sforo y de plata,
pero lejana siempre, tendida, inaccesible
a la flauta que anhela clavar tu carne oscura¡±.
Y tras revolotear, ese Giralunas termin¨® en las letras y acordes de Aute que con su voz y guitarra cantaba:
¡°Hay quien sue?a con los r¨ªos / que conduzcan a EL Dorado / hay quien sue?a con las fuentes / de la eterna juventud / Hay quien sue?a con el oro / del becerro idolatrado / y quien sue?a con la alquimia / que haga del vicio virtud. // Pero yo no pretendo / fortalezas ni fortuna, / solo un sue?o so?ar¨ªa¡ / entre un mar de girasoles / buscar¨ªa un Giraluna / que velara y desvelara / cada noche la otra cara / de la luna¡ / gira, gira, Giraluna / gira, gira, gira, luna / gira, gira y m¨ªrame¡¡±
Como si todos pidieran que la Luna se girara a mirar esa casa de Velintonia amenazada de olvido. Como si fuera la ¨²ltima vez.
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