Destrozos en el idioma
Isa¨ªas Lafuente retrata en 'Y el verbo se hizo polvo' el modo en que maltratamos el espa?ol
Hace un siglo se publicaba un libro que llevaba por t¨ªtulo ?Pobre lengua! Cat¨¢logo en que se apuntan y corrigen cerca de seiscientas voces y locuciones incorrectas. No era ni mucho menos el primero de su g¨¦nero, ni fue el ¨²ltimo... La sensaci¨®n general de que se habla y escribe ¡°mal¡± tiene su correlato en los esfuerzos, a veces denodados, de quienes intentan solucionar ese estado de cosas. El periodista Isa¨ªas Lafuente lleva diez a?os haci¨¦ndolo en la radio, desde la llamada Unidad de Vigilancia Ling¨¹¨ªstica de la Cadena SER. El blanco de sus cr¨ªticas es el propio medio radiof¨®nico, del que selecciona semanalmente perlas, gazapos y meteduras de pata variadas, que ahora ha reunido (junto con muchas m¨¢s cosas) en Y el verbo se hizo polvo. El t¨ªtulo, por cierto, ya se encarga de responder a la m¨¢s cauta pregunta del subt¨ªtulo: ¡°?Estamos destrozando nuestra lengua?¡±.
Por supuesto, en el trasfondo de cualquiera que hoy escriba o hable sobre estos temas alienta el esp¨ªritu de ese gram¨¢tico e insomne ilustre que fue Fernando L¨¢zaro Carreter, quien se dedic¨® a fustigar malos usos, fundamentalmente period¨ªsticos y radiof¨®nicos, primero en art¨ªculos y luego en forma de un libro que tuvo mucho ¨¦xito: El dardo en la palabra (1997).
Lafuente, que es autor tambi¨¦n de libros sobre nuestra historia pr¨®xima, no se ha limitado a engarzar disparates y barbaridades (por citar otro libro que critica c¨®mo se habla, publicado esta vez hace 70 a?os), sino que los incluye en un contexto amplio. Comienza nada menos que por una panor¨¢mica a c¨¢mara r¨¢pida de la historia de la lengua humana, y entre otras cosas habla de los or¨ªgenes de la Real Academia, una breve historia de la publicidad, los precedentes de los tuits (que hace remontar hasta un tejedor de Tebas de hace 3000 a?os), de las abreviaturas en los SMS, los emoticonos, las reformas ortogr¨¢ficas, el lenguaje sexista¡ Incluye tambi¨¦n un breve tratado sobre c¨®mo tomar la palabra en p¨²blico y reflexiones sobre el porvenir del papel en un mundo digital. Como vemos, un recorrido vertiginoso, que a ratos resulta muy divertido, sobre todo cuando pol¨ªticos y periodistas le proporcionan un manantial inagotable de deslices, bajo la forma de confusiones de t¨¦rminos (infringir por infligir), nuevas acu?aciones (austericidio), eufemismos (cese temporal de la convivencia en vez de divorcio), verborrea pseudot¨¦cnica (soluci¨®n habitacional, por hogar), y contaminaciones fraseol¨®gicas (¡°se le ponen los pelos de gallina¡±) o de l¨¦xico (¡°magistrados que amputan delitos¡±).
Vistos con calma, los errores y barbaridades se producen a veces por ignorancia o por un prurito de complicar lo simple, pero otras porque los humanos no somos m¨¢quinas y la urgencia, la presi¨®n psicol¨®gica o, sencillamente, las muchas horas pasadas frente a un micr¨®fono pueden hacer que a uno se le cruce un cable y suelte perlas como ¡°ya se ve la zanahoria al final del t¨²nel¡±. Ojal¨¢¡
Y el verbo se hizo polvo. ?Estamos destrozando nuestra lengua? Isa¨ªas Lafuente. Espasa. Madrid. 2014. 304 p¨¢ginas. 19,90 euros (digital, 12,99)
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