Los socios de la SGAE rechazan sus cuentas para atacar a la junta directiva
La entidad registr¨® en 2013 una ca¨ªda de los ingresos de un 3,2% respecto al a?o anterior y cinco millones de p¨¦rdidas
El tiempo en la SGAE se desliza m¨¢s despacio. O, quiz¨¢s, en el organismo se esmeren en aprovechar las horas para complicarse la vida. Sea como fuere, el caso es que la principal entidad de gesti¨®n de los derechos de autor acaba de cumplir tres a?os desde el estallido de la operaci¨®n Saga, que acab¨® con su imagen y su expresidente, Eduardo Teddy Bautista,?al destapar una presunta trama de desv¨ªo de fondos. Tras aquello, la SGAE celebr¨® las elecciones de su supuesto renacimiento. Pero, desde entonces, le ha dado tiempo a cambiar de presidente otra vez, sustituir a su directora y su secretario generales, celebrar reuniones incendiarias de la junta directiva, vivir el esc¨¢ndalo de las enormes recaudaciones por los derechos de las canciones en los programas televisivos de madrugada?y escuchar decenas de acusaciones mutuas entre sus miembros. ¡°No creo que la situaci¨®n de la entidad haya sido tan anormal¡±, defend¨ªa esta tarde el director general, Enrique G¨®mez Pi?ero, nombrado justo ayer. Pero no fue un buen profeta: la entidad ha vivido hoy otra jornada de pasi¨®n y ha rechazado, en la Asamblea General Ordinaria celebrada en Madrid, las cuentas de 2013, con una p¨¦rdida de cinco millones y una ca¨ªda de los ingresos del 3,2% respecto al a?o anterior.
As¨ª, tras cinco horas de debates y ataques, la SGAE dice no a sus propias cuentas. Aunque el rechazo va m¨¢s all¨¢, seg¨²n Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, vicepresidente y a la vez opositor de la junta a la que pertenece ¡ªcosas de la SGAE¡ª. ¡°No es un no a las cuentas sino a la gesti¨®n actual. De hecho hab¨ªamos pedido un voto separado para poder aprobar el informe pero rechazar la direcci¨®n¡±, aseguraba. La votaci¨®n se sald¨® con 4.613 votos a favor (un 39,84 %), 6.562 en contra (56,68 %) y 403 abstenciones (3,48%), todo mientras en la sala se o¨ªan gritos de ¡°dimisi¨®n¡±. De paso, la Asamblea tambi¨¦n rechaz¨® la reforma de los estatutos de la SGAE. El no llevar¨¢ probablemente la entidad a reformular las cuentas y presentarlas de nuevo ante una Asamblea extraordinaria para su aprobaci¨®n. Sin embargo, cabe tambi¨¦n la posibilidad de que la junta directiva convoque nuevas elecciones, en la en¨¦sima etapa de incertidumbre de la entidad.
Varias intervenciones en la Asamblea tachan de ¡°nefasta¡± a la actual gesti¨®n
¡°No hay urgencia inmediata de nada¡±, defendi¨® el presidente de la SGAE, Jos¨¦ Luis Acosta Salmer¨®n. El responsable, que sustituy¨® a Ant¨®n Reixa al frente de la entidad a mediados de 2013, sostuvo que ¡°obviamente¡± la en¨¦sima pol¨¦mica da?a la imagen del organismo y achac¨® el rechazo de los socios sobre todo a ¡°los problemas del pasado¡± que se siguen arrastrando. Aunque el presente de la SGAE tampoco parece menos ca¨®tico. Valgan dos ejemplos de ello. Para empezar, la propia junta que dirige la entidad es una peculiar y por lo visto ingobernable mezcla de m¨²sicos, editores, directores de cine, guionistas, discogr¨¢ficas y productores. Y la Asamblea ¡ªa la que la prensa no estaba autorizada a acceder¡ª arranc¨® con una votaci¨®n sobre una votaci¨®n. Es decir, los socios pasaron por la urna para decidir si juzgar¨ªan con el mismo m¨¦todo las cuentas o se fiar¨ªan al voto electr¨®nico. ¡°Surrealista total¡±, escrib¨ªa en Twitter una de las presentes, la guionista Ana Hormaetxea. Gan¨® el voto electr¨®nico, y con ese m¨¦todo por tanto se expres¨® el rechazo.
Auditadas por la consultora Ernst&Young, las cuentas atestiguan que la SGAE ingres¨® el a?o pasado 259,7 millones de euros, un 3,2% menos que en 2012. La consultor¨ªa se?ala tambi¨¦n en el balance de la entidad unos nueve millones menos debidos a ¡°ajustes de auditor¨ªa¡±. Se trata de algo as¨ª como un legado del pasado, es decir, dinero que la SGAE ha perdido entre reclamaciones de Hacienda por impuestos mal pagados, pr¨¦stamos que se ha renunciado a cobrar y, tambi¨¦n, 1,81 millones en el apartado de ¡°indemnizaciones¡±.
Entre el encuentro de hoy y las 13 pre-asambleas que se celebraron por toda Espa?a, acudieron 691 votantes, un 3,16% del total de la entidad. Aunque los votos representados fueron 12.525 (el 12,41%): la discrepancia se explica con los votos delegados y el hecho de que cada cual disponga de un n¨²mero de votos basado en su recaudaci¨®n. Sea como fuere, la participaci¨®n fue m¨¢s baja que en 2013 ¡ª¡°muy poca¡±, seg¨²n Acosta¡ª, para una entidad que cuenta con m¨¢s de 110.000 socios, de los cuales unos 20.000 tienen derecho a votar.
El no devuelve a la mente el recuerdo del a?o pasado: a la saz¨®n el s¨ª muy ajustado que permiti¨® a la junta directiva presidida por Reixa aprobar las cuentas fue el pr¨®logo a meses de conflictos. Tanto que Reixa fue sustituido por Acosta Salmer¨®n. Aunque el rechazo de hoy coloca un punto de interrogaci¨®n sobre el destino del presidente. Sin embargo, Acosta no explic¨® si se plantea dimitir y destac¨® que se siente ¡°apoyado¡± por los socios, ya que las intervenciones fueron ¡°en contra de la junta¡± y no de ¨¦l mismo. Antes, en su discurso ante la Asamblea, hab¨ªa subrayado los ¡°muchos problemas¡± que le quedan a la entidad ¡ªentre otros, cit¨® a la red Arteria, los teatros que la SGAE fue adquiriendo en su ¨¦poca de vacas gordas y que ahora trata de vender¡ª pero se mostr¨® seguro de que ¡°se pueden resolver¡±: ¡°Ya se est¨¢n haciendo las cosas de otra manera¡±.
Sin embargo, varias intervenciones tacharon de ¡°nefasta¡± la actual gesti¨®n. En una de ellas, especialmente encendida, se compararon las cuentas con ¡°una foto en alta definici¨®n, pero de una caca de perro¡±. Lo cierto es que, tras la Asamblea, parec¨ªa extremadamente acertado el s¨ªmil que suelen emplear muchos: la SGAE, dicen, es como una reuni¨®n de una comunidad de vecinos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.