?A qu¨¦ juegan los extraterrestres?

Cuando los peque?os Pina y Tino se encuentran con ese extra?o ni?o vestido de astronauta en su jard¨ªn, apenas pueden comunicarse con ¨¦l. Pero le entienden, aunque parezca proceder de otra galaxia, reci¨¦n ca¨ªdo en la tierra con su platillo de juguete. ¡°Desarrollan un lenguaje de signos casi movido por la intuici¨®n, se comprenden porque se reconocen en el otro¡±, reflexiona Luis Mateo D¨ªez (Villablino, Le¨®n, 1942), que se ha adentrado en la literatura infantil por el sendero de la ciencia ficci¨®n y los encuentros en la tercera fase con El ni?o de plata. Lo ha hecho dentro de la colecci¨®n Mi primer... de Alfaguara, que se propone crear una biblioteca para ni?os que re¨²na a los mismos autores que la estanter¨ªa de sus padres.

D¨ªez firma el pen¨²ltimo t¨ªtulo del conjunto, coordinado desde 2010 por Arturo P¨¦rez-Reverte y que se distribuye con EL PA?S por 6,95 euros cada s¨¢bado desde el 18 de mayo. El ni?o de plata sigue a los cuentos escritos por Mario Vargas Llosa, el propio Reverte, Javier Mar¨ªas, Eduardo Mendoza, Almudena Grandes y Juan Mars¨¦. Enrique Vila-Matas es el encargado de cerrar el compendio el pr¨®ximo 6 de julio.

Desde E. T., el extraterrestre a ?Hay alguien ah¨ª?, de Jostein Gaarder, autor de El mundo de Sof¨ªa, las historias para ni?os han nutrido esa rama de la ciencia-ficci¨®n dedicada a las conexiones con seres de otro planeta. ¡°La mirada a las estrellas, pensar que hay alguien m¨¢s all¨¢, suele causar en los ni?os misterio y fascinaci¨®n. La inmensidad del espacio es de lo que m¨¢s asombro provoca en el ser humano, y ocurre tanto cuando se es adulto como cuando se es ni?o¡±, explica el autor. Una aventura de g¨¦nero adaptada al mundo de los peque?os, como la realizada por Mars¨¦ en el cuento polic¨ªaco El detective Lucas Borsalino o el mito griego transformado por Reverte en El peque?o hoplita.

La aventura da pie, adem¨¢s, a que Tino y Pina, hermanos protagonistas de El ni?o de plata, se enfrenten a lo extra?o. Un extraterrestre, en ¨²ltima instancia, es un extranjero en su sentido m¨¢s amplio. Los ni?os le acogen con una hospitalidad que parece llamada a sonrojar a xen¨®fobos y a ciertos m¨¦todos de control de fronteras. ¡°La f¨¢bula tiene un sentido sencillo y sin una grave carga moralizante, pero claro: la conexi¨®n universal con el otro¡±, concede D¨ªez. La conclusi¨®n de Tino tras el encuentro interplanetario aparece como una revelaci¨®n: ¡°Los padres y los hijos son iguales en todos los planetas¡±. Una voz tras el cuento parece recordar: ¡°Y en todos los pa¨ªses¡±.