De ¡®poverello¡¯ a ¡®riccone¡¯
La colectiva 'On the road' re¨²ne trabajos de 35 artistas en torno a la figura de san Francisco de As¨ªs

La figura de san Francisco, uno de los santos m¨¢s reinventados del catolicismo espa?ol, es objeto de una muestra en Santiago de Compostela, lugar adonde parece que lleg¨® Il Poverello d¡¯Assisi en peregrinaci¨®n hace exactamente ochocientos a?os y solo seis despu¨¦s de haber recibido la revelaci¨®n definitiva de su misi¨®n tras escuchar las palabras del Evangelio: ¡°No lleven monedero, ni bols¨®n ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos¡¡±. Su af¨¢n de reconstruir las iglesias por la v¨ªa austera y su aspecto de fraile grunge encuentran su s¨ªmbolo m¨¢s remoto en la capilla de Santa Mar¨ªa de los ?ngeles, la Porci¨²ncula (la ¡°partecita¡±), llamada as¨ª por estar situada junto a un convento benedictino mayor a los pies de As¨ªs. Desde la cuna de la orden franciscana, los monjes sal¨ªan de dos en dos, trabajaban para granjeros y auxiliaban a leprosos mientras hac¨ªan camino. Pues bien, de eso trata On the road,una colectiva financiada por el Departamento de Turismo de la Xunta para su exhibici¨®n en una ciudad donde el peregrinaje se ha convertido en un tinglado tur¨ªstico y pol¨ªtico, un gran negocio en fin, aunque no est¨¦ muy claro si el supuesto osario del patr¨®n de Espa?a se encuentra en un sepulcro de la catedral, ni tan siquiera si el m¨¢rtir Zebedeo pis¨® alguna vez el Finisterre galaico.
Es importante se?alar (Dios est¨¢ en todos los detalles) que la restauraci¨®n y adaptaci¨®n como espacio expositivo del palacio de Gelm¨ªrez, donde se exhibe la mayor parte de las obras (esta porci¨²ncula, apoyada en el costado norte de la catedral, fue residencia episcopal durante el siglo XII), ha superado hasta no sabemos cu¨¢nto el presupuesto inicial de 600.000 euros. Si a eso sumamos el coste de la realizaci¨®n, transporte, seguro de las obras (las cifras oficiales son de un mill¨®n de euros) y la producci¨®n del cat¨¢logo (Ediciones Pol¨ªgrafa), estamos ante algunos estigmas que el fundador de la orden franciscana habr¨ªa querido ocultar en las ra¨ªdas mangas de su h¨¢bito. La pregunta es: ?tiene sentido que la Administraci¨®n p¨²blica financie alegremente una muestra tan costosa en estos momentos de crisis, que lo haga a espaldas de un museo (el CGAC) o de otras instituciones fara¨®nicas (que en su d¨ªa se llevaron un pico importante del presupuesto p¨²blico) y que adem¨¢s se exhiba bajo el s¨ªmbolo o inspiraci¨®n de un santo que predicaba la privaci¨®n y el desacomodo? La respuesta es un enf¨¢tico no.

Desde luego, en el arte, la indulgencia no la conceden los supersticiosos patriarcas de la Iglesia, siempre sedienta de mitos, sino los propios artistas. Y aqu¨ª, en cambio, s¨ª se percibe que autor y trabajo son aut¨¦nticos y accesibles, a ratos ¨ªntimos o resonantes. Cuarenta y cuatro obras seleccionadas por Gl¨°ria Moure se exhiben liberadas de embalajes te¨®ricos, algunas son muy ¨®pticas y esenciales, aunque retengan el misterio de un tour de force con el material, de manera que uno no se imagina c¨®mo han sido hechas. Es el caso de la artista norteamericana Roni Horn, quien ha llevado a la iglesia de Santo Domingo de Bonaval una instalaci¨®n hecha con 10 pozos transl¨²cidos de color violeta que se asemejan a grandes vasos de agua a punto de desbordarse. En la misma nave central de este templo del siglo XIII est¨¢n los trabajos de Mario Merz (Espiral Poblenou), Nam June Paik (One candle) y Annika Kahrs (Playing to the birds). Pero el artista sobre el que parece girar toda la colectiva es Ant¨®n Lamazares. El gallego es un profundo conocedor de la figura del santo (¨¦l mismo fue seminarista franciscano); y su pintura De los harapos, ya en Gelm¨ªrez, recuerda la pr¨¦dica de la pobreza del monje y es un homenaje a la verdadera esencia del peregrino que camina y canta. El tambi¨¦n pontevedr¨¦s Jorge Barbi ha pintado de colores los nichos vac¨ªos del cementerio de Bonaval (En el final del camino).
Yves Klein firma dos monocromos, un tapiz azul y otro oro, que realiz¨® en 1956 despu¨¦s de visitar los frescos de Giotto en la bas¨ªlica de San Francisco de As¨ªs. El mismo motivo inspira a la inglesa Tacita Dean en el filme Buon fresco, filmado en 16 mil¨ªmetros, que muestra la gestualidad del gran artista florentino en las escenas de la estigmatizaci¨®n del santo. Una de las ilusiones m¨¢s convincentes de la muestra es la obra de luz y niebla del ingl¨¦s Anthony McCall, instalada en una sala a oscuras donde dos v¨ªdeos proyectan en sendas pantallas enfrentadas un cono de luz y escrituras de trazos curvos que cambian a medida que el visitante las traspasa. La obra lleva a cuestionarnos nuestros sentidos de sustancia, presencia y ausencia. En los pasillos del mismo palacio se han instalado ocho pantallas de televisi¨®n, obra del belga Francis Al?s, donde se ve c¨®mo el artista se film¨® en su estudio de M¨¦xico DF caminando 19 horas al d¨ªa durante una semana para cubrir 100 kil¨®metros, la distancia que une Ferrol con Santiago, el llamado Camino Ingl¨¦s.
Otros autores que ya forman parte del canon de la segunda mitad del XX (Joseph Beuys, Robert Smithson, Marcel Broodthaers, Christian Boltanski, Piero Manzoni, Giuseppe Penone, Antoni T¨¤pies, Alighiero Boetti, John Cage, F¨¦lix Gonz¨¢lez-Torres, Lawrence Weiner, Jannis Kounellis, Richard Long, Giovanni Anselmo, Franz West o Lothar Baumgarten) han sido llamados a peregrinar en este camino, pero sus trabajos, m¨¢s o menos sorprendentes, no consiguen aliviar la sensaci¨®n de que el arte sigue sirviendo tanto para los rotos (de San Francisco) como para los descosidos del poder.
On the Road. Varios espacios expositivos. Santiago de Compostela. Hasta el 30 de noviembre.
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