1978, represi¨®n y f¨²tbol
La nueva novela de Santiago Roncagliolo regresa al g¨¦nero negro con el fiscal Chacaltana
Quien haya le¨ªdo Abril rojo, la novela con la que Roncagliolo (Lima, 1975) obtuvo el Premio Alfaguara en 2005, habr¨¢ seguido las peripecias indagatorias del fiscal distrital adjunto F¨¦lix Chacaltana Sald¨ªvar. Este solemne tratamiento del funcionario Chacaltana formaba parte de su barroco perfil, de su manera de relacionarse con sus superiores y, sobre todo, de su reverencial respeto a las instituciones del Estado y de su exigencia de cumplimiento de las leyes en sim¨¦trico porcentaje de deberes y derechos. Definido as¨ª el personaje, parec¨ªa que se deb¨ªa m¨¢s a un af¨¢n de parodia que de registro realista de un prototipo novelesco. Lo cierto es que no era ni una cosa ni la otra. Roncagliolo dibujaba, con sorprendente eficacia y poder de persuasi¨®n, un protagonista sobre el que giraba toda la narraci¨®n y trama, y sobre el cual, adem¨¢s, depend¨ªa toda su verosimilitud literaria.
En esa novela no faltaban el auxilio paradigm¨¢tico del mejor Raymond Chandler y las incursiones en el g¨¦nero policiaco de Mario Vargas Llosa (me refiero a Qui¨¦n mat¨® a Palomino Molero, 1988, y Lituma en los Andes, 1993). Y no solo ello, la construcci¨®n del fiscal adjunto Chacaltana llevaba un valor a?adido, una mezcla lograd¨ªsima de algunos personajes de Eduardo Mendoza y esos funcionarios entra?ables que sal¨ªan de la imaginaci¨®n del gran escritor ruso G¨®gol. Ahora retorna la figura del fiscal en La pena m¨¢xima.
El asistente de archivo se ve
Roncagliolo nos lleva hasta unos a?os antes de lo que se narraba en Abril rojo. En La pena m¨¢xima estamos en 1978, v¨ªsperas de elecciones en Per¨². Nuestro h¨¦roe tiene 20 a?os menos que en la primera novela. Y la categor¨ªa de su empleo en la fiscal¨ªa es la de "asistente de archivo". Roncagliolo vuelve a la trama policiaca, aunque sin polic¨ªas, ni detectives. Estar en 1978 es estar en el mundial de f¨²tbol que se jug¨® en Argentina, en plena dictadura de la Junta Militar. El asistente de archivo se ve inmerso en una pavorosa intriga de espionaje y contraespionaje, al socaire de la siniestra Operaci¨®n C¨®ndor ¡ªacuerdo de pa¨ªses latinoamericanos del Cono Sur para eliminar las guerrillas urbanas¡ª. Chacaltana, que tambi¨¦n debe v¨¦rselas con una madre invasiva y un noviazgo indeciso, se encuentra por casualidad metido en un embrollo de terrorismo de Estado a caballo entre Per¨² y Argentina, con rapto de hijos de guerrilleras asesinadas, ajustes de cuentas, venganzas hist¨®ricas. Sin faltar a la cita, dicho sea de paso, los recuerdos de la guerra civil espa?ola, incluido un peque?o homenaje a Soldados de Salamina. (Por cierto, aqu¨ª incurre en un error hist¨®rico: no es verdad que la Legi¨®n C¨®ndor bombardease Barcelona. Lo hizo la aviaci¨®n italiana, que ten¨ªa absoluta autonom¨ªa en sus asesinatos masivos sobre Catalu?a).
Me ha gustado mucho esta novela. Me ha gustado el trazo humano del asistente de archivo, metido en un asunto demasiado grande y peligroso para su sentido del orden y la justicia. Chacaltana no es un hombre valiente por definici¨®n, pero rechaza la cobard¨ªa ¨¦tica y por ello su vida, no pocas veces, corre serio peligro. Los di¨¢logos no tienen desperdicio, llenos de un humor bals¨¢mico en medio de tantas estampas infernales. Sin embargo, la visita de nuestro probo funcionario a la terror¨ªfica ESMA en Buenos Aires no resulta nada humor¨ªstica ni ir¨®nica, como corresponde, si se describe un infierno. Y el t¨ªtulo de la novela tiene la suficiente ambig¨¹edad como para hablar sobre sus significados. Uno hace referencia al f¨²tbol, dado que el tiempo de la novela es el mismo que ocupa el mundial de f¨²tbol de 1978, incluidos los relatos de los partidos de su fase final. Y el otro, el esencial, hace menci¨®n al sentido de la novela: de todas las penas posibles, la que vive nuestro Chacaltana es la m¨¢s profunda de todas. La pena m¨¢xima que se pueda sufrir.
La pena m¨¢xima. Santiago Roncagliolo. Alfaguara. Madrid, 2014. 392 p¨¢ginas. 18,50 euros
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