Las sugerencias de los cr¨ªticos
Algunos colaboradores de 'Babelia' se?alan el libro que llevan en la maleta y el que recomiendan
Una novela escrita a cuatro manos por dos examantes o las memorias de un intelectual en la jungla de la pol¨ªtica son algunas de las propuestas estivales de algunos cr¨ªticos de Babelia, que han respondido a estas dos preguntas:
1. ?Qu¨¦ libro lleva en la maleta?
2. ?Qu¨¦ libro ya le¨ªdo recomienda al lector?
MARCOS ORD??EZ
1. Llevar¨¦ en la maleta el suculento reportaje (casi mil p¨¢ginas) Aquellos a?os del boom (RBA) de Xavi Ay¨¦n, que ya he comenzado a leer y me tiene atrapado. Un acercamiento caleidosc¨®pico a los maestros de la novel¨ªstica latinoamericana, a las ciudades doblemente capitales del grupo (Barcelona, Par¨ªs, M¨¦xico, Buenos Aires) y a una ¨¦poca en la que la literatura era una pasi¨®n compartida por autores, lectores y editores.
2. Recomiendo el magistral, elegante, emotivo y terrible Todo lo que hay (Salamandra) de James Salter, al que volv¨ªa cada noche como quien vuelve a casa. A los 89 a?os, Salter ofrece un destilado de su enorme talento: ha ganado ligereza sin perder precisi¨®n ni profundidad, y su escritura, con ecos de Hemingway y Fitzgerald, avanza como un r¨ªo calmo y denso.
LEILA GUERRIERO
1. Grifo, de Charles Baxter (RBA), que, desde El fest¨ªn, del amor, se transform¨® en uno de esos autores de quienes quiero leerlo todo. Mi perdici¨®n, de Alfred Hayes (La bestia equil¨¢tera), porque hay que leer todo lo que La bestia equil¨¢tera publica, y m¨¢s a¨²n si lleva la firma de Alfred Hayes. YQuemar los d¨ªas, de James Salter (Salamandra), y Ararat, de Louise Gl¨¹ck (Pre-Textos), para releer siempre, una y otra vez, y recordar c¨®mo es que se hacen las cosas.
2. Canad¨¢, de Richard Ford (Anagrama) por sus maravillosas, deslumbrantes, absolutamente perfectas primeras 257 p¨¢ginas. Cr¨®nicas de Nueva York, de Maeve Brennan (Alfabia), un libro de no ficci¨®n elegante, desaforadamente triste, que produce euforia y malestar en partes iguales.
JORDI GRACIA
1. Acabo de coger el Diario de un desesperado, de Friederick Reck, en Min¨²scula, pero s¨®lo porque no me cabe en la maleta una relectura ya muy aplazada para este verano y que me espera en un pueblo de Gerona: la caja con En busca del tiempo perdido, de Proust. Y no se me ocurre ninguna raz¨®n para cambiar de plan.
2. Los Poemes de Joan Vinyoli que seleccion¨® y pr¨®logo Joan Margarit en Proa son espl¨¦ndidos, pero no deben leerse de corrido. Para eso, y por pura conexi¨®n hist¨®rica, s¨ª puede valer una amen¨ªsima cala en el a?o 1913. Un a?o de hace cien a?os (Salamandra) de la mano del periodista Florian Illies: casi un Who is who trepidante que va de Freud a Kafka pasando por Loos.
ANA RODR?GUEZ FISCHER
1. De Catalu?a y Espa?a, de Adolfo Sotelo (Universidad de Barcelona). Se trata de un excelente estudio que ilumina las relaciones culturales entre los escritores e intelectuales espa?oles y catalanes desde 1868 en adelante, proporcionando claves y argumentos muy necesarios para entender el presente.
2. El invitado amargo, de Vicente Molina Foix y Luis Cremades (Anagrama). Reconstrucci¨®n epistolar de una relaci¨®n amorosa truncada, al cabo de treinta a?os. Escritura excelente, amenidad, profundidad psicol¨®gica, cr¨®nica intrahist¨®rica... sustentan este inolvidable libro.
FRANCISCO SOLANO
1. Los ensayos (seg¨²n la edici¨®n de 1595 de Marie de Gournay). Michel de Montaigne. Edici¨®n y traducci¨®n de J. Bayod Brau. Acantilado. Un libro que he frecuentado mucho, con fervor discontinuo, y sin embargo no estoy seguro que haberlo le¨ªdo entero. Con la expansi¨®n del verano aparece el empe?o de leerlo de cabo a rabo. Pero asociar el est¨ªo con el cumplimiento de tareas pendientes, ?no sugiere, por alg¨²n lado, un ocio laboral?
2. Una novela vienesa. David Vogel. Traducci¨®n de Gerardo Lewin. Min¨²scula. La vida de David Vogel, que muri¨® en Auschwitz, estuvo marcada por el terror de la historia, por estar siempre en el lugar equivocado. Esta novela fue encontrada en 2010. Se dir¨ªa justicia po¨¦tica. Narra las complicaciones de la juventud del autor entre la pasi¨®n de una mujer madura y el amor de una muchacha. En Viena, claro, cuando a¨²n todo era posible, antes de la desgracia de la Gran Guerra.
RAQUEL GARZ?N
1. Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes. Lo he rele¨ªdo, lo he regalado, lo he subrayado como los ni?os que le ponen nombre a su juguete favorito. Compa?ero de viajes ideal, se puede jugar a abrirlo al azar en cualquier p¨¢gina y dejar que diga esas cosas que s¨®lo compartir¨ªas con una copa en la mano. Hago trampa: no es un libro sino una biblioteca de la intensidad.
2. Relatos reunidos, de Marcelo Cohen (Alfaguara). Todo amante de la gran literatura, esa que nutre parejamente en belleza, inteligencia y desolaci¨®n, merece conocer o volver a disfrutar las realidades paralelas, aunque extra?amente familiares, que propone este estupendo narrador argentino, fuera o dentro del Delta Panor¨¢mico, un archipi¨¦lago inestable que debemos a su imaginaci¨®n.
CARLOS ZAN?N
1. El ¨²ltimo tramo, de Patrick Leigh Fermor (RBA). Durante el resto del a?o leo muchos libros a la vez, por lo general novedades y en ocasiones, a contrarreloj. En vacaciones elijo un libro especial y solo me dedico a ¨¦se. Con El ¨²ltimo tramo, el manjar tiene pinta de excelente. Cierra trilog¨ªa e incluye diario in¨¦dito del autor en el que narra las semanas que pas¨® en el Monte Athos.
2. Mujeres, de John Updike (Tusquets). No es de las mejores novelas pero es Updike. Devoro cualquier cosa de John Updike. Me recuerda porque me gusta leer y qu¨¦ se puede conseguir escribiendo como escrib¨ªa John Updike. Uno de mis sue?os que nunca podr¨¦ cumplir: balbucear thanks, thanks, thanks delante suyo, en una cafeter¨ªa de Beverly Farms.
ESTRELLA DE DIEGO
1. Para este verano tengo reservada Con esta lluvia de Annemarie Schwarzenbach, publicada en Min¨²scula en 2011. Es una autora que siempre me interesa en sus novela que no son novelas, as¨ª que me las prometo muy felices.
2. Me lo recomendaron en la librer¨ªa Tipos infames, que es una de mis favoritas pues se parece a pasear por la biblioteca de casa: siempre hay libros que gustan. Es el libro de Teju Cole Ciudad abierta, publicado por Acantilado en 2012. Se trata de una novela con un ritmo especial¨ªsimo donde se cuenta la historia de Julius, un joven psiquiatra nigeriano que se mueve por una ciudad de Nueva York familiar y extra?a, llena de ciertos fantasmas de lo que fue y lo que ser¨¢. El libro est¨¢ lleno de citas cultas ¨Cm¨²sica, literatura-, pero nunca tiene ni un atisbo de pedanter¨ªa. Es un paseo prodigioso por Nueva York y por eso quiz¨¢s me ha fascinado, porque habla de todos esos lugares de la ciudad cuando Tower Record a¨²n exist¨ªa. Se parece a las lecturas de la infancia, las que no puedes parar de leer.
MARTA REB?N
1. Hasta aqu¨ª. Wislawa Szymborska. Bartleby Editores. Entre mis lecturas del verano est¨¢ el poemario p¨®stumo de la poeta polaca. Este libro, adem¨¢s de traernos los ¨²ltimos versos de la Premio Nobel, incluye una entrevista a sus dos principales traductores al espa?ol: Abel Murcia y Gerardo Beltr¨¢n. Escritora que seduce por sus notables dotes para fusionar la iron¨ªa y la ligereza, supo hablar sin altisonancias de ideas sencillas en apariencia pero siempre esenciales, privilegiando el sentido del humor al revestimiento de pompa.
2. Un viaje a la India. Gon?alo M. Tavares. Seix Barral.? Rocambolesca y metaf¨ªsica epopeya de nuestros tiempos, escrita en versos libres y estructurada en veinte cantos, narra la traves¨ªa que emprende el protagonista, Bloom, a trav¨¦s de Europa (Londres, Par¨ªs, Viena¡), huyendo de un pasado criminal en Lisboa y con destino a la India, en pos de la sabidur¨ªa. Actualizaci¨®n de un g¨¦nero abandonado, la epopeya, es una obra trepidante que este genio vers¨¢til de las letras portuguesas resuelve con autoridad.
JOS? ANTONIO MILL?N
1. Los hijos de Noboddady. Arno Schmidt. Debolsillo. ?Qu¨¦ placer releer tres de las mejores novela de Schmidt en un solo volumen!
?2. El grafiti de firma. Un recorrido hist¨®rico-social por el grafiti de ayer y hoy. Fernando Figueroa Saavedra. Minobitia, Madrid, 2014. El uso de las paredes para dejar testimonio o crear arte, con ejemplos locales e internacionales.
DIEGO A. MANRIQUE
1. Me est¨¢ esperando Arte salvaje: una biograf¨ªa de Jim Thompson (Es Pop Ediciones), de Robert Polito. Existe alguna otra biograf¨ªa de Thompson, el m¨¢s desdichado de los autores cl¨¢sicos del noir, pero esta luce exhaustiva. Contiene todo lo que uno puede desear como libro de larga compa?¨ªa: revelaciones sobre mundos oscuros, erudici¨®n obsesiva y fragmentos extensos de las novelas originales, en busca de paralelismos entre vida y obra. Tambi¨¦n se agradece su volumen: son m¨¢s de 600 p¨¢ginas; uno quiere que sea su particular Everest para 2014.
2. Esa rareza: una biograf¨ªa pol¨ªtica conmovedora. En Fuego y cenizas (Taurus), el intelectual Michael Ignatieff narra su aventura pol¨ªtica, como l¨ªder del Partido Liberal canadiense. Desde el principio, menciona su deuda con Vargas Llosa, V¨¢clav Havel y Carlos Fuentes, con lo que imaginamos que hay posibilidades de aquello no acabe bien. Efectivamente, incluso en un pa¨ªs tan civilizado como Canad¨¢ han aprendido las artes negras de sus vecinos, los republicanos estadounidenses, e Ignatieff es derrotado; mejor dicho: es humillado. Se consuela convenci¨¦ndose de que ha aprendido m¨¢s de lo que necesitaba saber sobre la pol¨ªtica real y nosotros nos alegramos de conocer a un hombre decente, m¨¢s all¨¢ de ideolog¨ªas.
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