¡®Bongo¡¯, de Cristina de Middel

Cristina de Middel (Alicante, 1975) no puede permitirse comprar su propio libro. Poco pod¨ªa sospechar la fot¨®grafa que, dos a?os despu¨¦s de que autoeditara Afronautas, el t¨ªtulo llegar¨ªa a alcanzar los 1.400 euros en la reventa en Amazon. Era una de sus primeras incursiones en territorios m¨¢s all¨¢ del fotoperiodismo, campo en el que ha realizado proyectos tan personales como I love Benidorm, una postal sui generis?sobre la ciudad levantina. Lo que comenz¨® siendo ¡°una locura¡± termin¨® convirti¨¦ndose en uno de los proyectos m¨¢s sonados de 2012. El trabajo fue finalista del galard¨®n Deutsche B?rse de 2013, que premia los trabajos ¡°que m¨¢s han contribuido al medio¡±, y se llev¨® ese mismo a?o el Infinity Award, entregado por el Centro Internacional de Fotograf¨ªa, a la mejor publicaci¨®n.

Bongo es la imagen elegida por la artista para retratar su obra en la serie La foto de mi vida. Esa era la pieza que pon¨ªa fin a Afronautas, su tarjeta de presentaci¨®n el mundo de la fotograf¨ªa. El trabajo era una recreaci¨®n lib¨¦rrima del programa espacial desarrollado por Zambia en los sesenta, improbable pero real, que aspiraba a enviar a una docena de hombres y diez gatos a la Luna. Aunque la fotograf¨ªa elegida fue tomada a?os antes de comenzar a trabajar en la serie, en 2009 en Monument Valley, Estados Unidos, ¡°donde est¨¢n las monta?as que salen en los anuncios de Marlboro¡±. ¡°Un animal me pas¨® muy cerca; era un coyote, que volv¨ªa al parking para coger la basura que hab¨ªan ido dejando los turistas. Hice tres fotos y una sali¨®¡±. Esa imagen, entre el misticismo y el vertedero, pon¨ªa punto final al relato del sue?o africano por llegar al espacio.

Antes de Afronautas, la serie Poly-spam hab¨ªa servido de ¡°calentamiento¡± en esta forma de columpiarse entre verdad y mentira. La fot¨®grafa recreaba las historias, a todas luces falsas, contenidas en las estafas de phishingpor Internet. Los caminos de la artista (alejados desde entonces del fotoperiodismo, al que solo vuelve si le llaman para dar su ¡°visi¨®n personal sobre un tema¡±) han continuado discurriendo entre la realidad y la ficci¨®n. De Middel acaba de publicar Party (expuesto en la New Gallery de Madrid hasta el 19 de julio), una intervenci¨®n sobre el Libro Rojo de Mao desde el punto de vista de la actual sociedad china. En septiembre saldr¨¢ a la luz un nuevo trabajo en el que utiliza material sobre una expedici¨®n al Polo Norte en 1911 que, ante la imposibilidad de llegar a su destino, fingi¨® hacerlo en una playa de Islandia. Despu¨¦s, en este fren¨¦tico pluriempleo, llegar¨¢ una versi¨®n de la novela Mi vida en la maleza de los fantasmas, de Amos Tutuola, en Makoko, una barriada de Lagos, Nigeria. ¡°Ah¨ª donde los fotoperiodistas van a tomar im¨¢genes bonitas de los ni?os pobres¡±, dice De Middel con sorna. Los peri¨®dicos, cuanto m¨¢s lejos, mejor. ¡°Lo que hago ahora es m¨¢s divertido, y m¨¢s cercano a lo que soy. Somos varios los que estamos volviendo a lo m¨¢gico, lo sobrenatural. Porque lo natural ya no hay por d¨®nde pillarlo¡±.