?Esto no es todo, amigos!
Una exposici¨®n en Nueva York explora el trabajo de Chuck Jones, el padre del Coyote y Correcaminos
Un animador es un actor con un l¨¢piz. Un actor que debe conocer a su personaje a la perfecci¨®n si quiere conseguir una buena interpretaci¨®n. Debe conocer su anatom¨ªa (sea humana o animal), sus movimientos y gestos (c¨®mo corre, salta, baila, duerme o se enfada), debe saber cu¨¢les son sus puntos d¨¦biles, sus gustos. Si es necesario, habr¨¢ que marcar reglas para no perder nunca de vista el fin de una buena pel¨ªcula de animaci¨®n: personajes cre¨ªbles que en realidad son incre¨ªbles.
Chuck Jones, uno de los grandes animadores de la historia, padre de Bugs Bunny, del Pato Lucas y de Pepe Le Pew, cre¨ªa fielmente en todo esto. ?l era un actor y un director armado con un l¨¢piz. De hecho, ¨¦l fue quien ide¨® estas normas no escritas, al tiempo que s¨ª escrib¨ªa las que deb¨ªan seguir sus hijos m¨¢s queridos, el Coyote y el Correcaminos ¡ªlos ¨²nicos que cre¨® ¨¦l solo, con su l¨¢piz¡ª, para conservar la coherencia dentro del surrealismo que viv¨ªan en sus eternas persecuciones. ¡°Nunca habr¨¢ di¨¢logo, excepto ¡®Beep, beep!¡± era la primera regla de las nueve que redact¨® y que est¨¢n colgadas, desde el pasado s¨¢bado, en las paredes del Museum of the Moving Image (Museo de la Imagen en Movimiento) de Queens (Nueva York) que celebra su trabajo y legado en la exposici¨®n What¡¯s up, Doc? The animation art of Chuck Jones (?Qu¨¦ hay de nuevo, viejo? El arte animado de Chuck Jones).
¡°Los directores de animaci¨®n actuales realizan su trabajo con ordenadores antes que con l¨¢pices, pero la capacidad de Jones para contar una historia a trav¨¦s de personajes identificables a¨²n es un elemento fundamental del arte de la animaci¨®n¡±, explica Barbara Miller, una de las comisarias de la exposici¨®n que viajar¨¢ a partir de enero a otros 13 museos estadounidenses (a¨²n no hay confirmados centros en otros pa¨ªses).
A trav¨¦s de 136 bocetos originales y dibujos, storyboards, hojas de producci¨®n, fotograf¨ªas y algunas de sus pel¨ªculas y cortos m¨¢s famosos, la exposici¨®n que ha tomado como t¨ªtulo la famosa frase que Bugs Bunny le dec¨ªa a su enemigo Elmer profundiza en su proceso creativo y sus influencias, que iban de Edgar Degas a Mark Twain, el arte japon¨¦s y abstracto o los genios del cine mudo y de la comedia, como Chaplin, Buster Keaton y Groucho Marx. ¡°?l dec¨ªa que deb¨ªas ser capaz de quitarle el sonido al dibujo y, aun as¨ª, entender qu¨¦ estaba pasando¡±, explica Miller. De ah¨ª la importancia que le daba al estudio del movimiento, los gestos y la anatom¨ªa del personaje. Bugs Bunny, por ejemplo, se mov¨ªa como las bailarinas de Degas y com¨ªa tantas zanahorias como puros fumaba Groucho. El humor del Coyote y del Correcaminos que cre¨® por primera vez para el corto Fast and furry-ous (1949), sin intenci¨®n de que tuvieran continuidad, beb¨ªa directamente del tempo c¨®mico de Keaton.
Chuck Jones entr¨® a trabajar en Warner Bros en 1932. En 1938 dirigi¨® su primer corto, The night watchman, y en 1941, tras la salida de Ted Avery, que hab¨ªa creado a Bugs Bunny, se convirti¨® en uno de los directores del departamento de animaci¨®n hasta su cierre en 1962. Hered¨® al conejo m¨¢s irreverente de la televisi¨®n y el cine al frente de la serie Looney Tunes y le convirti¨® a ¨¦l y a aquella familia de lun¨¢ticos animales con personalidades tan marcadas como el quejoso Pato Lucas en estrellas. ¡°Un ni?o me dijo una vez: ¡®T¨² no dibujas a Bugs Bunny, t¨² dibujas los dibujos de Bugs Bunny¡¯. Es una observaci¨®n muy profunda porque significa que ¨¦l piensa que los personajes est¨¢n vivos, que, seg¨²n mi opini¨®n, es verdad¡±, le encantaba contar a Jones, que muri¨® en 2002 con 89 a?os y casi 70 dedicados a la animaci¨®n, en los que dirigi¨® cortos considerados hoy obras maestras, como Duck Amuck, en el que usaba al Pato Lucas para reflexionar sobre el laborioso trabajo del animador; o What¡¯s opera, Doc?, una parodia de las ¨®peras de Wagner y, un poco tambi¨¦n, de Fantas¨ªa de Disney. Ambas se proyectan en la exposici¨®n, comentadas por uno de sus m¨¢s en¨¦rgicos seguidores, John Lasseter.
¡°Chuck Jones es una influencia para animadores, directores y c¨®micos¡±, dice Miller. Pixar y su jefe de camisas floreadas, Lasseter, ser¨ªan, en ese sentido, sus mejores alumnos. ¡°Su esp¨ªritu est¨¢ en cada una de nuestras pel¨ªculas¡±, ha dicho Lasseter y su frase est¨¢ en una de las paredes de la exposici¨®n. De ¨¦l han aprendido que la historia est¨¢ por encima de los dibujos, porque con algo tan sencillo como un punto y una l¨ªnea se pueden transmitir m¨¢s emociones que con los mu?ecos m¨¢s complejos. The dot and the line: a romance in lower mathematics (El punto y la l¨ªnea: un romance en matem¨¢ticas b¨¢sicas) es, de hecho, posiblemente el corto de Chuck Jones favorito para el director creativo de Pixar. Tambi¨¦n proyectado y estudiado en la exposici¨®n. El ¨²nico con el que gan¨® el Oscar (adem¨¢s del honor¨ªfico), estrenando su larga, pero menos conocida etapa fuera de un gran estudio y el que mejor resum¨ªa su filosof¨ªa profesional: ¡°Busco personajes que no pueden existir en?imagen real. De eso va la animaci¨®n¡¡±.
Babelia
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