Zorba el griego vuelve a bailar
El Teatro San Carlo de N¨¢poles presenta el ballet de Lorca Massine El espect¨¢culo es una nueva y fiel reconstrucci¨®n de la obra original
Como plato fuerte de la danza en la primera edici¨®n del San Carlo Opera Festival ha subido a escena (y volver¨¢ a verse hasta el 1 de agosto) el ballet Zorba el griego, que creara Lorca Massine en la Arena de Verona en 1988 para el m¨ªtico bailar¨ªn ruso Vladimir Vassiliev con la m¨²sica de Mikis Thedorakis. En ocasiones, el propio Theodorakis llev¨® la batuta, como en aquellas funciones hist¨®ricas en las termas romanas de Caracalla o en el Luna Park de Buenos Aires.
Calificado por Massine como su ¡°himno a la vida¡±, la obra cor¨¦utica permanece viva, con toda su fuerza y su human¨ªstica, su poes¨ªa y su ideario donde el coro (el pueblo), es el verdadero protagonista de una met¨¢fora llena de aliento, en un preciso dibujo de personajes y desarrollo de la acci¨®n dram¨¢tica que cala profundamente en todos los p¨²blicos.
El origen tanto de la pel¨ªcula (1963) como del musical (1968) y finalmente del ballet est¨¢ en la novela de Nikos Kazantzakis publicada en 1946 bajo el t¨ªtulo Vida y aventuras de Alexis Zorbas, que enseguida fue cambiado por el gen¨¦rico que lo ha hecho un cl¨¢sico moderno. La frase pronunciada por Anthony Quinn en la cinta de Michael Cacoyannis, ¡°Tambi¨¦n el desastre puede ser bell¨ªsimo¡±, se alza como el exergo de un ballet que se aleja de las modas y reclama de sus int¨¦rpretes una entrega profunda y honesta. En esta cuidada reposici¨®n a petici¨®n del ente l¨ªrico napolitano para celebrar el cuarto de siglo de la obra coreogr¨¢fica, Lorca Massine ha trabajado con el renovado cuerpo de baile, j¨®venes solistas y con un invitado de excepci¨®n: el bailar¨ªn chileno Rodrigo Guzm¨¢n, que ya encarnara el papel de Zorba en Santiago de Chile en 2013 y que le vali¨® la nominaci¨®n a estrella de la compa?¨ªa titular de ese pa¨ªs.
Lorca Massine (que se llama as¨ª por una decisi¨®n de su padre, el core¨®grafo ruso Leonidas Massine, en homenaje a la devota amistad que lo uni¨® a Federico Garc¨ªa Lorca durante la visita de los Ballets Rusos de Diaghilev a Espa?a) se muestra satisfecho de que sea precisamente en N¨¢poles donde se est¨¦ revisitando su creaci¨®n m¨¢s famosa, a pocos kil¨®metros de la isla Le Galli (que fue de su padre, despu¨¦s suya y que finalmente vendi¨® a Nureyev): ¡°Dej¨¦ la isla pero encontr¨¦ a Zorba. La vida me dict¨® ese cambio, Zorba es mi isla espiritual. El d¨ªa que abandon¨¦ la isla cambi¨® mi vida. Hice Zorba el griego all¨ª, en el estudio instalado por mi padre en la torre sarracena; llegu¨¦ a componer nueve horas de coreograf¨ªa y luego seleccion¨¦ lo que se ve en esos dos actos, pues esa obra cabalgaba en mi cabeza sin descanso. No es un ballet, es una realizaci¨®n filos¨®fica sobre la vida y el valor moral de la existencia; lo conceb¨ª como la vida surgente del hombre: Zorba sigue adelante¡ ?jam¨¢s se para!¡±. Esto lo dice Lorca en su castellano fluido. ¡°En casa, de ni?o, eran lectura obligada Tirso y Federico Garc¨ªa Lorca. Pap¨¢ nos hac¨ªa aprendernos poemas enteros de memoria¡ en cierto sentido me siento un gitano del arte coreogr¨¢fico. Llevo a Espa?a siempre dentro¡±.
Es una buena ocasi¨®n para plantear el debate que existe no s¨®lo en los entes l¨ªricos europeos, sino en el mundo global contempor¨¢neo de los teatros con posibles: ?qu¨¦ establece una obra como elemento de repertorio? No siempre conculcan los mismos supuestos y el asunto se hace el¨¢stico desde el gusto personal a la oportunidad de gesti¨®n. El ¨¦xito pasado no debe ser obviado, sino al contrario, resulta un factor coadyuvante a la recuperaci¨®n y al mantenimiento del t¨ªtulo; sin ser un criterio can¨®nico, se acierta la mayor¨ªa de las veces por esta v¨ªa porque lo que gust¨®, con un toque de actualizaci¨®n, por lo general vuelve a gustar, y el ballet Zorba el griego en su d¨ªa arras¨®, pasando al repertorio de muchas compa?¨ªas, algunas tan ex¨®ticas como el ballet de la ?pera de El Cairo, donde a¨²n se representa.
Lorca Massine analiza esta propuesta: ¡°El tema principal de Zorba es la vida en todas sus formas, con sus lados oscuros. Lo dionis¨ªaco se impone. Hay un ritual que abarca lo biol¨®gico, y tras la tragedia, termina con la redenci¨®n¡±. Para el core¨®grafo, este es el eje de la permanencia.
Zorba el griego lleva un gran coro, solistas y orquesta, y es precisamente el coro de bailarines el gran protagonista de la acci¨®n cantada (y bailada). Dice Lorca: ¡°Habitualmente el cuerpo de baile es decorativo, en vez de como aqu¨ª, que es protagonista casi absoluto¡±. El ballet termina con el famoso sirtaki, un tema de las cuerdas que pasa al tutti de la orquesta y regresa una y otra vez, poderoso, para quedarse en la retina y la mente del espectador: ah¨ª el cuerpo de baile se yergue uno y triunfa con creces.
Babelia
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