?Qu¨¦ fue de la Universidad?

A pesar de que se supone que a esa vaga entidad llamada ¡°la sociedad¡± le preocupa much¨ªsimo la educaci¨®n, una de las pocas veces en las que esta preocupaci¨®n ¡ªpor la ense?anza en cuanto tal, no por cuestiones infraestructurales o laborales ligadas a ella, ni por esc¨¢ndalos coyunturales¡ª se puso de manifiesto fue cuando, hace unos a?os, unos cuantos estudiantes y unos pocos profesores nos movilizamos contra el llamado Plan Bolonia, no precisamente por nuestra voluntad antisistema sino por todo lo contrario: porque ve¨ªamos en ¨¦l un ataque a la instituci¨®n universitaria, concebida como uno de los pilares del sistema democr¨¢tico. Esta lucha fracas¨®, debido a la casi unanimidad de la posici¨®n "oficial", mucho m¨¢s "revolucionaria" y "antisistema" que la nuestra.

Despu¨¦s lleg¨® la crisis econ¨®mica, y este debate fue r¨¢pidamente sustituido por el relativo a la sequ¨ªa presupuestaria, al estrangulamiento financiero de la investigaci¨®n, al adelgazamiento de las plantillas y a la subida de las tasas de matr¨ªcula. Pero lo que no se ha explicado suficientemente es que todos los atropellos que se han cometido en los terrenos reci¨¦n mencionados habr¨ªan sido, quiz¨¢ no imposibles, pero s¨ª much¨ªsimo m¨¢s dif¨ªciles ¡ªes decir, habr¨ªan encontrado mucha m¨¢s resistencia por parte de las estructuras universitarias¡ª si estas estructuras, junto con la autonom¨ªa de los docentes y de los investigadores y la naturaleza p¨²blica de la labor realizada en ellas, no hubieran sido gravemente da?adas, desmontadas o destruidas por aquella reforma "modernizadora".

Los rectores est¨¢n angustiados por las facturas, y los departamentos asfixiados por los recortes

?C¨®mo es ahora mismo nuestra Universidad? Los rectores est¨¢n angustiados por las facturas, y los departamentos asfixiados por los recortes, pero, ?y la ense?anza que se imparte en ellas? Como consecuencia de los nuevos planes de estudios, y no solamente de la austeridad, hay menos conocimiento (las carreras son m¨¢s cortas, el n¨²mero de profesores ha descendido, los cursos son m¨¢s r¨¢pidos y las asignaturas m¨¢s reducidas y m¨¢s gen¨¦ricas), y el que hay es bastante m¨¢s descualificado que antes, y cada vez se diferencia menos de la ense?anza media, como resultado de la aplicaci¨®n de un modelo de gesti¨®n procedente de la empresa privada (y ligado a ella en muchas de las ense?anzas t¨¦cnicas y cient¨ªficas) que resulta especialmente letal para las Facultades de Letras y Humanidades. Los investigadores de estos campos cada vez pierden m¨¢s el control de los instrumentos con los cuales pueden crear conocimiento y de los procesos de evaluaci¨®n de sus propios resultados, puestos en manos de agencias externas, que no valoran los contenidos de la investigaci¨®n sino los contenedores de la misma (su publicaci¨®n en revistas que siguen el modelo de las ciencias de la naturaleza y que se editan s¨®lo en ingl¨¦s), en un r¨¦gimen que tiende a desligar la investigaci¨®n de la docencia, lo que desnaturaliza por completo la instituci¨®n universitaria.

Bajo la excusa de que en Espa?a hay "demasiadas universidades" contin¨²a gest¨¢ndose pol¨ªticamente un programa que lo que realmente pretende es que haya menos Universidad y que sea menos p¨²blica, que el conocimiento sea cada vez m¨¢s superficial y sus portadores cada vez m¨¢s adaptables, m¨¢s manipulables y, como consecuencia, m¨¢s infelices.