Tu mente en un ¡®chip¡¯
Todo el mundo se equivoca, pero la cantidad y magnitud de los desaciertos que los fil¨®sofos han enunciado sobre la mente merecen una capitular en la historia universal de la confusi¨®n. Algunos han sostenido que la mente es una propiedad universal de la materia, lo que parece contradecir el comportamiento de las piedras, verdaderamente incalificable seg¨²n estos est¨¢ndares. Otros discuten que el pensamiento exista, y aducen que, si no existe, no hay mente que valga. Cierto sin duda, pero ?no les vale la teor¨ªa de la relatividad de Einstein como evidencia de que el pensamiento existe?
Otros discrepan sobre si la mente se deriva de la percepci¨®n sensorial o si es independiente del mundo externo, sin reparar en que no hay contradicci¨®n entre esas dos teor¨ªas, en que ambas son ciertas al mismo tiempo. Por otro lado, si el conocimiento se deriva de los sentidos, en todo o en parte, llegar¨ªamos a la conclusi¨®n de que los animales tendr¨ªan alg¨²n tipo de conocimiento, idea cuya mera enunciaci¨®n suele irritar a los pensadores hasta el sonrojo y la erecci¨®n del cabello. El hecho de que los humanos compartamos casi todas las estructuras cerebrales con las ratas, y las m¨¢s fundamentales incluso con las moscas, parece dejar helado al grueso de la intelectualidad, por alguna raz¨®n que nadie ha sido capaz de explicar hasta ahora de forma convincente, ni de ninguna otra forma.
Cr¨¦anme, amigos fil¨®sofos, yo comprendo su renuencia ¡ªson ustedes herederos del dualismo de Descartes¡ª, pero les conmino a deponerla en nombre de la raz¨®n pr¨¢ctica. Y si no les vale ese argumento, tengo otros. Consideren, por ejemplo, el Big Bang, lo m¨¢s parecido a un acto de Creaci¨®n que ha emergido de la f¨ªsica, ?y encima formulado por un cura!
El Big Bang implica que todo lo que existe viene de una sopa de quarks y fotones, y que por tanto nuestra mente debe provenir de objetos m¨¢s simples, como mentes de mono y de rata, circuitos, neuronas, sinapsis, genes y mol¨¦culas demasiado simples como para tener un prop¨®sito. La mente es un producto de la evoluci¨®n biol¨®gica, una cosa que act¨²a sobre los genes y las c¨¦lulas. No hay espacio para la m¨ªstica. La mente es un objeto f¨ªsico, un trozo del cuerpo, que se construye seg¨²n los mismos principios que el resto del cuerpo, activando o reprimiendo genes en respuesta a lo que hacen las c¨¦lulas vecinas y otros factores del entorno
El prodigioso equipo cient¨ªfico de IBM, con sede en Almaden (San Jos¨¦, California) y Austin, Texas, acaba de dise?ar y producir un chip (el n¨²cleo l¨®gico de cualquier ordenador, tableta o tel¨¦fono actual) inspirado en la arquitectura del cerebro. El chip mental ha demostrado ya su pericia en tareas sofisticadas en las que hasta ahora los humanos super¨¢bamos a las m¨¢quinas, como el reconocimiento visual complejo. Y lo hace como el cerebro, con eficacia, simplicidad y consumiendo una m¨ªnima energ¨ªa.
Si el cerebro es un objeto f¨ªsico, alg¨²n chip podr¨¢ emularlo tarde o temprano. Permanezcan atentos, como dir¨ªa Miguel ?ngel Aguilar.
Babelia
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