Camino a la redenci¨®n

Guionista de larga trayectoria televisiva, el brit¨¢nico Steven Knight salt¨® a la gran liga con dos trabajos sucesivos que le acreditaron como una de los efectivos m¨¢s prometedores de un neonoir capaz de diseccionar el tejido corrupto de entornos urbanos marcados por nuevas formas de violencia transcultural: Negocios ocultos (2002) de Stephen Frears y Promesas del Este (2007) de David Cronenberg. No obstante, su debut como director se resolvi¨® en un paso en falso: Redenci¨®n (2013), donde Jason Statham asum¨ªa el rol de un veterano de guerra refugiado en las zonas de exclusi¨®n del submundo criminal londinense. La pel¨ªcula era una rareza en la trayectoria de Statham, un trabajo que dislocaba los lugares comunes de sus veh¨ªculos confeccionados a medida, pero un jarro de agua fr¨ªa para quienes esperaban de Knight una construcci¨®n s¨®lida m¨¢s all¨¢ del apunte exc¨¦ntrico digno de mejor causa. Por fortuna, Locke, su segundo trabajo como director, le da la vuelta a la tortilla. Y de qu¨¦ manera.

Demostrando que esa opera prima no estaba tan alejada de los verdaderos intereses autorales de Knight, Locke podr¨ªa llevar sin problemas el t¨ªtulo de Redenci¨®n, porque eso es lo que van a detallar, con austeridad unidireccional, los escuetos minutos de metraje de la pel¨ªcula: el camino a la salvaci¨®n (espiritual) de un tipo decente que contempla c¨®mo se va desintegrando su vida en el proceso, la purga al volante de un solo pecado capaz de agrietar una integridad moral y, tambi¨¦n, el ritual de exorcismo y ajuste de cuentas con el pecado de un padre ausente. Que no tema el lector si todo esto suena trascendente, porque esta pel¨ªcula de premisa y situaci¨®n ¨²nica, contada en tiempo real, convierte ese denso sustrato en dinamismo y cine puro: en todo momento estamos con Tom Hardy al volante, lidiando con las voces telef¨®nicas de al menos tres focos de tensi¨®n, mientras Knight imprime un tono alucinatorio a este viaje al fin de la noche que es tambi¨¦n un viaje al origen de la luz.