Marilia en la cuesta arriba

En la segunda mitad de los noventa, el d¨²o femenino Ella Baila Sola, armado con sus propias canciones y afecto al pop de ascendencia folk, vendi¨® varios millones de discos entre Espa?a y Am¨¦rica. Pero al poco de iniciarse el nuevo siglo, decidieron romper la sociedad creativa. En a?os sucesivos, Marilia Andr¨¦s realiz¨® algunas colaboraciones con otros artistas y, contra pron¨®stico, se alej¨® de los focos. Trece a?os despu¨¦s se ha animado a grabar por vez primera en solitario: solo cuando ha cre¨ªdo que ten¨ªa las canciones que deb¨ªa registrar. Pero su vuelta, adem¨¢s de inesperada, tiene mucho de audaz: ha financiado ella misma el disco, se lo ha editado y lo presenta, en un ejercicio que le supone comenzar de nuevo, tratando de captar al p¨²blico en peque?as salas (lejos quedan aquellos escenarios para multitudes que frecuentaba con el d¨²o). Cierto que ha grabado en Londres con reputados m¨²sicos, el ¨²nico lujo que se ha permitido.

Con un t¨ªtulo que puede ser met¨¢fora del escarpado camino que ha decidido emprender, Subir una monta?a la presenta como una sutil compositora que oscila entre el folk y el rock, esmerada y sensible en textos y melod¨ªas, combinando narraciones que transitan el costumbrismo (Mi perro, Marilyn y Superman, Una tarde con Clint), la esperanza inquebrantable (Casi me rindo, Una luz, Subir una monta?a) y una muy sana iron¨ªa de la que ya hizo gala en el pasado (Dinosaurios hoy, se?oras). Canciones sinceras escritas desde la ¨®ptica de una mujer que asume su edad y su tiempo, que ha vivido y observa y reflexiona sobre su entorno. Un disco honesto y l¨ªmpido, que nos devuelve, adem¨¢s de a una l¨²cida compositora, a una de las voces m¨¢s exquisitas del pop espa?ol.

Marilia. Subir una monta?a. Autoedici¨®n.

Casi me rindo. Marilia.