Trazos de historia
La Fundaci¨®n Bot¨ªn re¨²ne m¨¢s de cuatrocientos dibujos de Jos¨¦ de Madrazo
En el Renacimiento el dominio del dibujo se consider¨® una cualidad necesaria para llegar a ser pintor o escultor; desde entonces las artes del disegnose diferencian de aquellas que no se sirven de esta pr¨¢ctica anal¨ªtica. Siendo el dibujo esencial en el trabajo art¨ªstico, las academias ilustradas hicieron de su dominio un pilar de la formaci¨®n art¨ªstica. Sin embargo, son escasos (en ocasiones nulos) los dibujos que se conservan en la actualidad de pintores espa?oles del pasado. Esto se debe a que, siendo considerados meras herramientas en la elaboraci¨®n de los cuadros, que era lo que se apreciaba de un pintor, los clientes espa?oles no valoraron ni poco ni mucho esas pr¨¢cticas como arte. Por tanto, era necesario emprender un proyecto de investigaci¨®n sobre los dibujos de los grandes maestros espa?oles, labor que est¨¢ realizando la Fundaci¨®n Bot¨ªn desde 2007. Dentro de este proyecto se presenta ahora una sorprendente colecci¨®n de dibujos de Jos¨¦ de Madrazo cuyo grueso, formado por m¨¢s de cuatrocientos, apareci¨® en 2006 entre las posesiones de sus descendientes, incorpor¨¢ndose a continuaci¨®n al Museo Nacional del Prado.
Jos¨¦ de Madrazo (Santander, 1781-Madrid, 1859) tuvo la ocasi¨®n de ser alumno directo de Jacques-Louis David en Par¨ªs y amigo de Jean-Auguste-Dominique Ingres en Roma. De David tom¨® el inter¨¦s por la pintura de historia y por la ejecuci¨®n de composiciones monumentales, lo que le convirti¨® en el m¨¢s genuino representante del gusto neocl¨¢sico franc¨¦s en Espa?a, pero sus derroteros profesionales le convirtieron en el principal retratista de la corte de Fernando VII, llegando a ser uno de los pintores m¨¢s relevantes de su ¨¦poca y el patriarca de una extensa familia de artistas que condicion¨® el panorama cultural espa?ol durante la casi totalidad del siglo XIX.
Comparados con la sutil elegancia de los dibujos de su contempor¨¢neo Ingres, los de Madrazo pueden parecer duros y forzados, sin embargo, su labor como dibujante adquiere importancia a trav¨¦s de su empleo como profesor en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde impuso su gusto neocl¨¢sico y el h¨¢bito por la copia de vaciados de la estatuaria grecorromana, y tambi¨¦n en su inter¨¦s por las t¨¦cnicas de estampaci¨®n, muy particularmente por la litograf¨ªa, de la que fue su introductor en Espa?a.
Ciertamente, en la exposici¨®n se pueden apreciar dibujos de composiciones de historia y de retratos, tanto bocetos y estudios preparatorios como piezas acabadas, pero lo inesperado es un grupo de dibujos de anatom¨ªa y bot¨¢nica, claramente did¨¢cticos, y, sobre todo, la presentaci¨®n de un conjunto de media docena de vistas panor¨¢micas de la ciudad de Roma que surgen, sin duda, bajo la influencia de sus amigos los pintores centroeuropeos Joseph Anton Koch y Johann Christian Reinhart, a quienes conoci¨® y retrat¨® en Roma. Estos dibujos se encuentran entre los primeros paisajes aut¨®nomos que realiza un espa?ol, pero dado el nulo aprecio por el paisaje en estas tierras, a su regreso de Italia Jos¨¦ de Madrazo no sigui¨® explorando esa veta.
Jos¨¦ de Madrazo (1781-1859). Dibujos. Fundaci¨®n Bot¨ªn. Marcelino Sanz de Sautuola, 3. Santander. Hasta el 14 de septiembre.
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