Al Pacino al cuadrado
El mito de la interpretaci¨®n presenta dos pel¨ªculas en la secci¨®n oficial de la Mostra de Venecia
Al final de una de las grandes novelas de la ciencia ficci¨®n, Soy leyenda, de Richard Matheson, el protagonista, que se ha pasado la trama luchando contra los vampiros que han acabado con la humanidad, descubre, preso y a punto de ser ejecutado, su cambio de rol. Si de peque?o los chupasangres eran mitos para los hombres, ahora ¨¦l, encerrado y observado por miles de ellos, se ha convertido en esa leyenda de la que hablar¨¢n las generaciones venideras de vampiros, en el probable ¨²ltimo ser humano sobre la tierra. Hace ya d¨¦cadas que Alfredo James Pacino dej¨® atr¨¢s sus calles del Bronx. ¡°Muchos actores echan de menos el anonimato, valios¨ªsimo como herramienta de la interpretaci¨®n. Luchas para salir de ¨¦l, y al final, cuanto m¨¢s famoso eres, m¨¢s valor das a esa p¨¦rdida¡±. Al Pacino (Nueva York, 1940) sabe perfectamente de qu¨¦ habla porque ¨¦l ya es leyenda.
¡®Manglehorn¡¯ y ¡®The humbling¡¯ forman parte de la secci¨®n oficial del festival
En Venecia el neoyorquino ha dado dos ruedas de prensa porque presentaba sendas pel¨ªculas en la secci¨®n oficial. Una a concurso, Manglehorn, de David Gordon Green. Otra, fuera de la competici¨®n, The humbling, de Barry Levinson, adaptaci¨®n de la novela de Philip Roth La humillaci¨®n. Ni los m¨¢s veteranos de los festivales recordaban a una estrella de Hollywood haciendo tama?o doblete. En la primera encarna a un cerrajero obsesionado por un amor no correspondido, ¡°un tipo que ha ido encerr¨¢ndose en su vida¡± ¡ªas¨ª lo define su int¨¦rprete¡ª, curioso comportamiento para alguien se dedica a ayudar a otros a abrir cerraduras. En la segunda, rodada en 20 d¨ªas con un director como Levinson, al que conoce bien, en la casa del realizador en Connecticut, interpreta a un famoso actor teatral que de repente siente que ha perdido su don, su capacidad de interpretar y enganchar al p¨²blico, y que por tanto decide retirarse. Algo que ni se le pasa por la cabeza a Pacino a pesar de sus 74 a?os.
El actor que dirige
Al Pacino ha dirigido cuatro filmes con distinto resultado:
Looking for Richard (1996). La mejor clase cinematogr¨¢fica sobre la obra de William Shakespeare. Mientras Pacino monta su Ricardo IIIy pide a gritos el famoso caballo, otros actores amantes del bardo como K¨¦nneth Branagh explican qu¨¦ es el pent¨¢metro y¨¢mbico y otros secretos del dramaturgo.
Chinese coffee (2000). Basada en un drama de Ira Lewis que el mismo Pacino hab¨ªa interpretado ocho a?os antes en Broadway, la historia de dos escritores fracasados ¡ªPacino y Jarry Orbach¡ª no acababa de funcionar en pantalla.
Wilde Salom¨¦ (2011). Documental que indaga en la obra hom¨®nima de Oscar Wilde, fue la primera vez que se vio a Jessica Chastain en la gran pantalla. Pacino, como rey Herodes, y Chastain ya la hab¨ªan representado juntos en Los ?ngeles en 2006.
Salom¨¦ (2013). Si ya hab¨ªan hecho el documental, ?por qu¨¦ no filmar la obra? Por desgracia, es un enorme egotrip.
¡°Siempre que sientas que conectas con el personaje que te ofrecen, sigues en la brecha. En The humbling se habla de la desaparici¨®n de ese deseo. Necesitas el apetito, las ganas de hacer cosas. Recuerdo el rodaje de Espantap¨¢jaros, a inicios de los setenta. Hac¨ªa much¨ªsimo calor en Bakersfield, California. Cuando digo mucho, es mucho. Y me acuerdo de Gene Hackman bajando lentamente por la ladera de una monta?a, con todo el vestuario, mientras yo pensaba abajo qu¨¦ hac¨ªa ese actor ah¨ª, a sus m¨¢s de 40 a?os, que vaya manera m¨¢s rara de madurar. Bueno, pues lo hac¨ªa porque ten¨ªa ese deseo¡±. La referencia es muy sibilina, porque Hackman efectivamente se ha retirado. En cambio, a Pacino a¨²n le llegan buenos papeles como estos dos, que le permiten explorar su vejez, la que afronta con perilla, melena y aspecto de un stone m¨¢s.
Hace unos a?os Francis Ford Coppola echaba en cara a Pacino y a De Niro c¨®mo estaban desperdiciando su inmenso talento interpretativo. De Niro puede, pero Pacino, tras unos a?os oscuros, ha sabido ahondar en su amor por la direcci¨®n, el teatro y Shakespeare. Y por eso apuesta por proyectos como The humbling, que ha coproducido. ¡°Me atrajo mucho el texto desde el momento en que pensamos en la posible adaptaci¨®n, en un personaje como el de este actor. El resultado final ha nacido del entendimiento de lo que ten¨ªamos entre manos. Casi no ensayamos ¡ªno necesitas muchos ensayos o d¨ªas de rodaje, esta la filmamos al estilo guerrilla¡ª si has trabajado mucho en el texto, en nuestro caso dos a?os. La rodamos en el momento en que Barry y yo estuvimos libres¡±. Pacino comprendi¨® a su personaje, aunque no lo sintiera cercano: ¡°Es un hombre que cree que ha envejecido y perdido su don. Cae en la neurosis, en la confusi¨®n. Los actores de teatro se pueden sentir exhaustos tras a?os de hacer lo mismo una y otra vez¡±. Y recuerda lo bien que se contaba ¡°esa decrepitud¡± en La sombra del actor. ¡°Hace d¨¦cadas hab¨ªa gente que llegaba a hacer tres shakespeares diarios solo por la necesidad de mostrar su talento y sus sentimientos, as¨ª que en aquellas giras era l¨®gico que hubiera drogas y alcohol. Entiendo perfectamente esa b¨²squeda de papeles a trav¨¦s de los cuales expresarte¡±. Y se ve reflejado en el inicio de The humbling, cuando su personaje, antes de salir al escenario, besa las dos m¨¢scaras griegas que representan, respectivamente, al drama y a la comedia. ¡°Ah¨ª est¨¢ la clave¡±.
Tanta rueda de prensa le ha permitido a Pacino hablar de su pasado (¡°No, no me arrepiento de nada porque he tenido mucha suerte. Como todos, cuando era joven, ten¨ªa mis ilusiones, y se han colmado¡±), de su presente (¡°Tengo tres hijos que son realmente mi fuente de energ¨ªa; y la gente que he ido conociendo y mis relaciones me han llevado a un viaje asombroso y chocante. Visto lo que he hecho en la vida, siento que por ahora todo va bien¡±) y de Hollywood. ¡°No tengo mucho que decir. Una pel¨ªcula es una pel¨ªcula. Ni siquiera s¨¦ qu¨¦ es Hollywood, aparentemente est¨¢ por Los ?ngeles. La industria ha cambiado, aunque ni para bien ni para mal, sencillamente ha mutado porque el sistema econ¨®mico, la vida en general, ha cambiado. En cualquier caso, yo nunca he vivido all¨ª. Desde luego, la relaci¨®n de la industria es distinta con los grandes autores hoy en d¨ªa. Pero a¨²n se hacen buenas pel¨ªculas buenas, por ejemplo Guardianes de la galaxia. En fin, divago, no conozco mucho aquello¡±, remata Pacino, y a?ade una coda: ¡°A pesar de que protagonic¨¦ Dick Tracy¡±.
Finalmente, como tema recurrente, la depresi¨®n de sus personajes en las pel¨ªculas presentadas en Venecia. ¡°Puede que yo en mi vida real haya estado deprimido, pero nunca me he enterado. Es terrible por c¨®mo te hunde. Doy por hecho que, en El padrino 2, Michael Corleone estaba deprimido¡±. A su lado, Chris Messina, el actor que encarna a su hijo en Manglehorn, recuerda que ¨¦l es tambi¨¦n producto del Actors Studio, y que en uno de sus primeros trabajos en ese ¡°laboratorio de libertad y experimentaci¨®n¡± (Pacino dixit), su padre estaba all¨ª como moderador: ¡°Cada d¨ªa con ¨¦l es una lecci¨®n. Nunca se rinde, siempre investiga y hace preguntas, cada toma profundiza en su b¨²squeda. Si para ¨¦l Marlon Brando fue su modelo, para mis amigos y para m¨ª Pacino es ese modelo, nuestro Brando¡±. Lo dicho, Pacino ya es leyenda.
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