Tony Urbano, bajista de Le?o
Fue miembro de una de las bandas fundacionales del rock urbano espa?ol
Tony Urbano, bajista y compositor, falleci¨® el mi¨¦rcoles en su Reus, con 58 a?os. Aparte de trabajar con el productor Teddy Bautista, fue parte del inolvidable tr¨ªo Le?o y colabor¨® con Miguel R¨ªos o Luz Casal.
Jos¨¦ Antonio Urbano Gornals, tarraconense de 1956, se profesionaliz¨® con un cantante estadounidense, Paul Sebastian; en la banda estaba tambi¨¦n el baterista Ramiro Penas. Cuando Sebastian volvi¨® a su pa¨ªs, se quedaron en Madrid. All¨ª se estaba gestando el rock barrial de la Transici¨®n. Tras una temporada alimenticia acompa?ando a Los Dos Espa?oles, Ramiro y Tony se integraron en Coz, banda entonces comandada por los hermanos Castro, posteriormente en Bar¨®n Rojo.
Una heroicidad tocar rock en aquellos d¨ªas. Los grupos madrile?os viv¨ªan del circuito de discotecas de Toledo; sus miembros estaban pendientes del servicio militar. Tony se libr¨® pero Raimundo sufri¨® aquel castigo. A la vuelta, se incorpor¨® a Le?o, tr¨ªo fundado por Rosendo Mercado, tras abandonar ?u.
Los tiempos se aceleraron. El locutor Mariscal Romero inauguraba el sello Chapa, en Zafiro (una trampa mortal, como luego se revelar¨ªa). Le?o debutar¨ªa en el ¨¢lbum colectivo Viva el rollo 2, que inclu¨ªa su rabioso Este Madrid. Como bajista, figuraba Chiqui Mariscal.
El debut, Le?o (1979), fue producido por Teddy Bautista. Su portada reflejaba la marcha de Chiqui: el tr¨ªo adqurir¨ªa la formaci¨®n cl¨¢sica de Rosendo, Ramiro y Tony. Rosendo, ya padre de familia, se ocupaba del (escaso) dinero. Su agenda era intensa. Tocaron en festivales ca¨®ticos colegios mayores y discotecas. Se divert¨ªan, con el bar Zappa como centro de operaciones. Superaron incidentes: Tony fue detenido en el aeropuerto de Londres con 30 gramos de polen, cuando iban a grabar con Carlos Narea lo que ser¨ªa Corre, corre (1983).
En su contra, el ser ignorados por los grandes medios, centrados en la nueva ola. Y el incre¨ªble desinter¨¦s de Zafiro, que no apostaba por ellos y que les hizo desprecios constantes. La ruptura lleg¨® tras El rock de una noche de verano, gira encabezada por Miguel R¨ªos. Hab¨ªa problemas: Tony entr¨® en la hero¨ªna. Pero la principal cu?a fue el reparto de labores: aunque el repertorio se firmaba colectivamente, a Rosendo le correspond¨ªa escribir las letras.
Y los textos funcionaban: canciones cr¨ªticas (S¨ª se?or, s¨ª se?or, Que tire la toalla), mensajes al sexo opuesto (La noche de que te habl¨¦, La Fina), celebraciones de la m¨²sica (No se vende el rock & roll) y un rotundo himno (Maneras de vivir).
A la hora de grabar, no fueron afortunados. Rosendo ten¨ªa un punto Rory Gallagher que se dilu¨ªa con intentos de modernizar su sonido. Sin saberlo, Le?o estableci¨® los cimientos del llamado rock urbano, convertido en fen¨®meno masivo por Barricada, Los Suaves, Reincidentes o Extremoduro.
Ya en 1984, la separaci¨®n choc¨® con las trabas de Zafiro. Con t¨ªpica ceguera, rechazaron la sugerencia de Rosendo para grabar en solitario. La diab¨®lica contraoferta: si Rosendo quer¨ªa la carta de libertad, deb¨ªa renunciar a los royalties acumulados y por venir. Que ser¨ªan cuantiosos: Zafiro explot¨® el cat¨¢logo de Le?o ¨Ctres discos de estudio y uno de directo- hasta la saciedad.
Tan humillante final dej¨® marcado a Rosendo, que siempre rechaz¨® reunir a la banda. Con la absorci¨®n de Zafiro por BMG, que acept¨® pagar royalties, hubo una reconciliaci¨®n. Se rescat¨® un directo, Vivo ¡¯83 y participaron en la elaboraci¨®n de un homenaje, Bajo la corteza. Para la presentaci¨®n de ese disco, el tr¨ªo original se junt¨® en la madrile?a Sala Caracol, ofreciendo un potente concierto de 20 minutos.
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