Ana Rosa se va a la guerra
El programa arranca la nueva temporada con su productora, presentadora y directora recuperando sus or¨ªgenes period¨ªsticos
Hubo un tiempo en el que destacadas feministas, algunas, no muchas, la verdad, defend¨ªan a la revista ?Hola! porque a su juicio era ¨²til en la defensa ¡ªconsciente o inconscientemente¡ª de la libertad de la mujer: bodas, separaciones, arrejuntamientos..., el semanario dejaba constancia de una cierta libertad de costumbres en las que la mujer no siempre era la mala de la pel¨ªcula. Ahora es Ana Rosa Quintana la que inicia un experimento: realizar un programa desde la franja de Gaza, probablemente uno de los territorios m¨¢s cruelmente castigados en la actualidad.
Y lo primero que sorprende del programa es que su productora, presentadora y directora recupera, siquiera por un d¨ªa, sus or¨ªgenes period¨ªsticos, aquellos tiempos en los que desde Madrid o Nueva York ofrec¨ªa informaci¨®n pura y dura en compa?¨ªa de su entonces marido Alfonso Rojo al que, en la actualidad, ha incorporado como tertuliano a su programa matinal con ese toque de comportamiento n¨®rdico tan ins¨®lito entre los divorciados aut¨®ctonos.
La mesa redonda en Gaza, que en realidad no es mesa ni es redonda, se establece con corresponsales y trabajadoras en diversos organismos internacionales y ONG en un decorado de destrucci¨®n: el paisaje de una guerra y en un ambiente ins¨®litamente educado. Surgen algunos problemas de conexi¨®n y se intercalan peque?os reportajes acumulados a lo largo de la semana. Los datos, acompa?ados de im¨¢genes, son demoledores: 11.000 viviendas destruidas, 475.000 desplazados, 2.100 muertos, miles de heridos... algo que contrasta radicalmente con esas declaraciones triunfalistas de Ham¨¢s y las de Netanyahu. En el a?o 2020 Gaza ser¨¢ inhabitable. ?El problema?, la falta de agua. Es la opini¨®n de los expertos sobre una zona que tienen agua en sus casas pero que no es potable. El mar m¨¢s pr¨®ximo est¨¢ contaminado por las aguas fecales (la depuradora fue destruida). La pesca est¨¢ contaminada. Se ha destruido buena parte de la fr¨¢gil infraestructura industrial y se han atacado colegios. Y la vida continua (400 nacimientos en los 50 d¨ªas de ira y fuego).
La actualidad manda y de Gaza se pasa al plat¨® de Madrid en donde se analiza el autosatisfecho discurso de Rajoy en Soutomaior, un desglose que en absoluto es positivo: "M¨¢s que un brindis al sol es una borrachera". Los tertulianos se apuntan al sector que habr¨¢ que dejar de lado, a juicio del presidente, por su enfoque cr¨ªtico de la situaci¨®n espa?ola. Y de Pontevedra a Barcelona: ninguna novedad. Rajoy afirma que no se har¨¢ el tantas veces mencionado refer¨¦ndum. Artur Mas, por su parte, insiste en que se realizar¨¢ y Oriol Junquera le dice al Tribunal Constitucional: ?que le den! La tertulia pol¨ªtica vuelve tambi¨¦n a sus or¨ªgenes: un guirigay de corrala en el que nadie escucha a nadie. ?Y c¨®mo hablar de Catalu?a sin que surja el clan Pujol? Imposible. Pocas novedades sobre el presunto saqueo de las arcas p¨²blicas catalanas salvo la cada vez m¨¢s numantina actitud del clan.
Retorno a Gaza. El programa, ahora, se adentra en un fantasmag¨®rico kibutz israel¨ª. Natham, un brasile?o que lleva varias d¨¦cadas en Israel explica la situaci¨®n: tres alarmas antia¨¦reas diarias de media por ataques de misiles. Refugios muy preparados para resistir incluso a un posible ataque biol¨®gico. Condena a los ataques indiscriminados de Ham¨¢s y a sus 70 muertos civiles israel¨ªes, entre ellos la hija del gu¨ªa de Ana Rosa. Pese a todo es un decidido partidario de la reconciliaci¨®n en una sociedad, que como explican las contertulias, se encuentra muy dividida respecto a la guerra.
Con todo, el programa estrella de las ma?anas no pod¨ªa renunciar a su toque sentimental: la entrevista con los padres Isabel P¨¦rez, una reportera espa?ola que lleva dos a?os en Gaza, y su conexi¨®n con la protagonista del reportaje, a?adi¨® las inevitables y justificadas l¨¢grimas. Explica su vida cotidiana con detalles totalmente sorprendentes: las ventanas siempre tienen que estar abiertas para evitar los da?os de las posibles explosiones, o los tres meses que se tarda en reponer una bombona de butano. El programa a?ade una entrevista con una bloguera palestina de 16 a?os que narra diariamente el desastre para sus 200.000 seguidores. Con las nuevas tecnolog¨ªas se ha impuesto la imposibilidad de poner puertas al mar.
Habr¨¢ que ver la audiencia de ¨¦ste programa y si, como hasta ahora, sigue en lo alto del podio de los talk-shows matinales con sus algo m¨¢s de 600.000 espectadores de media. En todo caso, su directora-presentadora se apunt¨® un tanto en favor de los parias de la tierra y lo hizo con profesionalidad. Hay, tambi¨¦n, un dato a?adido extraordinario y gratificante: no se habl¨® durante todo el programa ni de Rosa Benito ni de Amador Mohedano.
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