¡°Me molesta el independentismo acomodaticio¡±
Carme Riera alerta sobre ¡°el desastre¡± que ser¨ªa la independencia de Catalu?a La autora de 'Tiempo de inocencia' conversa sobre sus miedos y sus recuerdos
![Carme Riera, en el salón de su casa de Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MUUGXXBQ5R5ITC52KNELHL4NIM.jpg?auth=dd2bb6cf760e66ca0b2a3f4fdbc6d752c2ff05c6ece4fe993dfcaa6928f5ab0d&width=414)
Es t¨ªmida Carme Riera (Mallorca, 1948); profesora, novelista, acad¨¦mica, afronta la vida a¨²n como si fuera la ni?a que hay en sus memorias (Tiempo de inocencia / Temps d¡¯innoc¨¨ncia. Alfaguara, Edicions 62, 2013). Cuando la ves de cerca, responder, mirar, parece que quiere abrigarse contra los miedos, as¨ª que se echa la chaqueta sobre los hombros como si la fuera a levantar una ventisca.
Ese miedo le viene de lejos. "Entre todos los miedos, el miedo al infierno era el que me atormentaba en la ni?ez¡ A m¨ª lo que me ocurre es que tengo miedo a que se mueran mi nieta, mis hijos, mi marido, las personas a las que quiero¡ No puedo evitarlo". No tiene otros miedos, pero "tengo miedo a padecer alzh¨¦imer, el peor de los condicionantes de la vejez, que no son pocos". Pero hay que aguantarse y continuar. Enfrentarse al espejo.
"Y enfrentarse al espejo es dif¨ªcil. Juan Garc¨ªa Hortelano me cit¨® para desayunar. 'Puedes venir a las cinco', me dijo. ?Y por qu¨¦ te despiertas tan temprano?, le pregunt¨¦. Me dijo: 'Me levanto a esta hora para enfrentarme paulatinamente con el espejo'. Me pasa lo mismo, me da miedo el espejo. La degradaci¨®n f¨ªsica me horroriza. Por lo dem¨¢s, no tengo ning¨²n miedo especial".
Pues s¨ª que son miedos. "Los afronto, en cualquier caso, con mi voluntad de capricornio. Trabajar duro me ayuda; no hacerlo me desazona". Y a veces tendr¨¢ ganas de no hacerlo. "Siempre aspiro a unas largas vacaciones, como aquellas que ten¨ªamos cuando ni?os". Ese libro suyo la retrata con una intensidad que le viene a los ojos, su cuerpo agarrado a su chaqueta azul, escribiendo de la ni?a que fue. "Crecer significa madurar, ser adulto; para serlo has de dejar atr¨¢s a la ni?a que fuiste. No mirar hacia atr¨¢s demasiado, que la nostalgia no te acogote".
Pero esa ni?a "a ratos viaja conmigo; muchas veces mis ataques de timidez tienen que ver con ella, pero necesito que desaparezca para poder seguir porque uno no puede quedarse en la etapa infantil". Rasgos de esa infancia adivinaron el terror de la vida, el recuerdo alrededor de la guerra, en Mallorca. "En todas las casas de entonces, por lo menos en aquellas en las que se consideraba que Franco era un horror, habitaba el fantasma de la guerra. Y en las palabras de los mayores las referencias al antes y al despu¨¦s de la guerra eran el lugar com¨²n".
El padre era un conspirador antifranquista, "un dem¨®crata convencido", que no la educ¨® como educaban los vencedores¡ ¡°Mi padre me le¨ªa, mi madre no me dice nada, ni de este libro ni de otros, es su manera de expresarse¡±. Ella escribi¨® esta memoria suya para su nieta, "porque he pensado que la Mallorca que ella encontrar¨¢ ser¨¢ totalmente distinta; la de hoy no se parece en nada a la m¨ªa. Y lo he escrito como un modo de anclar recuerdos y sensaciones en la ¨²ltima vuelta del camino para que no se pierdan. Piensa que cuando yo era peque?a en mi casa no hab¨ªa nevera el¨¦ctrica sino un gran caj¨®n en el que se met¨ªan unos bloques de hielo. Por las ma?anas pasaba el se?or del hielo con el carro tirado por un caballo".
El mundo es distinto para la nieta, pero quiz¨¢ no resulta tan apetecible. "A m¨ª me parece que el apetecible era el m¨ªo, a lo mejor es porque miro el pasado con nostalgia; creo que no tiene que ver con el de los chicos de ahora, los juegos, la manera de enfrentarse al futuro. Los ni?os de hoy ya nacen con las pantallas de las tabletas incorporadas y buscan ah¨ª sus juegos. Creo que tendr¨¢n mucha menos imaginaci¨®n que la que albergamos nosotros". Y, adem¨¢s, el tama?o de la esperanza de los chicos parece haber menguado. "Es muy dram¨¢tico. Me preocupa mucho; quiz¨¢ mi mayor preocupaci¨®n es pensar que tengo una hija de 26 a?os, qu¨ªmica, que ha trabajado dur¨ªsimo. Est¨¢ en el Instituto Qu¨ªmico de Sarri¨¢ haciendo una tesis sobre nanopart¨ªculas, aquello que puede llevar a la curaci¨®n del c¨¢ncer, y gana menos que cualquier se?ora de la limpieza. Cuando termine la tesis se buscar¨¢ la vida Dios sabe d¨®nde".
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4677RFUMTQXBJVJ4246B4ZZUHY.jpg?auth=a395a6c138dce0c9f757cc87a0d0c235dac80a768700787bb1965aacb4272292&width=414)
¡ªEsto no ser¨¢ s¨®lo consecuencia de la crisis, sino de la planificaci¨®n educativa¡
¡ªHemos planificado muy mal. Me parece que en Madrid habr¨¢ 25.000 periodistas que nunca encontrar¨¢n trabajo, pero qu¨ªmicos s¨ª parece que faltan.
¡ª?Qu¨¦ va a pasar? ?Cu¨¢l es el tama?o de su esperanza?
¡ªMuy chiquito. Yo empec¨¦ en la Literatura en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, llevo ense?ando desde que termin¨¦ la carrera¡ Sigo con el mismo ¨¢nimo, pero el problema de mi entusiasmo es que tiene poco di¨¢logo, poca capacidad de entusiasmar a los que tengo delante.
Esa pasi¨®n de los chicos "termin¨® hace diez a?os. Ahora no s¨¦ qu¨¦ hacen ah¨ª¡ Creo que uno de los defectos de nuestro sistema educativo es la falta de formaci¨®n profesional; un buen lampista, una buena peluquera son important¨ªsimos¡ En cambio, tenemos la idea de que un t¨ªtulo universitario es mucho m¨¢s prestigioso. No es as¨ª, faltan buenos profesionales".
Era preguntona. ?Ahora qu¨¦ se pregunta? "La realidad es la que me lleva a preguntarme. Ante el espanto que vivimos, ante la gente que pide en la calle, desahuciada, con hambre, pienso en c¨®mo habr¨¢ llegado hasta aqu¨ª. Qu¨¦ le habr¨¢ ocurrido. ?Ser¨¢ que nadie les quiere, nadie puede hacer nada por ellos? ?Por qu¨¦ dejamos que esto ocurra? ?Por qu¨¦ lo permitimos?".
Ella dice que inventamos la literatura para escribir sobre aquello que hemos perdido¡ "Este pa¨ªs ha perdido pero tambi¨¦n ha ganado, no vayamos a ser tan est¨²pidos de pensar que estamos como est¨¢bamos en los tiempos de Franco, no es as¨ª. Hemos ganado en democracia, en calidad de vida, en alimentaci¨®n o en sanidad¡, lo que ocurre es que tambi¨¦n hemos perdido otras cosas. Soy admiradora de la literatura de Delibes; cuando lo releo me doy cuenta de la cantidad de palabras que ya no se usan. Esa riqueza la hemos perdido, y cuando perdemos palabras perdemos un mundo".
Cuando releo a Delibes me doy cuenta de la cantidad de palabras que ya no se usan.
Esa riqueza la
hemos perdido
Ella es la autora de ensayos y antolog¨ªas sobre la generaci¨®n de Barral, ?ngel Gonz¨¢lez, Gil de Biedma, todos ellos partidarios de la felicidad¡ Gonz¨¢lez dec¨ªa que se le adelgazaba el futuro cuando tachaba los nombres de sus muertos. "No los tacho", dice Carme. "No soy capaz de tacharlos, no est¨¢n, s¨¦ que no est¨¢n, pero no importa. En mi agenda est¨¢n Montserrat Roig, Tony Catani, ese fot¨®grafo tan bueno al que yo hab¨ªa visto un d¨ªa antes de morir, tan encantador. Muri¨® un primo de mi marido de un infarto repentino, tengo su tel¨¦fono en el m¨®vil, no lo voy a quitar. Esa sensaci¨®n de fragilidad, de vulnerabilidad, no tanto por uno mismo, que tambi¨¦n, sino porque el mundo en el que estabas anclado va desapareciendo, creo que es lo m¨¢s terrible de envejecer. Lo peor".
En un ensayo sobre el Quijote, Carme Riera recoge la antigua diatriba sobre catalanes y espa?oles. ?Qu¨¦ siente ante lo que ocurre ahora? ?Miedo, resquemor, podr¨ªa ser de otra manera? "Creo que debe ser todav¨ªa de otra manera. Por supuesto que hay un hecho diferencial. Catalu?a tiene muchas caracter¨ªsticas que no tienen que ver con Galicia, Castilla o Andaluc¨ªa, y deben ser respetadas, incluso conocidas y amadas por el resto del pa¨ªs. Y a partir de ah¨ª, pienso que Catalu?a debe buscar un nuevo encaje y un anclaje dentro de Espa?a. No concibo otra cosa. Considero que la independencia llevar¨ªa a los catalanes a un callej¨®n sin salida, a la ruina y al sacrificio de varias generaciones".
Ella enumera. ¡°Europa no permitir¨¢ su entrada", la de Catalu?a. "?Vale la pena? Me parece que no. Considero que tal vez ahora, con el relevo de la instituci¨®n mon¨¢rquica, puedan venir otros y se abra un nuevo periodo de reajustes y cambios que permitan llegar a un nuevo entendimiento Catalu?a-Espa?a. Precisamente es mi amor por esta tierra y sus gentes lo que me lleva a considerar que la independencia ser¨ªa un desastre".
Si tienes convicciones las tienes que expresar, aunque es m¨¢s f¨¢cil no hacerlo, disimular, pero no me parece ¨¦tico
¡ª?Por qu¨¦ cree usted que esa idea no se expresa habitualmente, sino que se cuchichea en Catalu?a?
¡ªPorque somos gregarios y es m¨¢s f¨¢cil estar con la mayor¨ªa que pensar por ti mismo. Me parece que si tienes convicciones las tienes que expresar, aunque es m¨¢s f¨¢cil no hacerlo, disimular. Pero no me parece ¨¦tico aunque piense que mis ideas contrarias a las de la mayor¨ªa no gustaran. Respetado el hecho diferencial catal¨¢n, por decirlo de alguna manera, el encaje con Espa?a tiene que ser posible y evidentemente discuto con cantidad de amigos independentistas a los que respeto, faltar¨ªa m¨¢s, aunque distingo entre los que lo son desde siempre y los que se suben al carro del poder. Ciertamente me molesta el independentismo acomodaticio de muchos en busca de pesebre.
La memoria, la realidad, la controversia. Aquella ni?a de Tiempo de inocencia aparece con ella, mirando esta ¨¦poca. Desde aqu¨ª la adulta dice que con la ni?a no se ha llevado mal, "ha resuelto bastantes temores aunque a veces sobrevienen y es cuando aparecen mis ataques de timidez infinita". Se agarra la chaqueta azul de vivos blancos como si se abrigara de ese miedo o como si convocara la memoria. "Recuperar el pasado", dice, "es un truco, uno de tantos que los humanos usamos para aferrarnos a la vida".
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