Ni?os perdidos en Venecia
Dos principiantes prueban suerte en la secci¨®n oficial con relatos sobre j¨®venes desorientados
La Mostra de Venecia dej¨® ayer un hueco a los cineastas novatos, representados por dos directores poco experimentados que desembarcaron en el Lido con pel¨ªculas sobre ni?os perdidos en un mundo marcado por la brutalidad de las relaciones humanas, donde los puntos de referencia y los c¨®digos morales se desvanecen. Ambas fueron moderadamente aplaudidas, en recompensa a relatos bien construidos y a ratos hasta conmovedores, aunque sin la suficiente complejidad dram¨¢tica para resultar verdaderamente memorables.
Antigua reportera de la agencia Capa, la cineasta francesa Alix Delaporte se pas¨® al cine en 2010 con El amor de Tony, una f¨¢bula melodram¨¢tica sobre las clases modestas ambientada en la costa normanda. Proyectada en una secci¨®n paralela de la Mostra, la cinta la present¨® en sociedad como una aplicada disc¨ªpula de los hermanos Dardenne, aunque a a?os luz de su nervio y de su visi¨®n. Su rev¨¢lida llega con una segunda pel¨ªcula, Le dernier coup de marteau (El ¨²ltimo golpe de martillo), que contiene algunos s¨ªntomas de progresi¨®n. La pel¨ªcula se centra en Victor, joven apasionado por el f¨²tbol que vive con su madre enferma en una modesta morada del Rosell¨®n franc¨¦s. La d¨¦bil condici¨®n de su progenitora y la ausencia de una figura paterna a varios kil¨®metros a la redonda le obligan a ejercer de paterfamilias, pese a encontrarse todav¨ªa a las puertas de la adolescencia. Cuando su padre biol¨®gico, un reputado director de orquesta, regrese a Montpellier para dar un concierto, Victor decidir¨¢ acercarse a ¨¦l por primera vez.
Delaporte, dotada de una delicadeza innegable pero menos h¨¢bil al desarrollar los estimulantes conflictos que la historia presentaba, narra las relaciones entre sus personajes con pudor y contenci¨®n. ¡°Parto de una situaci¨®n complicada e intento encontrar en ella los puntos de luz. Y luego hacerlos emerger regularmente, sin demasiados di¨¢logos, trucos de guion ni excesos de melodrama¡±, ha explicado la directora. Su receta no siempre funciona, pero a veces logra encender chispas de emoci¨®n que generan ef¨ªmeros instantes de gracia. Por ejemplo, cuando su joven protagonista, el debutante Romain Paul, experimenta su primera emoci¨®n art¨ªstica ¨Cal escuchar un ensayo de la 6? Sinfon¨ªa de Mahler, a la que se refiere el po¨¦tico t¨ªtulo del filme¨C o cuando improvisa una sonrisa junto a su madre, una escu¨¢lida Clotilde Hesme, actriz teatral que debut¨® en el cine junto a Christophe Honor¨¦ (Les chansons d¡¯amour) y sigue esperando a que alguien le ofrezca el gran papel que seguramente merezca.
Delaporte, reacia a abordar su pel¨ªcula desde otro plano que el de los sentimientos, neg¨® haber querido teorizar sobre la juventud de hoy a trav¨¦s de su pel¨ªcula. ¡°No es un relato sobre los j¨®venes de hoy. Como mucho, es una pel¨ªcula sobre el ni?o que hay en m¨ª. He querido hablar de c¨®mo uno se construye a s¨ª mismo, de c¨®mo nos abrimos nuestro propio camino y decidimos viajar solos en la vida¡±, explic¨® ayer. Ausentes en Venecia, Candela Pe?a y Trist¨¢n Ulloa tienen una peque?a intervenci¨®n en Le dernier coup de marteau, aportando un calor breve pero intenso a la pel¨ªcula.
Dos directores j¨®venes presentan en Venecia pel¨ªculas sobre ni?os perdidos en un mundo marcado por la brutalidad de las relaciones humanas
De la c¨¦lebre m¨¢xima atribuida a Hitchcock ¨Cno rodar nunca con ni?os, con animales o con Charles Laughton¨C, el director turco Kann M¨¹jdeci se salta dos de las tres prohibiciones (aunque la ¨²ltima, cincuenta a?os despu¨¦s de su muerte, tampoco ten¨ªa soluci¨®n). Los primeros planos de Sivas, su debut en el largometraje, tambi¨¦n remiten a esa juventud perdida que tan bien describen los Dardenne desde hace veinte a?os. M¨¹jdeci parece aplicar la misma gram¨¢tica visual al paisaje brumoso de la estepa turca, de la que emergen ni?os filmados de espaldas con c¨¢mara agitada.
M¨¹jcedi, instalado en el barrio berlin¨¦s de Kreuzberg desde hace una d¨¦cada ¨Cdonde gestiona un cine ilegal al aire libre, un club nocturno y una tienda de ropa¨C, viaj¨® hace unos a?os hasta el coraz¨®n de Anatolia para rodar un documental, Babalar ve Ogullari (Padres e hijos), centrado en la subcultura de las peleas de perros en la regi¨®n. De aquel trabajo termin¨® surgiendo esta ficci¨®n, que parte de la historia de Aslan, un ni?o de 11 a?os que salva de la muerte a un perro de pelea ¨Cel Sivas que da t¨ªtulo al filme¨C, antes de que los adultos que le rodean decidan hacerlo combatir en nuevos torneos. El director tampoco quiso adentrarse en senderos te¨®ricos al analizar su pel¨ªcula. ¡°No he seguido un camino predeterminado. La pel¨ªcula surge de mi viaje a la regi¨®n, de las sensaciones que experiment¨¦ al observar esos paisajes y esas gentes. Quise que los personajes se convirtieran en una parte de m¨ª y poder sentirme como ellos¡±, explic¨® ayer el cineasta, ajeno al tono ¨¦pico de algunos de sus compatriotas.
La pel¨ªcula se sirve de esas brutales peleas de perros ¨Cque hab¨ªan escandalizado a varios espectadores en el paso previo para la prensa¨C para explorar un tema bastante m¨¢s interesante: la agresividad ambiente que reina en el lugar y la transmisi¨®n de la violencia de padres a hijos, casi como algo intr¨ªnseco al car¨¢cter masculino. M¨¹jcedi trata el asunto con una acertada sutileza, como cuando expone que el ni?o protagonista quiere interpretar al pr¨ªncipe en la funci¨®n escolar y no al enano, como le han propuesto.
El director valid¨® ayer esta tesis. ¡°Lo que he querido decir con la pel¨ªcula es que todos los problemas de este mundo son culpa de los hombres. Todo lo malo surge siempre de la heterosexualidad masculina, ya sea por parte de jefes de estado, pol¨ªticos o militares. Si nos gobernaran las mujeres todo nos ir¨ªa mejor. Propongo crear un banco de esperma para librarnos de los hombres para siempre¡±, dijo M¨¹jcedi bromeando, o tal vez no tanto. Su pel¨ªcula ladra m¨¢s de lo que muerde, pero podr¨ªa encontrar un hueco en el palmar¨¦s si el jurado decide promover el nuevo talento revelado por esta Mostra.
Babelia
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