¡®Numancia¡¯, la sinfon¨ªa de Soria
J. Vicent Egea inaugura la 22? edici¨®n del Oto?o Musical.
Soria tercia en el debate sobre a qu¨¦ suenan las ciudades con el estreno el pasado s¨¢bado de Numancia, primera sinfon¨ªa de J. Vicent Egea, que ha inaugurado con un ¨¦xito espectacular la 22? edici¨®n del Oto?o Musical Soriano. La pieza se podr¨¢ escuchar hoy en el Palau de la M¨²sica de Valencia.
Numancia es la bisabuela de Soria, por decirlo de alguna manera. Adem¨¢s ha habido en esta experiencia sinf¨®nica mucho de lo que conocemos en el lenguaje cotidiano por ¡°numantino¡±. De entrada, se ha corrido el riesgo de inaugurar el festival con una obra de nueva creaci¨®n, con lo que ello supone. La orquesta Lira Numantina, formada por 85 instrumentistas j¨®venes, en su mayor¨ªa entre 15 y 30 a?os y aproximadamente la mitad del Conservatorio de Soria, ha echado el resto en un ejercicio de entrega admirable sin cobrar un solo euro por el esfuerzo. En el mismo esp¨ªritu se ha manifestado el joven director soriano de 28 a?os Carlos Garc¨¦s, llevando la obra de memoria con una maestr¨ªa r¨ªtmica y un dominio constructivo nada frecuentes a su edad.
En todo el proceso ha desempe?ado un papel relevante Alfredo Gimeno, profesor de la Complutense y director del yacimiento de Numancia, que ha descrito con claridad las coordenadas en que Egea sit¨²a la m¨²sica. En la v¨ªspera ilustr¨® tetralmente el proceso en la Plaza Mayor el grupo Tierra Quemada de Garray, el pueblecito m¨¢s cercano a Numancia.
La sinfon¨ªa, de 42 minutos, est¨¢ estructurada en tres movimientos, que se centran en tres cap¨ªtulos de las dos d¨¦cadas m¨¢s conocidas de la historia de Numancia. Es ecl¨¦ctica, con m¨¢s protagonismo tonal que dodecaf¨®nico, y en ella se evocan batallas o gestos heroicos a la par que se recrean sonoridades de ¨¦poca o sentimientos de honor y libertad. El tono descriptivo hace pensar en ciertas coordenadas cinematogr¨¢ficas, y el desarrollo remite por momentos al estilo de un compositor como John Corigliano. La recurrencia a motivos conductores permite cierta familiaridad a un oyente que se deja seducir por instrumentos aut¨®ctonos o similares, como las trompas de cer¨¢mica, el carrascl¨¢s o la flauta en sol como evocaci¨®n de la flauta de hueso. Cuidad¨ªsima la percusi¨®n y ajustado el equilibrio entre misterio y narrativa. La sinfon¨ªa tiene tensi¨®n y se vivi¨® como un suspiro, teni¨¦ndose que repetir la parte final ante las aclamaciones del p¨²blico, que llen¨® el Palacio de la Audiencia.
Babelia
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