Rodoreda desnuda

En 1973, Merc¨¨ Rodoreda recibi¨® en su residencia de Ginebra al editor y cr¨ªtico literario Josep Maria Castellet y a su esposa Isabel Mirete, que hab¨ªan acudido a la ciudad suiza para participar en una celebraci¨®n de los Juegos Florales. Lo que pod¨ªa haber sido un gratificante reencuentro entre viejos amigos se convirti¨® en algo irrepetible: la arisca autora de La pla?a del Diamant abri¨® su coraz¨®n como nunca lo hab¨ªa hecho ante las miradas ajenas y esa conversaci¨®n cargada de electricidad acab¨® inspirando un memorable cap¨ªtulo del libro Els escenaris de la mem¨°ria de Josep Maria Castellet, quiz¨¢ el m¨¢s v¨ªvido retrato que haya podido legarse de la escritora. El texto de Castellet sirvi¨® de base a Ventura Pons para levantar Una merienda en Ginebra, una pel¨ªcula para televisi¨®n ¡ªpropia de un modelo de televisi¨®n p¨²blica casi brit¨¢nico, conviene subrayar¡ª que contiene una de las grandes interpretaciones femeninas del a?o ¡ªla de Vicky Pe?a canalizando, como una m¨¦dium, tanto la melanc¨®lica fragilidad como la a veces hostil dureza de Rodoreda¡ª y cuya calidad justifica su distribuci¨®n en los circuitos cinematogr¨¢ficos del resto del estado.

Una merienda en Ginebra es una austera pieza de c¨¢mara: con el generoso contrapunto de Joan Carreras (Castellet) y Cristina Plaza (Isabel), Pe?a no interpreta, sino que somatiza la fascinante paradoja vital de una autora que encontr¨® en la lengua identidad, alma y refugio.