Bosque
Es emocionante el borbot¨®n de preguntas que se suceden en el 'Diario de cine' de Jonas Mekas
En su Diario de cine. El nacimiento del nuevo cine norteamericano (Mangos de Hacha), donde el autor, el cineasta, escritor y cr¨ªtico estadounidense de origen lituano Jonas Mekas (Semeniskiai, 1922) re¨²ne todas las columnas que public¨®, entre 1958 y 1971, en Village Voice, hay una, fechada el 2 de marzo de 1964 y que destaca ahora en su Introducci¨®n a la edici¨®n que comentamos, donde no solo anuncia en falso que dejar¨¢ de escribirlas, sino que acompa?a esta declaraci¨®n con una sorprendente digresi¨®n est¨¦tica: ¡°A¨²n el arte puede esclavizar al hombre, quitarle la libertad. Hoy presiento que solo es sagrado el arte que no tiene ideas, que no tiene pensamientos, significados, contenido, el arte que es, simplemente, hermoso, que no tiene otro prop¨®sito que el de su belleza; que simplemente es, como los ¨¢rboles¡±. Considerado como uno de los m¨¢s conspicuos y respetados creadores cinematogr¨¢ficos underground, aunque esta defensa de un arte natural, incontaminado, digamos, puro, puede ser interpretada de muy diversas maneras, no deja, en efecto, de ser sorprendente en alguien como Mekas, tan aparentemente vanguardista e intelectualizado. A m¨ª, por lo menos, me dej¨® meditabundo.
Por de pronto, me hizo pensar en lo que escribi¨® ambivalentemente Plat¨®n sobre el arte, que lo calific¨® como un peligro para la sociedad y, a la vez, como la ¨²nica v¨ªa de salvaci¨®n. Esta contradicci¨®n se refleja en el Fedro, donde hace esa enigm¨¢tica afirmaci¨®n de que ¡°la poes¨ªa de los locos eclipsa a la de los sensatos¡±; vamos: que la inspiraci¨®n como posesi¨®n divina del poeta tiene m¨¢s valor que cualquier esfuerzo por estudiar la correcta aplicaci¨®n de las reglas en la composici¨®n del poema. Desde otra perspectiva, Arist¨®teles tambi¨¦n se?al¨® la mayor profundidad y excelencia de la poes¨ªa sobre la historia, pues la segunda narra lo ocurrido, mientras la primera lo que podr¨ªa llegar a ocurrir; algo as¨ª como que la inspiraci¨®n po¨¦tica siempre nos dir¨¢ m¨¢s y mejor sobre el humano acontecer que la simple expiraci¨®n documental.
Saltar desde hoy hasta la era precristiana no es caprichoso en plena crisis del arte, porque es volver al momento de su creaci¨®n desde el momento de su declive; vamos: es un decir, porque el arte, como casi todo lo humano mortal, decae desde justo el momento de su invenci¨®n. Y tambi¨¦n porque estamos deslindando en la actualidad qu¨¦ es el arte y qu¨¦ queremos que sea, si un instrumento para expresar lo particular e intransferible que perfora y oxigena la tupida red comunitaria, o, por el contrario, el de la polic¨ªa que rellena los amenazantes agujeros del compactado bien com¨²n; o sea: si nos conformamos o no con nuestras mentiras circunstanciales; si queremos hacernos preguntas o si tenemos respuestas para todo; si, en definitiva, queremos entronizar al Plat¨®n de la inspiraci¨®n o al de la expiraci¨®n, el que apuesta por la poes¨ªa o por la historia, el que nos quita o nos da la raz¨®n.
La higienizaci¨®n de los productos art¨ªsticos hasta su total despojamiento de trazas org¨¢nicas los ha convertido en signos informativos descodificables mediante claves sociales puntuales, adelgazando al m¨¢ximo su densidad, cual si fueran crucigramas que funcionan con respuestas preconcebidas inventariables. De esta manera, su enigm¨¢tico desaf¨ªo consiste en hallar la respuesta correcta. Algo que excita nuestro ingenio, nos distrae de lo real y consigue entretenernos; algo, en suma, programado y mec¨¢nico. Sin misterio, sin un ¡°m¨¢s all¨¢¡± de s¨ª mismo, como quien mira un dedo y no ad¨®nde apunta. Porque, sin la inquisitiva inspiraci¨®n, no es que el arte decaiga: simplemente se agota y expira.
En este contexto, me resulta emocionante el borbot¨®n de preguntas inesperadas que se suceden en los comentarios de Mekas en su Diario de cine y, en especial, la resaltada cita de su texto de introducci¨®n, en la que suspira por la incomprensible belleza de un ¨¢rbol oculto entre la tupida densidad del indiferenciado bosque, atisbado desde la lejan¨ªa y mediante un simple vistazo.
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