La magia y la historia

Lo primero que habr¨ªa que dejar claro es que cualquier referencia a George Orwell al comentar Gran Hermano es un insulto a la literatura. Lo segundo es que, que se tenga noticia, en niguna de las 14 ediciones precedentes a la que comenz¨® ayer se vio o se oy¨® la menor referencia a la literatura por lo que est¨¢ claro que no son los concursantes los responsables de que se cite a Orwell. Y lo tercero es que una de las grandes novedades es la de que los concursantes entran emparejados, voluntaria u obligatoriamente, es decir que con un poco de suerte las broncas se pueden multiplicar y ya se sabe lo que la audiencia aprecia las broncas.

El punto culebr¨®n lo han puesto dos hermanos de padre que no se conocen. Uno de ellos es consciente del hecho y el otro, un vallecano con vocaci¨®n de pastor evangelista, no. La direcci¨®n, con ese toque de magnanimidad que caracteriza a los que anhelan el ¨¦xito popular por encima de todo, ha dejado total libertad al hermano que conoce los hechos el comunic¨¢rselo, o no, a su medio hermano. El morbo vende.

La promoci¨®n comenz¨® en S¨¢lvame en una especie de duelo entre dos divos para ver cual de los dos, Jorge Javier o Mercedes, piropeaba m¨¢s y mejor al otro, a la productora, a los t¨¦cnicos..., aquello parec¨ªa una batalla floral (N. de A.: para que se hagan una idea las j¨®venes generaciones, la batalla floral es equivalente a la actual tomatina pero con flores). "Menudo cuerpo tienes...". "Pero si t¨² has conseguido, por fin, que los pol¨ªticos entren en los programas de entretenimiento...". "Quita, quita...", y as¨ª hasta que lleg¨® la publicidad.

La gala comenz¨® con un musical m¨¢s o menos ensayado con la participaci¨®n de numerosos exconcursantes. Algo ha cambiado conceptualmente: Mercedes Mil¨¢ ya no dijo en ning¨²n momento eso de que "Gran Hermano es un experimento sociol¨®gico", latiguillo utilizado generosamente en ediciones anteriores. Ahora la clave para que entendamos el tinglado es que "es m¨¢gico". Pasamos, pues, de la ciencia que estudia los fen¨®menos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos, dentro del contexto hist¨®rico-cultural en el que se encuentran inmersos a un "encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo", en definici¨®n de la RAE. Habr¨¢ que averiguar si el cambio conceptual es un da?o colateral de la situaci¨®n actual en la que sobrevivimos o un recurso ret¨®rico.

Algunos datos: 60.000 aspirantes a entrar en el concurso, es decir, que no sabemos si hemos salido de la crisis, si seguimos en ella o si se ha incrementado el paro. Recordemos tambi¨¦n que la final de la primera edici¨®n de Gran Hermano fue vista por 9.105.000 espectadores, un 70,8% de la cuota de pantalla. Una barbaridad. La final de Gran Hermano 14, lamentablemente para la cadena, tuvo menos de la tercera parte de la audiencia que la primera. Tampoco sabemos si ese pronunciado descenso de espectadores se debe a la fatiga, al hast¨ªo o a que el personal se ha dado cuenta de que en Guadalix de la Sierra se ha tocado fondo. Quince ediciones de un programa son muchas ediciones.

La selecci¨®n de concursantes es, naturalmente, una de las piezas clave para el ¨¦xito o el fracaso popular. Ya se se?al¨® el toque culebr¨®n con los dos medio hermanos. Hay, tambi¨¦n, tres parejas de primos: dos j¨®venes se?oritas de Albacete, dos cordobesas desahuciadas y en el paro, y dos valencianos amantes de los deportes extremos por m¨¢s que tiene mucho m¨¢s de deporte extremo el sobrevivir como lo hacen las cordobesas que surfear. Y si el casting pretend¨ªa ser un microcosmos de lo que llamamos Espa?a no pod¨ªa faltar un torero, su apoderado y un taxista almodovariano. ?La guinda?, en realidad son dos: Hugo y la Rubia pelear¨¢n por el premio al igual que el resto con el detalle de que la Rubia es una cabra. Y Mercedes Mil¨¢, tras decirnos a todos "que es un momento hist¨®rico" anuncia que entrar¨¢ en la casa de Guadalix para quedarse. Ser¨¢ una habitante m¨¢s. Magia, historia, torer¨ªa, medio hermanos de sangre, desahuciadas... ?Gran Hermano 15 ya est¨¢ aqu¨ª! Ahora a esperar la chispa que incendie la pradera de las audiencias.