Golpe a golpe, verso a verso
La m¨²sica popular espa?ola ha dado ingentes muestras de c¨®mo la canci¨®n transciende y se enreda en la vida de quien la escucha
Defiende Luis Eduardo Aute ¡ªque de esto sabe algo¡ª que la canci¨®n es un g¨¦nero tan digno como la poes¨ªa o la llamada m¨²sica seria, y que hay que considerarlo como otra de las bellas artes. Raz¨®n no le falta a quien explica lo complicado que resulta contar una historia en solo tres o cuatro minutos, logrando que interact¨²en en armon¨ªa texto y m¨²sica, y que, adem¨¢s, conmueva al oyente.
La m¨²sica popular espa?ola ha dado ingentes muestras de c¨®mo la canci¨®n trasciende lo meramente musical para enredarse por siempre en la vida de quien la escucha, haciendo suyos los versos cantados, ayud¨¢ndole en momentos bajos o haci¨¦ndole reflexionar. Es el poder de ese arte noble e inasible que cuenta con verdaderos maestros de la palabra y la melod¨ªa, en una tradici¨®n que arranca con los cantautores de los a?os sesenta, como Joan Manuel Serrat, V¨ªctor Manuel o el propio Aute, y llega hasta alguien como Quique Gonz¨¢lez, que prefiere hablar de cancionistas, o como Sabina, siempre con un pie en la tradici¨®n cantautora y otro pisando el acelerador del rock. En el fondo, y pese a las ideas preconcebidas, se trata de lo mismo, de escribir y cantar tus propias canciones, por encima de estilos, salpicando tanto al folk como al pop o al rock. Y alcanza a creadores surgidos de grupos de ¨¦xito ¡ªEnrique Urquijo, Fito Cabrales, Manolo Garc¨ªa, Bunbury, Andr¨¦s Calamaro¡ª, pero cuya voz personal se impuso a la marca a la que se les asociaba. Como dice Manolo Garc¨ªa, quiz¨¢ el objetivo se reduzca a ser feliz haciendo canciones para transmitirle esa felicidad a quienes las escuchan.
De todo ello trata este CD deslumbrante, que nos lleva, sin fronteras estil¨ªsticas, en un viaje prodigioso por algunas de las mejores canciones de autor que ha dado el pop espa?ol.
Andr¨¦s Calamaro
Flaca (Andr¨¦s Calamaro)
Alta suciedad
DRO / Warner, 1997
En 1997, Andr¨¦s Calamaro afrontaba la primera grabaci¨®n en solitario tras el final de Los Rodr¨ªguez, el grupo que hab¨ªa cambiado el tablero de juego de los a?os noventa devolvi¨¦ndole al rock espa?ol su identidad. Para dar forma a ese debut, Alta suciedad, se traslad¨® a Nueva York y, bajo las ¨®rdenes del productor Joe Blaney, grab¨® con la crema de los m¨²sicos de sesi¨®n de la ciudad.
Uno de los temas esenciales de ese ¨¢lbum fue Flaca, que su autor compuso al tiempo que lo iba grabando en una maqueta en su casa madrile?a: ¡°Lo grab¨¦ para tocar, para tocar conmigo, yo solo, grabando distintas pistas. La letra existe para poder cantar. No hace falta un gatillo sentimental para escribir, todo lo contrario. Es m¨¢s importante escribir por el deseo de escribir, en este caso, de tocar y cantar¡±. A la vez que asegura: ¡°Ni siquiera es una canci¨®n con desarrollo, aunque cualquiera puede cantarla con una guitarra, en cualquier lado. No es un texto sofisticado, es una letra instrumental que acompa?a¡±. Respecto a la grabaci¨®n, ¡°es una aut¨¦ntica obra de arte. Convierte a una canci¨®n minimalista en una obra llena de detalles y episodios, es una coreograf¨ªa de instrumentos, tocados por int¨¦rpretes especiales y muy talentosos¡±, opina.
El recorrido comercial de la canci¨®n result¨® fabuloso: ¡°Fue un gol. Un ¨¦xito con una grabaci¨®n especial, una canci¨®n original y distinta, con muchos detalles de arte, una estructura sui g¨¦neris, m¨¢s cerca de un soul retrofuturista que de las canciones de rock. En vivo es un momento muy agradecido en los conciertos, siempre¡±.
Por canciones como Flaca y ¨¢lbumes como Alta suciedad y Honestidad brutal, Andr¨¦s Calamaro ser¨ªa en a?os venideros la referencia ineludible del rock en castellano, el artista que m¨¢s claramente marc¨® el camino a seguir.
V¨ªctor Manuel
Soy un coraz¨®n tendido al sol (V¨ªctor Manuel San Jos¨¦)
Soy un coraz¨®n tendido al sol
CBS, 1978
V¨ªctor Manuel hab¨ªa conocido el ¨¦xito desde joven con su cancionero sentimental y costumbrista, pero a mediados de la d¨¦cada de los setenta las cosas se hab¨ªan torcido: condenado al ostracismo tras un episodio sucedido en M¨¦xico (y manipulado por la prensa espa?ola), en a?os sucesivos fue a su aire, ti?endo algunas canciones de fuerte contenido pol¨ªtico, y para 1978, en su discogr¨¢fica no sab¨ªan qu¨¦ hacer con ¨¦l: ¡°Hac¨ªa ya no s¨¦ cu¨¢ntos a?os que no vend¨ªa un disco, me fui de Philips porque no me creyeron, les dije que iba a cambiar y a hacer cosas nuevas, pero no me creyeron¡±. En la multinacional CBS le abrieron la puerta: ¡°A un t¨ªo que ha escrito Canci¨®n para Pilar o Quiero abrazarte tanto no se le ha podido olvidar¡±, cuenta que pensaron. Y as¨ª, con renovada ilusi¨®n, en verano, en una casa de Alpedrete que le hab¨ªa dejado su suegra, comenz¨® a escribir nuevas canciones: ¡°Salieron todas de un tir¨®n, ten¨ªa tantas ganas de escribir canciones que surgieron con una facilidad tremenda¡±. El disco que las recogi¨® fue Soy un coraz¨®n tendido al sol, con el que iniciaba una nueva y exitosa etapa, con la canci¨®n S¨®lo pienso en ti como tarjeta de presentaci¨®n.
Que Soy un coraz¨®n tendido al sol titulara el conjunto, da buena cuenta de que no estamos ante una canci¨®n menor, al contrario: ¡°Fue muy importante, y de hecho nunca he dejado de cantarla, aqu¨ª y en Am¨¦rica. La he interpretado siempre, porque es una de las canciones que m¨¢s ¨¦xito tienen dentro del repertorio¡±. Tal vez, para entender c¨®mo Soy un coraz¨®n al sol cal¨® de tal modo y se ha transformado en cl¨¢sico inoxidable haya que fijarse ¡ªm¨¢s all¨¢ de su perfecta m¨²sica¡ª en esa letra abierta, casi panor¨¢mica, con algo de autorretrato, de declaraci¨®n de intenciones, de homenaje a la amistad, de amor y, adem¨¢s, reflejando el oficio de escribir: ¡°Habla pr¨¢cticamente de todas las cosas fundamentales para uno¡±.
A la vez, este fue un disco arriesgado, que romp¨ªa con la idea habitual del cantautor; grabado en Italia, con producci¨®n de Danilo Vaona, era un salto hacia la modernidad pop: ¡°Fue absolutamente intencionado. Lo b¨¢sico fue la indicaci¨®n de Aurelio Gonz¨¢lez (de CBS) de apuntar alto, de buscar un buen productor y renovar el sonido que, dentro de los cantautores en general ¡ªunos m¨¢s, unos menos¡ª, hab¨ªa estado un poco polvoriento. Adem¨¢s, cant¨¦ de forma diferente, con m¨¢s aire, m¨¢s suave. Y los arreglos, en aquel momento, dentro del mundo de los cantautores, fueron una novedad¡±. Daba inicio una nueva ¨¦poca para V¨ªctor Manuel, pero, en gran medida, tambi¨¦n para la canci¨®n de autor espa?ola.
Luis Eduardo Aute
Una de dos (Luis Eduardo Aute)
Cuerpo a cuerpo
Ariola, 1986
Explica Luis Eduardo Aute que habitualmente, cuando termina las canciones de un ¨¢lbum, le sale una ¨²ltima ¡°relajada, m¨¢s frivolona, como para desintoxicar toda la densidad de las otras¡±. Y Una de dos, en la que relata una historia a tres, fue de esas, una canci¨®n ¡°divertida¡± que, sin embargo, le ocasion¨® alg¨²n disgusto con grupos de feministas por esos versos en los que canta ¡°o me llevo a esa mujer / o te la cambio por dos de quince¡±: ¡°Me montaron algunos pollos, me dec¨ªan machista. Y no es m¨¢s que una broma. Hubo algunos ataques serios, luego ya con el tiempo se super¨®. Adem¨¢s, conforme me voy haciendo m¨¢s viejo, lo voy cambiando: ahora ya son dos de treinta¡±, relata con humor.
La versi¨®n primera de la canci¨®n ten¨ªa una cierta cadencia reggae, que sirve para subrayar su idea de dar forma a un tema ¡°cari?oso, que no fuera nada agresivo; al contrario, algo normal, de llevarse bien¡±. A?ade: ¡°Todas las canciones, en mayor o menor grado, tienen algo de vivido, o bien por experiencia propia o por experiencia ajena. Y en alg¨²n momento creo que a todos nos ha pasado que nos hemos vuelto locos porque nos gustaban dos, o incluso tres, al mismo tiempo. Es un poco una variante de Coraz¨®n loco, de Mach¨ªn, de estar enamorado de dos y no estar loco. No es un tema muy original¡±.
Una de dos pertenece a los a?os dulces en la trayectoria musical de Aute, cuando acompa?ado del grupo Suburbano su propuesta hab¨ªa llegado al gran p¨²blico, en tiempos dorados para los cantautores, aunque ¨¦l no se identifique con esa etiqueta. ¡°No me siento en esa familia, yo escrib¨ªa las canciones que me sal¨ªan, y tengo temas de tonos muy diversos, incluso cuando iba sin grupo: canciones m¨¢s ¨ªntimas, otras m¨¢s agresivas, algunas rockeras y otras sat¨ªricas; no he sido muy af¨ªn al concepto del cantautor¡±.
Jorge Drexler
Todo se transforma (Jorge Drexler)
Eco
DRO / Warner, 2004
El uruguayo Jorge Drexler, desde la segunda parte de la d¨¦cada de los noventa, iba poco a poco buscando su espacio en la m¨²sica espa?ola. Un a?o antes de ganar el Oscar a la mejor canci¨®n, Todo se transforma fue un tema esencial para consolidar su carrera aqu¨ª. Una creaci¨®n que iba a titularse Termodin¨¢mica para amantes (¡°pero era un t¨ªtulo muy feo, aunque podr¨ªa servir para una novela¡±) y que su autor confiesa que en la grabaci¨®n de estudio no terminaron de encontrarle el punto, pero reconoce: ¡°Es de esas canciones que ha terminado de cuajar en vivo. Y una de las m¨ªas que la gente m¨¢s escuch¨®¡±. La letra es una espl¨¦ndida filigrana narrativa: ¡°Relata un instante, es una fotograf¨ªa de la realidad y todas las historias que se desprenden de ese hecho¡±.
Cecilia
Un ramito de violetas (Evangelina Sobredo)
Un ramito de violetas
CBS, 1975
Un ramito de violetas es, sin duda, la canci¨®n m¨¢s emblem¨¢tica de Cecilia, la que la lanz¨® a la popularidad plena tras aquel ¨¦xito inicial con Dama, dama. Es tambi¨¦n la m¨¢s versionada de las suyas. Y todo ello pese a ser un tema absolutamente desolador, hermoso pero fr¨¢gil. Ella misma explic¨® que con este texto trataba de expresar el concepto que ten¨ªa del amor.
Una canci¨®n que funciona como un relato con presentaci¨®n, nudo y desenlace y que, de hecho, naci¨® desde un cuento corto que escribi¨®, pero que no termin¨® de convencerla y que tras romperlo acab¨® por tomar forma de canci¨®n, en la que, como era habitual, hizo gala de su dominio de las palabras. De los arreglos se encarg¨® Juan Carlos Calder¨®n, que captur¨® toda la melancol¨ªa que desprend¨ªa la canci¨®n y le aport¨® una cierta dosis de dramatismo con las cuerdas y el piano (que toc¨® ¨¦l mismo), ayudando a potenciar su componente de dulce tristeza.
?Antonio Vega
El sitio de mi recreo (Antonio Vega)
El sitio de mi recreo
Polygram, 1992
En Nacha Pop y en d¨ªas de nueva ola, Antonio Vega se destap¨® ajeno a la corriente dominante: renunciaba al efervescente hedonismo generalizado y se refugiaba en la introspecci¨®n. Sus canciones se sustentaban en el pop y el rock, pero ¨¦l era un cronista con la mirada abstra¨ªda en los peque?os aconteceres, algo taciturno, sensible y superdotado al aproximarse a la melancol¨ªa y transformarla en hermosas canciones que ahondaban en su interior. Todo ello implosion¨® en su obra solista, de la que buen ejemplo es El sitio de mi recreo, una de sus composiciones m¨¢s redondas, casi una declaraci¨®n de principios que, inicialmente, conocimos en una toma registrada para una maqueta (incluida en el recopilatorio al que da t¨ªtulo) que muestra el armaz¨®n del tema, sin artificios. Y con su guitarra siempre omnipresente.
Antonio Flores
Siete vidas (Antonio Flores)
Cosas m¨ªas
BMG, 1994
Al comienzo de su carrera, Antonio Flores renunci¨® a sus apellidos, y ah¨ª est¨¢ la clave que marc¨® su trayectoria y, quiz¨¢, su vida: siempre quiso ser ¨¦l mismo, un m¨²sico de rock al que se valorara exclusivamente por su obra y no por sus antecedentes familiares. Pero su carrera err¨¢tica no le ayud¨® demasiado y durante a?os qued¨® casi como un m¨²sico de culto. Sin embargo, todo se precipit¨® con Cosas m¨ªas, el ¨¢lbum que le condujo a las grandes ventas y en el que, reconcili¨¢ndose con colores sonoros netamente locales, mostr¨® su vertiente m¨¢s personal. Una poderosa colecci¨®n de canciones refulgentes, algunas tan estremecedoras como esta Siete vidas, en la que proclamaba, con esperanza y amor, haber quemado seis vidas y que le quedaba una. En pleno ¨¦xito, un a?o m¨¢s tarde muri¨®.
Los Secretos
Ojos de gata (Joaqu¨ªn Sabina / Enrique Urquijo)
Adi¨®s, tristeza
Twins, 1991
En Los Secretos destac¨® desde el principio el talento compositor e interpretativo de Enrique Urquijo, un maestro a la hora de plasmar la tristeza las canciones que poco a poco fue mostrando su gusto por el country-rock y las m¨²sicas de Latinoam¨¦rica. As¨ª, Ojos de gata la llev¨® hacia M¨¦xico, como har¨ªa Joaqu¨ªn Sabina con Y nos dieron las diez, canci¨®n con la que comparte la primera estrofa, escrita por Sabina: ¡°Enrique vino a casa y me pregunt¨® si ten¨ªa alguna letra, yo ten¨ªa esta empezada, se la llev¨® hasta donde llegaba, sin estribillo, y ¨¦l sigui¨® contando una historia preciosa que no era la m¨ªa; y yo tambi¨¦n la segu¨ª, le puse el estribillo y la termin¨¦. La gente siempre me pregunta si hubo alg¨²n problema. Absolutamente ninguno, estoy orgullos¨ªsimo. Y a ¨¦l, me consta que le encantaba mi versi¨®n¡±.
Joaqu¨ªn Sabina
Y nos dieron las diez (Joaqu¨ªn Sabina)
F¨ªsica y qu¨ªmica
BMG Ariola, 1992
La canci¨®n hermana de Ojos de gata, de Enrique Urquijo, aqu¨ª con Sabina siguiendo los versos iniciales compartidos por ambas para relatar una historia ficticia, pero de trasfondo real: ¡°En las giras de aquellos a?os, que eran mucho m¨¢s locas que las de ahora, se tocaba tarde, y los m¨²sicos y yo despu¨¦s de los conciertos nos ¨ªbamos a tomar una copa. Hab¨ªa muchos lugares ¡ªen provincias, en Latinoam¨¦rica o en sitios muy raros¡ª en los que no hab¨ªa ning¨²n bar abierto, y por lo menos tres o cuatro veces sucedi¨® que llegamos, el bar estaba cerrado, dimos golpes desde la puerta, y una chica muy guapa, que era la camarera, la camarera de la canci¨®n, sali¨® y nos abri¨® el bar para que tom¨¢ramos una copa. Y eso siempre lo hemos llevado en el coraz¨®n, no fue una vez, sino varias. Luego me ha tocado desmentir, porque llego a sitios y me dicen, ?es verdad que escribiste la canci¨®n en Alicante, o en Cartagena de Indias, o en La Habana, o en Valpara¨ªso? Al principio siempre dec¨ªa que era mentira, pero como hab¨ªa tantos casos, ya al final, a todo el mundo le dije que s¨ª. En realidad, est¨¢ escrita en Lanzarote¡±. Y es que tras esos versos iniciales la canci¨®n no terminaba de arrancar y se fue a Lanzarote a escribir: ¡°A veces Panchito [Varona] y yo nos ¨ªbamos a una isla donde nos conociera poca gente o hubiera tranquilidad para escribir, y esta sali¨® de un tir¨®n una noche de aquellas¡±.
Pero Y nos dieron las diez, una ranchera inspirada en las de Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez, no fue una canci¨®n a la que se le viera el potencial desde el principio: ¡°Yo no cre¨ªa en ella, mucha gente no cre¨ªa en ella, incluso el sector m¨¢s rockero de mis m¨²sicos no cre¨ªa en ella. Serrat tampoco cre¨ªa en ella¡±. Sin embargo, fue la canci¨®n hasta aquel momento m¨¢s exitosa de Joaqu¨ªn Sabina, la que impuls¨® las ventas del disco y situ¨® a su autor plenamente en el mapa musical de Latinoam¨¦rica. ¡°Pas¨® algo muy bonito, porque la gran ilusi¨®n de mi vida era que una canci¨®n m¨ªa la tocaran las orquestas en las ferias de los pueblos, y eso sucedi¨® con Y nos dieron las diez. Pero, sobre todo, sucedi¨® en M¨¦xico con los mariachis, y no hay nada m¨¢s emocionante en el mundo que discutir con los mariachis porque alguien que esta en mi mesa les dice: ¡°La canci¨®n es de este¡±, y responde un mariachi, ¡°no, es de mi primo, que se llama no s¨¦ cuantos¡±. O sea, se ha convertido en una canci¨®n an¨®nima de repertorio de los mariachis y las orquestas, y no hay nada que me pueda gustar m¨¢s que eso¡±. Probablemente ese es el sue?o de cualquier compositor, que una de sus canciones acabe en el imaginario colectivo perdiendo incluso la autor¨ªa.
Manolo Garc¨ªa
P¨¢jaros de barro (Manolo Garc¨ªa)
Arena en los bolsillos
BMG, 1998
El fin de El ?ltimo de la Fila dej¨® a Manolo Garc¨ªa fuera de juego durante un a?o, como ¨¦l dice: ¡°Dedicado a la vida contemplativa¡±, tratando de asumir lo sucedido. Hasta que un d¨ªa, recuerda: ¡°Volv¨ª en m¨ª, regres¨® el m¨²sico¡±. Se compr¨® una guitarra el¨¦ctrica y en su casa de Barcelona comenz¨® a componer recurriendo a la ¡°energ¨ªa acumulada durante ese tiempo¡±. Las canciones llegaron; la tercera fue P¨¢jaros de barro, escrita en una ma?ana: ¡°Las canciones que tienen m¨¢s alma y que son m¨¢s sinceras salen r¨¢pidas¡±. Y P¨¢jaros de barro es tan sincera que describe su estado de ¨¢nimo durante ese a?o de vac¨ªo: ¡°Hab¨ªa estado en horas muertas y de repente pens¨¦, tengo que avanzar, no me puedo quedar aqu¨ª tirado, soy m¨²sico y tengo que desentumecerme. Esa canci¨®n refleja perplejidad, pero tambi¨¦n renacer y comenzar de nuevo, por eso canto ¡®hoy cierro el libro de las horas muertas¡±.
Los p¨¢jaros de barro del t¨ªtulo, confiesa Manolo, son una alegor¨ªa: ¡°Ese punto m¨¢gico que se pierde cuando te haces adolescente y dejas atr¨¢s la ni?ez, y que deber¨ªamos aprovechar para recuperar en los a?os siguientes a la adolescencia. Buscaba volver a esa situaci¨®n ideal, no ya tanto de ni?o o de adolescente como de mis buenos a?os con El ?ltimo de la Fila, y tiene un punto de melancol¨ªa, pero tambi¨¦n de sinceridad total¡±.
Un tema que no duda en considerar entre los mejores de los suyos, y que ya en el estudio se vio que era especial, que ten¨ªa magia ¡ª¡°pero jam¨¢s pens¨¦ que iba a calar tanto como ha calado en mucha gente¡±¡ª, y que se trat¨® con presencia principal de guitarra espa?ola complementada con notas de el¨¦ctrica. Al final, el p¨²blico adopt¨® la canci¨®n convirti¨¦ndola en esencial de su repertorio.
Pedro Guerra
Contam¨ªname (Pedro Guerra)
Golosinas
BMG, 1995
En 1994, Contam¨ªname fue un ¨¦xito en las voces de Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel, lo que le sirvi¨® de inmejorable tarjeta de presentaci¨®n a Pedro Guerra, que en Canarias, y junto al grupo Taller, ya sumaba una larga carrera. Para grabar su primer disco solista se recluy¨® durante cuatro d¨ªas en el estudio Cinearte, pero cantando con p¨²blico, tratando de capturar la esencia de sus directos en Madrid desde el a?o anterior, cuando reci¨¦n llegado escribi¨® Contam¨ªname en un piso de la calle Mayor. Una canci¨®n inspirada por la lectura del libro de Carlos Fuentes El naranjo: ¡°Eran diferentes relatos, todos alrededor del mestizaje cultural, y en una entrevista, cuando estaba presentando ese libro, hablaba del mestizaje como contaminaci¨®n cultural, y ah¨ª se me ocurri¨® la idea de utilizar esta expresi¨®n. Musicalmente trat¨¦ de llevarla hacia algo ¨¦tnico, la versi¨®n de Golosinas es bastante caribe?a, pero inicialmente iba m¨¢s hacia ?frica¡±. La canci¨®n, que gan¨® un premio Ondas, lanz¨® a quien es ahora uno de nuestros cantautores esenciales.
Bunbury
El extranjero (Bunbury / Copi)
Peque?o
Chrysalis / EMI, 1999
Tras salir de H¨¦roes del Silencio, Enrique Bunbury busc¨® una voz propia que hall¨® en su segundo ¨¢lbum en solitario, Peque?o, un trabajo viajero que lo mostraba como un creador inquieto musicalmente y abierto a todo tipo de sonoridades, aunque confiesa que fue un disco de elaboraci¨®n compleja al ser su primera producci¨®n. All¨ª estaba El extranjero, una de sus grandes canciones, escrita en Marruecos durante una tarde, resolviendo de forma simult¨¢nea letra y m¨²sica. Un tema que clama contra los nacionalismos: ¡°Era un momento en el que, contra el nacionalismo extremo de ETA, se escuchaban voces peligrosas por parte del fundamentalismo espa?olista. Record¨¦ la frase de no recuerdo qui¨¦n: ¡®El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando¡±.
Musicalmente se va hacia los Balcanes: ¡°Hab¨ªa visto los filmes cl¨¢sicos de Kusturica con su propia m¨²sica o la que le encargaba a Goran Bregovic. Tambi¨¦n admir¨¦ la grandeza del Clandestino de Manu Chao. La sencillez de textos que simpatizaban con un Tercer Mundo que, en lo cultural, nos daban, nos dan, sopas con honda¡±.
El extranjero se alz¨® por s¨ª misma como imprescindible en su repertorio, y Bunbury la lleva fija en sus shows, recibiendo distintas interpretaciones seg¨²n el pa¨ªs donde la toque: ¡°En las giras por Estados Unidos la canci¨®n adquiere un car¨¢cter especialmente reivindicativo, ya que mi p¨²blico all¨ª es en un ochenta por ciento latino de primera o segunda generaci¨®n. Recuerdo tocarla en Atlanta cuando se planteaban endurecer las leyes de inmigraci¨®n en varios Estados, siguiendo la l¨ªnea dura de Arizona, que permit¨ªa encarcelar a latinos que paseando no llevaran identificaci¨®n encima. Aquella fue una interpretaci¨®n especialmente emotiva, aplaudida y antol¨®gica¡±. Admite que es una composici¨®n que le ha dado muchas alegr¨ªas.
Quique Gonz¨¢lez
La ciudad del viento (Quique Gonz¨¢lez / Paco Bastante)
Salitre 48
Polydor, 2001
Salitre 48, el segundo disco de Quique Gonz¨¢lez, era en realidad una colecci¨®n de maquetas rechazada por varias discogr¨¢ficas, pero el tiempo lo ha convertido en uno de los grandes ¨¢lbumes del rock espa?ol: ¡°Si lo hubi¨¦ramos pensado o grabado de otro modo, no hubiera salido as¨ª¡±. Ah¨ª estaba La ciudad del viento, la ¨²nica canci¨®n que ha compuesto en compa?¨ªa, pues Quique escribi¨® la letra en Menorca y se la pas¨® al bajista Paco Bastante, quien le puso m¨²sica capturando la nostalgia que rebosa el texto: ¡°Por aquella ¨¦poca, escribiendo las canciones de Salitre, viajaba mucho a C¨¢diz, a Menorca, a Cadaqu¨¦s, me tiraba dos o tres semanas, o un fin de semana, iba solo, en invierno, y con la idea de hacer canciones. Hay algo rom¨¢ntico y evocador en las ciudades costeras en invierno¡±. Hoy es un tema indispensable en sus directos.
Fito & Fitipaldis
Soldadito marinero (Fito Cabrales)
Lo m¨¢s lejos, a tu lado
DRO / Warner, 2003
Lo que comenz¨® como un modesto proyecto paralelo al grupo Platero y T¨², devino en una de las propuestas m¨¢s s¨®lidas del rock espa?ol en el nuevo siglo. Fito Cabrales logr¨® salirse de aquel traje, hacer la m¨²sica que le vino en gana y, de paso, arrasar comercialmente. De su tercer ¨¢lbum es la bella balada Soldadito marinero, escrita en Bilbao, en el barrio de Zabala: ¡°Estaba asomado al puente de Cantalojas y pas¨® un tipo, que no recuerdo realmente c¨®mo era, la memoria nos enga?a, pero pas¨® un se?or mayor, con pinta muy curiosa, como desgarbado, de esos que piensas, ¡®?qu¨¦ vida habr¨¢ tenido este t¨ªo!¡¯. Igual era el frutero de la esquina y no hab¨ªa salido de Zabala en su vida¡±. Y desde ah¨ª Fito fabul¨® una biograf¨ªa tan dura como triste y tierna que penetr¨® hondo entre sus seguidores.
Joan Manuel Serrat
Cantares (Antonio Machado / Joan Manuel Serrat)
Dedicado a Antonio Machado, poeta
Novola / Zafiro, 1969
El disco de Machado es de los m¨¢s conocidos de Joan Manuel Serrat, una obra que ha trascendido al tiempo y ha cruzado generaciones. Grabado en Mil¨¢n, donde era habitual en aquellos a?os que Serrat registrara sus ¨¢lbumes, de los exquisitos arreglos y la direcci¨®n se encarg¨® Ricard Miralles, que durante d¨¦cadas ha sido estrecho colaborador de Joan Manuel.
Pero para la memoria colectiva ha quedado, principalmente, el tema que abr¨ªa el LP, el profundo y solemne pero pop Cantares, en el que el noi del Poble Sec musicaba versos del libro Campos de Castilla insertando entre ellos estrofas de invenci¨®n propia que tienen mucho de homenaje al propio Machado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.