Estreno inclasificable

La fina l¨ªnea que a veces separa en la m¨²sica el triunfo del fracaso, la gloria del rid¨ªculo y la genialidad de la bazofia la representan figuras de culto como Daniel Johnston o Chris Sievey, representantes al mismo tiempo de la experimentaci¨®n vanguardista y de la espont¨¢nea sencillez, del universo propio y del mundo aparte, de la mente que todo artista desear¨ªa poseer y la mente que ning¨²n ser humano quisiera tener. Entre la lucidez y la pura enfermedad, Johnston y Sievey se hicieron con una aureola m¨ªtica a la que acude la inclasificable Frank, dirigida por Lenny Abrahamson y que, partiendo de la estampa de Sievey, cantante de los 70 que actuaba con una cabeza-m¨¢scara que le tapaba el rostro, reflexiona sobre el proceso de creaci¨®n de una banda de rock alternativo.

Alegor¨ªa del malditismo art¨ªstico, de una extra?a comicidad y profundamente amarga, incluso con toques surrealistas (?esa bu?ueliana pierna de maniqu¨ª!), Frank deambula entre la cr¨ªtica de la tonter¨ªa que a veces acompa?a a ciertos grupos pedantes que creen hacer arte y s¨®lo hacen mierda (eso s¨ª, ¨²nica), y la exaltaci¨®n de este modelo de banda. Quiz¨¢ sea la sensibilidad de cada uno la que acabe dictando ante qu¨¦ estamos, pero ver a una estrella como Michael Fassbender interpretar un papel sin rostro, con una especie de enorme globo de versi¨®n masculina de Dora exploradora sobre la cabeza, descoloca y conmueve.

Frank no arranca bien, y a la media hora el tiempo empieza a hacer mella por reiteraci¨®n y falta de concreci¨®n en sus temas, pero al final su desolaci¨®n y su humor desconcertante (lo que siempre es bueno) se imponen. Pel¨ªcula delirante y probablemente ¨²nica, lo que no significa que sea buena (y a¨²n menos, mala), Frank es inigualable hasta en su forma de lanzamiento, s¨ªmbolo de los nuevos tiempos: no en salas, sino con estreno en VOD, a tres euros.