Hermosa confesi¨®n de tristeza
Tweedy, l¨ªder de Wilco, graba en solitario como terapia para curarse de los golpes de la vida. El m¨²sico encuentra cierta magia en la conexi¨®n con su hijo Spencer
Que este ¨¢lbum comience con Don¡¯t let me be so misunderstood, una canci¨®n breve y fren¨¦tica, no necesariamente significa que vaya a ser un disco de rock. Aunque al final vengan a significar lo mismo, musicalmente Sukierae tiene dos caras. El motivo posiblemente sea que componerlo y grabarlo fue una terapia sanadora a trav¨¦s de la cual, Jeff Tweedy, l¨ªder de Wilco, afront¨® los ¨²ltimos golpes que la vida le ha ido propinando. Cuando comenz¨® a registrar el ¨¢lbum, su mujer a¨²n no hab¨ªa recibido la noticia de que padec¨ªa un c¨¢ncer. Eso propici¨® que Sukierae ¡ªque es el apelativo cari?oso de Sue Miller Tweedy, antigua propietaria del Lounge Ax, uno de los clubes fundamentales para la escena alternativa de Chicago¡ª terminara siendo tambi¨¦n una consecuencia de dicha situaci¨®n.
El contexto en el que nace Sukierae es el siguiente. Con ocho ¨¢lbumes en su haber, el nombre de Wilco hace tiempo que tambi¨¦n es el de uno de los grupos de rock norteamericanos m¨¢s notables de los ¨²ltimos 20 a?os. Su discograf¨ªa es rica en descubrimientos. En su primera etapa reivindicaron la ra¨ªz country para su m¨²sica el¨¦ctrica. Posteriormente, a principios de 2000, pusieron en pr¨¢ctica experimentos con otros estilos que elevaron a¨²n m¨¢s su estatus art¨ªstico mientras su aceptaci¨®n popular segu¨ªa aumentando. Durante los tres a?os transcurridos desde el ¨²ltimo ¨¢lbum del grupo, The Whole Love (2011), Tweedy ha trabajado en varios proyectos ajenos. Ha producido el ¨²ltimo disco de Low ¡ªThe Invisible Way (2013)¡ª y se ha centrado especialmente en la restauraci¨®n art¨ªstica de una de las grandes voces del soul, Mavis Staples, a la que produjo por segunda vez en One True Vine (2013). Tambi¨¦n ha concluido un ¨¢lbum que el padre de ¨¦sta, Pops Staples, dej¨® inacabado al morir en 2000, y que ser¨¢ publicado en diciembre. Tanto para este disco como para los dos con Mavis, Tweedy cont¨® con su hijo Spencer, un adolescente que se ha impregnado de la pasi¨®n que sus progenitores sienten por la m¨²sica.
Ejerciendo como baterista, Spencer ¡ªadem¨¢s del multiinstrumentista Scott McCaughey y las coristas Jess Wolfe y Holly Laessig¡ª acompa?a a su padre en lo que inicialmente iba a ser una obra en solitario en la que ¨¦l tocar¨ªa todos los instrumentos. Y se convierte en la fuerza motriz y emocional para que emprenda un recorrido que comienza con el citado ¨®rdago rockero. Concebido como un ¨¢lbum doble en el sentido original del t¨¦rmino, Sukierae fluye entre la alegr¨ªa y la tristeza, como una reflexi¨®n sobre la vida que va cambiando de tono, enfoque y tema a medida que se suceden las canciones. La fuerza de la primera canci¨®n pronto se transmuta en calma cuando aparece High as hello; despu¨¦s se van sucediendo el rock desnudo de World away, la t¨¦trica psicodelia de Diamond light pt 1, el country folk de Wait for love, el acercamiento al pop de Low key¡ Sukierae es en gran medida una obra reposada donde Tweedy puede fantasear en voz alta con un Chicago libre de violencia (Nobody dies anymore) o recrear el momento en que conoci¨® a su mujer en el citado club (Summer noon). El m¨²sico declaraba recientemente a la revista Uncut que intent¨® dividir el ¨¢lbum en dos mitades, una m¨¢s en¨¦rgica y otra m¨¢s tranquila, haci¨¦ndolo derivar hacia las canciones ac¨²sticas a medida que se acerca el final. El cierre lo pone I¡¯ll never know, la emotiva recreaci¨®n de una imagen de infancia en la cual, en mitad de la noche, un ni?o se sienta junto a su madre dormida para ver la televisi¨®n.
Este disco ha dado a Jeff? Tweedy la oportunidad de hablar de asuntos profundamente tristes que necesitan ser exorcizados a trav¨¦s de la m¨²sica.
La madre del autor falleci¨® hace algunos a?os; su hermano Greg muri¨® a finales de 2013 y ahora su esposa est¨¢ en tratamiento. Tweedy ha explicado que este ¨¢lbum no se hizo pensando en un concepto determinado, pero que s¨ª deseaba reflejar la experiencia de seguir creciendo. Este disco le ha dado la oportunidad de hablar de asuntos profundamente tristes que necesitan ser exorcizados a trav¨¦s de la m¨²sica. La sorprendente conexi¨®n musical que tiene con su hijo a?adi¨® una dosis extra de magia, haciendo que al final no fuese el disco de Jeff si no el de los Tweedy, aunque todo ¨¦l est¨¦ dominado por la visi¨®n y el estilo paternos.
Una obra con hermosas confesiones que sirve tambi¨¦n para que escuchemos al autor de Yankee hotel foxtrot (2002) despojado del cors¨¦ que impone un grupo, trabajando sin restricciones. Sukierae funcionar¨ªa mucho mejor con menos canciones y no es tan audaz como lo que hace Tweedy con Wilco. Pero no fluye mal del todo porque, como colecci¨®n de m¨²sica y sentimientos, es un trabajo m¨¢s que notable.
Tweedy. Sukierae. Epitaph/Pias.
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