La loter¨ªa de Navidad produce un ¡®optimismo artificial¡¯ en los espa?oles: ¡°No hay una explicaci¨®n racional para este fen¨®meno¡±
El premio act¨²a como un ¡®shock positivo de confianza¡¯ en las provincias ganadoras y los expertos advierten sobre los peligros de normalizar los juegos de apuestas
Dura apenas un segundo. Un instante en el que m¨¢s de 25 millones de personas en Espa?a contienen el aliento. Este domingo 22 de diciembre, los ojos del 76% de la poblaci¨®n adulta estar¨¢n puestos en el bolillero del Sorteo Extraordinario de Navidad. Y todos aspirar¨¢n a lo mismo: sacarse el Gordo. Al final, un pu?ado de personas resultar¨¢n ganadoras, pero los efectos de esa suerte se derramar¨¢n por todo el pa¨ªs y tendr¨¢n efectos (y algunos riesgos) reales, no solo en la psicolog¨ªa de una comunidad, sino tambi¨¦n en su econom¨ªa.
Este ¡°efecto contagio¡± de la loter¨ªa entre el ¨¢nimo de los espa?oles se demostr¨® en una investigaci¨®n liderada por Evi Pappa, cient¨ªfica del departamento de Econom¨ªa de la Universidad Carlos III. Pappa y sus colegas han probado, en un estudio publicado en 2023, que en las provincias de Espa?a donde caen premios ¡ªno importa que sean grandes o peque?os¡ª, la loter¨ªa act¨²a como ¡°un shock positivo de confianza¡± que puede durar hasta un a?o. Es decir, en las localidades ganadoras aumenta de forma sostenida el consumo ¡ªsobre todo de autom¨®viles y electrodom¨¦sticos¡ª y se reduce el desempleo.
¡°No hay una explicaci¨®n racional para este fen¨®meno¡±, explica Pappa. ¡°Es un optimismo totalmente artificial, pero con efectos reales, que en Espa?a solo lo produce la Loter¨ªa de Navidad¡±. La justificaci¨®n hay que irla a buscar al n¨²cleo de la idiosincrasia espa?ola. ¡°Lo que tiene este sorteo, y que no tienen otras loter¨ªas, es que todos sabemos que son premios que se comparten y as¨ª tambi¨¦n se comparte el sentimiento de victoria¡±. La experta se?ala que es un efecto similar al que se produce cuando la selecci¨®n de f¨²tbol gana un Mundial. En ambos casos, por un momento, todo parece posible.
El estudio apunta que los m¨¢s afectados por esta ilusi¨®n son los j¨®venes de bajos ingresos. ¡°Son las personas que est¨¢n m¨¢s restringidas en su consumo. Lo piensan dos veces antes de, por ejemplo, comprar una moto. Si de repente todo su entorno est¨¢ m¨¢s optimista porque un vecino del pueblo se gan¨® la loter¨ªa, ese sentimiento se propaga, mejoran las expectativas, y terminan por comprarse la moto¡±, explica la experta. Este optimismo generalizado no se basa en un cambio fundamental en la econom¨ªa. ¡°Ocurre porque t¨², al leer noticias sobre los ganadores, tambi¨¦n crees que puede pasarte algo bueno. Pero nada cambia de verdad¡±.
Pappa ha estudiado c¨®mo los fen¨®menos sociales pueden modular la psicolog¨ªa de una comunidad, para bien o para mal, y reflejarse en su econom¨ªa. La cient¨ªfica los llama ¡°ciclos econ¨®micos sentimentales¡±. La loter¨ªa es un ejemplo de optimismo, pero otro estudio publicado en 2023, que analiz¨® las variaciones econ¨®micas luego de un tiroteo masivo en una escuela en Estados Unidos, ha demostrado que el efecto puede ser completamente el opuesto. Ante las malas noticias, el optimismo cae y la econom¨ªa se resiente.
Isabel Mic¨®-Mill¨¢n, investigadora del Banco de Espa?a y coautora de la investigaci¨®n, cree que los resultados de su estudio son comparables a los de un an¨¢lisis publicado en 2016. ¡°Este informe demostr¨® que cuando una persona rica llega a un barrio, la gente de esa comunidad gasta m¨¢s dinero porque quieren parecerse a ella. Al final, la econom¨ªa no es algo abstracto, somos las personas, que observamos, nos dejamos influenciar y tomamos decisiones¡±.
El milagro de la Navidad
Los expertos coinciden en que la poblaci¨®n espa?ola percibe que la loter¨ªa es una tradici¨®n y no un juego de azar. Y la tradici¨®n, a veces, pesa.
¡°Hay una presi¨®n significativa por comprar la loter¨ªa¡±, asegura Valent¨ªn Mart¨ªnez-Otero, doctor en psicolog¨ªa e investigador en la Universidad Complutense de Madrid. Por su parte, Susana Jim¨¦nez Murcia, directora del Programa de juego patol¨®gico y adicciones conductuales del Hospital de Bellvitge, a?ade que este sorteo est¨¢ muy normalizado en Espa?a. A veces, demasiado. ¡°Nos miran mal a los que no compramos un d¨¦cimo. Somos los raros, incluso en los trabajos te insisten¡±, dice.
Mart¨ªnez-Otero cree que este discurso ha hecho que ¡°un n¨²mero considerable de personas depositen expectativas demasiado grandes en la idea de que la loter¨ªa puede cambiar sustancialmente sus vidas¡±. En esa ilusi¨®n, ¡°residen en gran medida las explicaciones psicol¨®gicas del impacto que tiene este juego en Espa?a¡±. Tambi¨¦n que hay una serie de producciones culturales, como los tradicionales anuncios publicitarios, ¡°que fomentan y alimentan la idea de que la loter¨ªa es parte de ese ¡®milagro de la Navidad¡¯¡±.
Todo este aparato institucional hace que la poblaci¨®n perciba un riesgo bajo en la compra de un d¨¦cimo e incita a que la mayor cantidad de personas hagan su apuesta. Los datos se?alan que, dentro del repertorio de juegos de azar, la loter¨ªa tiene ¡°un potencial adictivo menor¡± porque carece de la inmediatez vertiginosa y adictiva de otros juegos, pero aun as¨ª ¡°esto puede ser un problema si una persona tiene cierta predisposici¨®n a una adicci¨®n a las apuestas¡±, advierte Mart¨ªnez-Otero.
Jim¨¦nez est¨¢ de acuerdo: ¡°Tampoco es que quiera demonizar la compra de la Loter¨ªa de Navidad, pero es importante saber que no a todos nos afecta igual ese discurso tan normalizado alrededor de la apuesta¡±.
Mart¨ªnez-Otero prefiere ser cauteloso, pero afirma que ¡°esta pr¨¢ctica puede generar una adicci¨®n¡±. Hay ciertos grupos de personas que por sus caracter¨ªsticas personales ¡ªinseguridad, baja autoestima, insatisfacci¨®n vital¡ª ¡°quieren ganar a toda costa¡± y depositan mucha confianza en el azar.
La enorme mayor¨ªa de quienes compran un d¨¦cimo no tendr¨¢n este problema. Muchas otras s¨ª.
El juego m¨¢s com¨²n de todos
En 2022, Jim¨¦nez public¨® un estudio que analiz¨® los perfiles de los pacientes con trastorno por juego que prefieren las loter¨ªas como su principal forma de apuesta, compar¨¢ndolos con otros tipos, como las m¨¢quinas tragamonedas y el bingo. Sus resultados demostraron que, aunque las loter¨ªas son percibidas como menos problem¨¢ticas e inofensivas, esta modalidad de juego tiene dificultades asociadas. Algunos usuarios, por ejemplo, pueden subestimar su capacidad adictiva, o pueden terminar us¨¢ndola como una v¨ªa de escape ante conflictos sociales o econ¨®micos. Tambi¨¦n, algunos jugadores tienen tendencia a mantener creencias irracionales, como la idea de que ciertos n¨²meros son ¡°afortunados¡±. Pensamiento m¨¢gico y superstici¨®n.
Otro estudio, realizado en Australia en 2020, encontr¨® que casi un tercio de los m¨¢s de 2.000 encuestados ten¨ªan alg¨²n nivel de riesgo relacionado con el juego debido al uso de productos de loter¨ªa. O sea que la percepci¨®n de que son inocuos es equivocada dentro de algunos perfiles de usuarios.
¡°Lo que nos falta a los espa?oles es educaci¨®n financiera¡±, cree Jim¨¦nez. Dentro de esa formaci¨®n, a?ade, se deber¨ªa incluir un cambio en el relato colectivo de que la loter¨ªa puede cambiar vidas y que apostar no hace da?o a nadie. ¡°Las probabilidades de que te toque un gran premio en la loter¨ªa son baj¨ªsimas. Es m¨¢s probable que te atropelle un coche y, sin embargo, nadie sale a la calle pensando que eso le va a pasar. En cambio, compras un d¨¦cimo e igual crees que puedes convertirte en una persona rica. Ya desde los colegios deber¨ªamos trabajar en esa l¨ªnea de dimensionar la probabilidad¡±.
La loter¨ªa tiene una prevalencia alt¨ªsima. De hecho, es el juego de apuestas m¨¢s frecuente a nivel mundial. En Espa?a tambi¨¦n. Seg¨²n datos de la ONCE, el 61% de la poblaci¨®n espa?ola es jugadora de al menos un juego de loter¨ªa y un 45% es jugadora frecuente y lo hace, como m¨ªnimo, una vez a la semana.
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