?Qu¨¦ te pasa, Ray Donovan?
Ray Donovan tiene un problema y se llama 'Ray Donovan'. Dicho de otra manera, el personaje central de la serie es tan poderoso que todo a su alrededor resulta diminuto
Ray Donovan tiene un problema y se llama Ray Donovan. Dicho de otra manera, el personaje central de la serie de Showtime (la segunda temporada est¨¢ en emisi¨®n actualmente en Canal +) es tan poderoso que todo aquello que gravita a su alrededor resulta diminuto y ¡ªal final¡ª prescindible. Le pasa con sus hermanos, uno con alma de boxeador ca¨ªdo y otro traumatizado por una infancia en manos de un cura pederasta, escritos con trazo tan grueso que cada vez que se topan con Ray parecen un velero en manos de un hurac¨¢n.
Tambi¨¦n le pasa a su mujer, que ha pasado a ser una especie de detonador a distancia que los guionistas utilizan para crearle conflictos emocionales a un tipo que s¨®lo cree en el Lagavulin. Les pasa a sus hijos, los de Ray, que son como fantasmas que un d¨ªa est¨¢n y al siguiente no y al que intentan meter en todos los fregados, buscando una forma de entrometerles en la narraci¨®n, llegando al delirio con la trama del g¨¢nster rapero. Y ¡ªpor mucho que se empe?en¡ª le pasa con su padre, un Jon Voight magn¨ªfico en un papel que roza el rid¨ªculo, pasando del villano sibilino que sabe c¨®mo manipular hasta al Esp¨ªritu Santo al est¨²pido que le regala el coche de su hijo a su nieto y se queda sin hijo, sin coche y sin nieto. El problema es que pretenden que Voight sea tantos personajes a la vez que acaba por resultar sencillamente inveros¨ªmil que un personaje as¨ª siga vivito y coleando. El actor, muy bien (cuando no le da por dejarse ir); su papel, no tanto.
Y luego est¨¢ Ray. Un Liev Schreiber tan poderoso y brillante que el resto del reparto parece escrito en min¨²sculas. La serie depende completamente de ¨¦l porque ninguna (ni una) de las subtramas le llega a la suela del zapato (de la deplorable escena ¡ªpor rid¨ªcula¡ª de Bunchy en el ba?o con el hijo de su ligue, ya hablamos otro d¨ªa). Curiosamente, los mejores personajes de la serie son ignorados de forma sistem¨¢tica, seguramente porque no encajan en la mara?a de t¨®picos del resto: la ayudante de Donovan, su colega israel¨ª (magn¨ªficos Katherine Moennig y Steven Bauer) o el legendario Elliott Gould. Salen poco y mal, como si molestaran, y seguramente lo hacen.
A Ray Donovan le sobran exclamaciones y le falta puntuaci¨®n, y por eso verla es como leer una de esas novelas rom¨¢nticas donde lo ¨²nico interesante es saber en qu¨¦ momento el protagonista empezar¨¢ a mostrar su lado tormentoso a la f¨¦mina de turno. Sin embargo, metidos en un torbellino en el que las (presuntas) obras maestras tienen que salir como setas de la caja tonta, parece que esta serie sea la nueva piedra de toque de la televisi¨®n moderna. La verdad es que lo ¨²nico excepcional de Ray Donovan es Ray Donovan. Los que quieran algo m¨¢s tendr¨¢n que seguir esperando.
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