La tarask¨¢ de la periferia

Fue Bigas Luna el que defini¨® a su personaje la Juani como ¡°el glamour de la periferia¡±. El Langui es, sin discusi¨®n posible, el trovador de la banlieu. El viernes FDF (Mediaset) estren¨® su programa Tarask¨¢ TV, un salto cualitativo de su podcast Radio Tarask¨¢. Y lo ha hecho con una audiencia aceptable, incluso casi sorprendente para el at¨ªpico producto que ofrece (2.4% de audiencia y 411.000 espectadores, a s¨®lo 6.000 espectadores de Bob Esponja, un top ten fijo, y muchos m¨¢s que cualquier tertulia de la caverna).

Un personaje peculiar, compositor rapero, escritor, actor (tiene un Goya al actor revelaci¨®n por El truco del manco), tertuliano y, ahora, coprotagonista de Chiringuito de Pepe, El Langui, con su par¨¢lisis cerebral a cuestas, ha decidido situar en el mapa a su barrio, Pan Bendito, y a sus amigos de siempre, el Gitano Ant¨®n entre otros. Que Dios o el obispo de Alcal¨¢ de Henares no le ha llamado por el camino de lo exquisito, es evidente. Que sus letras, comentarios y programas en Internet son un espejo de la realidad suburbial, incuestionable. Y ahora, con su Tarask¨¢ TV en una cadena del potente grupo Mediaset, se puede convertir en un referente de la cutre-televisi¨®n, dicho sea sin el menor ¨¢nimo peyorativo. Lo cutre como lo kitch es un subg¨¦nero, no una cualificaci¨®n jer¨¢rquico-est¨¦tica, de igual manera que los culebrones son una consecuencia colateral de los melodramas.

Dos cosas resultaron extraordinarias en el deb¨² del bardo de Pan Bendito: que el bloque de anuncios que le precedieron ocup¨® casi el mismo tiempo que el programa, unos 12 minutos frente a los 15 de El Langui. Si se esfuerza la cadena conseguir¨¢ el anhelado fifty-fifty. El segundo hecho sorprendente es que en Tarask¨¢ TV, al menos de momento, no ha salido Santiago Segura promocionando la quinta entrega de Torrente aunque no nos cabe duda que acabar¨¢ saliendo: es el perfecto cutre-detective para el cutre-programa y Segura es insaciable si de lo que se trata es de publicitar su filme.

La estrella invitada fue Dani Rovira, el gran valor emergente de la industria cinematogr¨¢fica con su protagonismo de 8 apellidos vascos, la gran rival en taquilla del detective casposo. Una charla distendida, sin demasiada profundidad y con la complicidad suficiente como para poder decirle al invitado que ¡°ser¨¢n preguntas breves, cortitas, como Cospedal¡±, cortada por un disparatado montaje de flashes inconexos en los que se entremezclaban planos del barrio con alguno de Vacaciones en el mar. ?Lo mejor?: la secuencia del mon¨®logo en un bar de El Langui, todo un ejercicio ir¨®nico y autocr¨ªtico con unos espectadores que por su sola contemplaci¨®n ya merec¨ªa la pena ver el programa.

A estas alturas para nadie es un secreto que el neorrealismo, por ejemplo, surgi¨® de unos condicionamientos econ¨®micos muy concretos. Tarask¨¢ TV y tantos otros programas que nacen, se desarrollan y generalmente mueren en Internet, sobreviven en un ambiente de producci¨®n paup¨¦rrimo y en el que solo el talento y la imaginaci¨®n de sus responsables pueden alargar su vida. El Langui ha conseguido saltar a las cadenas comerciales sin renunciar a sus ra¨ªces ni a su forma de entender la vida, cr¨ªtica pero sin acritud. ?Larga vida a El Langui!