El mercado total
Rotterdam inaugura el Markthal, un mercado que ha costado cinco a?os y 175 millones
Sobre el coraz¨®n hist¨®rico de Rotterdam, que asom¨® hacia 1270 con unos asentamientos alrededor de la presa del r¨ªo Rotte, se alza hoy un edificio h¨ªbrido en el sentido m¨¢s estimulante de la palabra. Mezcla de mercado cubierto, tiendas de alimentaci¨®n y restaurantes, adem¨¢s de viviendas y aparcamiento subterr¨¢neo, se llama Markthal y ha abierto sus puertas al p¨²blico de la mano de la reina M¨¢xima. En forma de herradura, el edificio recrea la f¨®rmula tradicional de sus hom¨®logos del sur de Europa, algunos tan famosos como el de La Boquer¨ªa (Barcelona), el Mercado Central (Budapest), o el de Las Especias (Estambul). Pero en Holanda, y especialmente en su gran ciudad portuaria, el dise?o deb¨ªa aportar un valor a?adido.
As¨ª ha sido: tras cinco a?os de trabajos y con un coste de 175 millones de euros, el estudio local de arquitectos MVRDV y la empresa Provast, han entregado un inmueble cuyo exterior, erizado de balcones, apenas prepara para un interior convertido en espect¨¢culo visual.
Una vez superada la impresi¨®n de una fachada de cristal transparente y cuadriculado, sujeto con cables de acero flexibles para soportar vientos extremos, la vista no puede despegarse de las paredes y la b¨®veda. Forradas ambas de flores y frutas, reinterpretan los bodegones del Siglo de Oro holand¨¦s con un giro cinematogr¨¢fico. Despu¨¦s de crear una imagen monumental en 3D de los productos a la venta, los artistas Arno Coenen e Iris Roskam mandaron la obra a los estudios Pixar, de Hollywood. Los responsables de cintas como Nemo y Toy Story se ocuparon de la animaci¨®n digital de una pieza de 11.000 metros cuadrados. Los 4.500 paneles de aluminio en que se troce¨® luego la imagen para su instalaci¨®n tienen 2 mil¨ªmetros de grosor. Tambi¨¦n han sido perforados para absorber el ruido de la nave. En el techo se proyectar¨¢ una pel¨ªcula vegetal que simular¨¢ una lluvia de este Cuerno de la Abundancia sobre el espectador.
En tierra firme, la planta baja y la primera planta del Markthal acogen 96 puestos fijos, 20 tiendas de comida y 8 restaurantes. En el aparcamiento hay 1.200 plazas, y las ventanas interiores de los apartamentos asoman desde las paredes y la b¨®veda. De los 228 construidos en once plantas (126 de compra y 102 de alquiler) solo queda por adjudicar un 20% de los primeros. Los precios oscilan entre 250.000 euros por 80 metros cuadrados, y 1,2 millones de euros, por 300 metros cuadrados. Los de renta no superan los mil euros. ¡°La gente prefiere hoy no tener hipotecas y la idea de vivir en un sitio as¨ª, a partir de 700 euros, ha convencido a familias con ni?os. Tambi¨¦n a parejas que ya los han criado y prefieren evitar la servidumbre de las casas tradicionales, con escaleras internas y tal vez jard¨ªn¡±, dice Jan Knikker, portavoz de los arquitectos MVRDV.
Pero, ?qu¨¦ hay de los olores y los ruidos de un mercado? Y, sobre todo, ?cu¨¢nta luz puede haber en las habitaciones interiores? El edificio tiene unos cimientos de 15 metros de profundidad, y requiri¨® una complicada obra de ingenier¨ªa para evitar la presi¨®n del agua, que apareci¨® ya a tres metros. Con el mercado consolidado, y teniendo en cuenta que la entrada de los apartamentos es externa, el suministro se efect¨²a con montacargas ocultos en la propia plaza del Markthal. Los olores se evitan con la entrada de aire por el techo y por los dos accesos del mercado en herradura.
En cuanto a la luminosidad, si bien todos los pisos tienen ventanas a la calle, las de la mitad dan tambi¨¦n adentro. Esas no se pueden abrir, pero en MVRDV creen que ¡°las ventajas de una vista singular y llena de vida, combinadas con la posibilidad de ventilar con las que s¨ª dan a la calle¡±. son una buena compensanci¨®n. Para el ayuntamiento, que quiere atraer m¨¢s vecinos al centro y ha conseguido aumentar en un 20% las visitas tur¨ªsticas, el Markthal es ya un nuevo icono urban¨ªstico de Rotterdam.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.