Mal lugar para la novela negra

La novela negra escandinava, tan de moda, tiene sin duda a uno de sus representantes m¨¢s curiosos en el fero¨¦s J¨®gvan Isaksen. Autor de una docena de novelas del g¨¦nero protagonizadas por dos detectives diferentes ¡ªun periodista y un militar¡ª, sus obras presentan la particularidad de que transcurren en su pa¨ªs, las islas Feroe, que acredita la tasa de criminalidad m¨¢s baja del mundo. En 2012 la pl¨¢cida sociedad feroesa se vio sacudida por el primer asesinato ?en 23 a?os!, y el culpable fue un croata. Es cierto que luego se han sucedido otros dos homicidios en dos a?os, pero vamos, no es que esto sea Chicago. La violencia en las islas parece descargarse en los ba?os de sangre de las peri¨®dicas matanzas de corderos y sobre todo en las de ballenas que se llevan a cabo en los baj¨ªos junto a las playas y ti?en el mar de un carmes¨ª siniestro.

He quedado con Isaksen en la Brasserie Hvonn, en la capital, T¨®rshavn, que concentra a cerca de la mitad de los 48.000 habitantes de las Feroe. El restaurante se encuentra frente a los locales del Sosialunin, el diario en el que trabaja el periodista Hannis Martinsson, uno de los dos investigadores creados por Isaksen (el otro es William Hammer, un ex boina verde dan¨¦s incorporado a la polic¨ªa de las Feroe). El escritor, oriundo de la ciudad y nacido en 1950, es adem¨¢s de autor de novela criminal, profesor de literatura y lengua feroesas en la Universidad de Copenhague. Tiene un aire a lo Jo Nesbo, en mayor. Su primera novela negra, Blio er summarnatt a Foroyalandi (1990), que transcurre en las Feroe ¡ªcomo su t¨ªtulo indica¡ª, es la primera del g¨¦nero escrita en fero¨¦s (Isaksen ha sido traducido al dan¨¦s, al alem¨¢n y al island¨¦s, y pronto lo ser¨¢ al ingl¨¦s).

Le pregunto c¨®mo logra la inspiraci¨®n en un lugar tan pac¨ªfico. ¡°Hay que tener mucha inventiva, pero el escenario es muy bueno¡±, responde disfrutando con sus fish and chips, herencia culinaria de la ocupaci¨®n brit¨¢nica durante la Segunda Guerra Mundial a la que son muy adictos los feroeses, como entender¨¢ cualquiera que haya probado la ballena. ¡°La atm¨®sfera de las Feroe es sensacional para la novela policiaca, cada vez que un personaje abre la puerta te encuentras la lluvia, la niebla y el viento. Aqu¨ª no puedes ignorar la naturaleza. Con los grandes paisajes y la soledad este es un sitio excelente para situar historias¡±. Ya, excepto que no hay cr¨ªmenes. ¡°Bueno, para eso est¨¢ la imaginaci¨®n¡±, r¨ªe. Y a fe que Isaksen la tiene: entre los argumentos de sus novelas figura el asesinato de una periodista que investiga la relaci¨®n de un barco llegado de Paraguay con un antiguo tesoro de los nazis desembarcado en las Feroe por un submarino en 1945 (la primera), la muerte de dos ecologistas brit¨¢nicos degollados al tratar de parar la pesca de ballenas, el hallazgo de un esqueleto en un lago o la b¨²squeda de las 30 monedas de plata de Judas en la isla, en la que intervienen los caballeros de Malta y que provoca varios cr¨ªmenes.

Por lo menos del caso del croata ha podido tener algo de inspiraci¨®n directa. ¡°Le condenaron sin cad¨¢ver, solo por las pruebas, pero hace poco un buceador sac¨® del mar el cr¨¢neo de la v¨ªctima, en Kv¨ªvik¡±. Isaksen declina que se le tilde de Agatha Christie de las Feroe. ¡°No, no, con todos los respetos por la vieja dama, mi inspiraci¨®n son Dashiell Hammet y Raymon Chandler¡±. ?Se siente parte de la tradici¨®n escandinava de novela negra? ¡°No lo hab¨ªa pensado, de hecho, cuando se tradujo al island¨¦s mi primera novela, en 1991, a¨²n no hab¨ªa all¨ª nadie que escribiera obras del g¨¦nero, y creo que se dijeron que si alguien pod¨ªa escribir novela negra en las Feroe tambi¨¦n se pod¨ªa escribir en Islandia. A Stiegg Larsson lo he le¨ªdo pero no creo que me haya influido mucho. Sin duda m¨¢s Hemingway¡±.

Al acabar de comer, Isaksen se encasqueta su gorra de b¨¦isbol y camina por las callecitas mientras cae el en¨¦simo chaparr¨®n del d¨ªa. ?Espera el gran crimen de las Feroe?, le pregunto antes de separarnos. ¡°No¡±, responde con una sonrisa resignada, ¡°va contra las estad¨ªsticas¡±.