Pancartas de libertad

Todo empez¨® en Leipzig. En septiembre de 1989 no era habitual encontrar en la RDA gente con el valor para llevar una pancarta que dijera: ¡°SED, el partido de la cat¨¢strofe¡±. El todopoderoso Partido Socialista Unificado de Erich Honecker parec¨ªa entonces intocable, pero el millar de manifestantes que se congreg¨® el d¨ªa 4 frente a la iglesia de San Nicol¨¢s supo ver que el rey estaba desnudo. Trece meses despu¨¦s, la dictadura hab¨ªa ca¨ªdo y Alemania era un solo pa¨ªs. Basta con el pu?ado de fotograf¨ªas expuesto en un modesto pasillo del Museo de la Fotograf¨ªa, situado en las afueras de esta ciudad sajona, para retroceder en el tiempo 25 a?os.

Impresiona pasear hoy por Leipzig y descubrir una ciudad vibrante de la que ya se habla como de un nuevo Berl¨ªn peque?ito. La plaza que hace un cuarto de siglo fue testigo del descontento ciudadano est¨¢ ahora llena de despreocupados paseantes que compran en los puestos callejeros desde una planta hasta un sof¨¢.

"?Egon? ?Qui¨¦n nos ha preguntado?". Dos mujeres ¡ªcuyas chaquetas desvelan que estamos en los a?os ochenta¡ª criticaban la decisi¨®n tomada en 1989 de colocar al frente del partido y del pa¨ªs a Egon Krenz, que solo durar¨ªa en el cargo mes y medio. "No queremos experimentos. Unidad alemana", reza otra pancarta, sobre la que se encarama una foto de Honecker vestido de presidiario. Estos deseos tardar¨ªan poco en hacerse realidad.

Un consejo: tras ver las im¨¢genes de la revoluci¨®n pac¨ªfica de 1989, suban unos pisos y observen las fotos que Peter Langner tom¨® de los habitantes de la calle Kirchhofstra?e. As¨ª ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil comprender por qu¨¦ Leipzig se convirti¨® en el centro de la resistencia de la RDA.