La b¨²squeda
Para un amigo m¨ªo, Paco de Luc¨ªa ten¨ªa algo de los personajes de Clint Eastwood. Contundente, sobrio, inescrutable y, por encima de todo, un salvaje profesional
En el documental sobre Paco de Luc¨ªa que su hijo Curro S¨¢nchez Varela andaba poniendo en pie cuando la muerte atrap¨® al guitarrista en las playas de Tulum se ofrecen algunas claves para comprender al personaje. Estrenado esta semana, apenas meses despu¨¦s del fallecimiento, cuando quiz¨¢ a¨²n no somos conscientes de la enorme p¨¦rdida, Paco de Luc¨ªa. La b¨²squeda posee la habilidad de centrar en la peripecia del guitarrista la estructura narrativa. Y colgar de ella los apuntes m¨¢s esclarecedores de su compleja personalidad. Para un amigo m¨ªo, Paco de Luc¨ªa ten¨ªa algo de los personajes de Clint Eastwood. Contundente, sobrio, inescrutable y, por encima de todo, un salvaje profesional. No desenga?a en las declaraciones contenidas en el documental. Desde la infancia pobre en la que observa la desolaci¨®n de los padres ante las carencias materiales, hasta la dignidad de quien se ha hecho rico sin perder el pudor.
El humor, que fue su manera de zumbar a la realidad, le sirvi¨® para vadear los momentos malos. Pero no deja de asomar la bruma de la depresi¨®n, de la insatisfacci¨®n perpetua, de la exigencia y el criterio propio para desarmar las cr¨ªticas de los puristas cuando tocaba machacarlo, pero tambi¨¦n la a¨²n m¨¢s peligrosa tendencia al elogio autom¨¢tico cuando tocaba encumbrarlo. Es cuando se reconoce aprendiz y trabajador a destajo de la guitarra cuando mejor se le comprende. Y entre las joyas del documental queda una rememoraci¨®n de la amistad profesional con Camar¨®n de la Isla que elude la sentimentalizaci¨®n y la edulcorada memoria, sino que nos devuelve la dificultad de comunicaci¨®n, el respeto y los silencios de un cercano pero salvaje western.
Contiene adem¨¢s una an¨¦cdota muy recomendable sobre c¨®mo la perspicacia de Jes¨²s Quintero le abri¨® las puertas de la televisi¨®n y ese trampol¨ªn lo acerc¨® a una poblaci¨®n que sab¨ªa tan poco de guitarra espa?ola como de casi todo lo dem¨¢s. Ah¨ª corremos a preguntarnos d¨®nde ha quedado la excelencia, sepultada bajo la soberbia de la zoqueter¨ªa. Porque Paco de Luc¨ªa es el producto de una Espa?a tr¨¢gica, que no se acaba de ir nunca del todo, y que, para consuelo de desesperados, fabrica de siglo en siglo un par de artistas inmortales como ¨¦l.
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