¡®Testamento¡¯, la muerte anunciada de Vickie Gendreau

Vickie Gendreau (Montreal, 1989) se enter¨® que morir¨ªa en pocos meses el seis de junio de 2012 cuando los resultados m¨¦dicos confirmaron que ten¨ªa un tumor cerebral incurable. El c¨¢ncer se expand¨ªa en un lugar muy al interior de su cerebro, raz¨®n por la cual era inoperable. Los s¨ªntomas hab¨ªan empezado con una par¨¢lisis facial parcial y su decaimiento f¨ªsico avanzar¨ªa de manera m¨¢s severa. Tan pronto supo la noticia la joven poeta se sent¨® a escribir su Testamento, su novela que es un testimonio po¨¦tico sobre su muerte inminente y la vida que abandonaba. En tan solo tres semanas termin¨® el texto que la editorial canadiense, Le Quartenier, public¨® en septiembre del mismo a?o. Un mes despu¨¦s, Eric Jean, director del teatro Quat¡¯sous en Montreal, se top¨® con Testamento y tras devorar la novela contact¨® a la autora por Facebook para pedirle permiso de hacer una adaptaci¨®n para teatro. Gendreau muri¨® sin ver el montaje de Jean el 11 de mayo de 2013.

La tormenta me apag¨® y me arrastr¨®...

Vickie Gendreau

¡°Me hubiera gustado nunca conocer el dolor. Me hubiera gustado ser otra, en otro lugar¡±, dice Vickie al comienzo de la obra. Entre escenas que son relatos cortos de memorias de la autora, su madre, su hermano y sus amigos, ocho actores sobre la escena, representan una especie de velorio que es tambi¨¦n como una fiesta en la que la fallecida est¨¢ presente y dialoga con los seres que la recuerdan. La actriz que hace de madre es la ¨²nica que viste de negro y que mantiene una actitud sombr¨ªa y oscura durante toda la funci¨®n. Los otros siete personajes, incluyendo a Vickie, se mueven entre la euforia y la tristeza, su vestuario es de colores, incluso de lentejuelas rosadas y verdes en alguna escena. La muerte, aunque se siente cercana no se impone como una s¨¢bana oscura en el montaje, sino que parece ser una presencia invisible que recuerda sobre la delicada l¨ªnea divisoria entre la vida y el momento de todo fin.

Esa idea de estar y de repente dejar de estar, la resume una de las frases de Gendreau, una frase que empieza siempre igual y termina de manera diferente cada vez: "Cierro los ojos, abro los ojos y estoy en Nueva York...cierro los ojos, abro los ojos y sigo en urgencias...cierro los ojos, abro los ojos y...". As¨ª en varios momentos de su vida, de su libro y sobre la escena. Hasta cuando llega un momento en que sus ojos se quedan cerrados para no abrirse m¨¢s. "La tormenta me apag¨® y me arrastr¨®", dice Vickie.

La obra es a la vez ficci¨®n y a la vez es realidad

Eric Jean

El director comparte que adaptar la novela para el teatro no fue dif¨ªcil porque todos los di¨¢logos son tomados, sin a?adir o quitar una palabra del texto de Gendreau. La labor de Jean consisti¨® en crear una secuencia dram¨¢tica y una determinada atm¨®sfera con otros aspectos esc¨¦nicos como son las im¨¢genes de v¨ªdeo, el vestuario y sobre todo la m¨²sica, que es un elemento determinante de la obra. Cada canci¨®n evoca una situaci¨®n especial en la vida de la autora y enlaza las escenas entre s¨ª. Jean escogi¨® actores que fueran a su vez m¨²sicos, los artistas cantan en vivo y en directo.

Lo que s¨ª result¨® dif¨ªcil en el proceso del montaje fue abordar el tema que tanto para el director como para los int¨¦rpretes era cercano porque proven¨ªa de una persona real, se?ala Jean. "Con esta historia que es aut¨¦ntica es dif¨ªcil tomarte libertades, pero al mismo tiempo tienes que tomarte libertades porque no quieres hacer un documental que ser¨ªa muy pesado. Tienes que hacer como si hablaras de personajes ficticios. La obra es a la vez ficci¨®n y a la vez es realidad. Adem¨¢s es particular presentar el espect¨¢culo ante personas reales que aparecen en la obra", concluye. Los familiares y amigos de Gendreau vieron el espect¨¢culo cuando se present¨® por primera vez en marzo de este a?o en Montreal, Jean comenta que todos estuvieron conmovidos.

Sobre la misma Gendreau el director dice que era una persona ¨²nica, que ve¨ªa la vida con humor. "Vickie era una persona de contrastes, en su escritura en una sola frase lees alegr¨ªa y tristeza". La experiencia de haber hecho esta obra le dej¨® a Jean una sensaci¨®n especial de haber cuidado de alguien, haber cuidado de su memoria. "Es una reflexi¨®n sobre la fragilidad del ser humano y la importancia de que haya compasi¨®n por los dem¨¢s", concluye. Al final de la funci¨®n se proyecta una imagen de una mu?eca inflable que se eleva hacia el cielo atada a unos globos de aire.