Los desnudos muros del palacio de Enrique IV
Obras en las estancias de Juana de Portugal destapan datos de la construcci¨®n en el XV
Parte de los muros de lo que fueron las dependencias de la reina Juana de Portugal del Palacio de San Mart¨ªn, mandado construir por su esposo, el rey Enrique IV, en 1455, en el centro urbano de Segovia ¡ªdonde se vivi¨® buena parte de la historia de Castilla en la segunda mitad del siglo XV¡ª, han quedado al desnudo para su estudio, a modo de escuela de un per¨ªodo de gran inter¨¦s en la arquitectura mud¨¦jar castellana.
La falta de dinero, en plena crisis, ha llevado al traste la rehabilitaci¨®n del inmueble, expropiado por la Junta de Castilla y Le¨®n cuando se planteaba un proyecto de viviendas de lujo. Por este motivo, tuvo que desembolsar cerca de tres millones de euros, con la idea de ampliar el Museo de Arte Contempor¨¢neo en memoria de Esteban Vicente, en la misma manzana en la que transcurrieron algunos de los sucesos m¨¢s importantes del tr¨¢gico reinado de Enrique IV y donde pas¨® su primera juventud la que fuera reina Isabel.
La Cat¨®lica tambi¨¦n se retir¨® all¨ª cuando, a ra¨ªz de su proclamaci¨®n en la capital segoviana, el 13 de diciembre de 1474, consagr¨® tanto cuidado a los negocios que pasaba muchas noches despachando hasta el amanecer, como recogi¨® el cronista Diego de Colmenares (Segovia, 1586-1651). Abandonada la idea de rehabilitarlo, a falta de recursos, la Administraci¨®n auton¨®mica ha optado por consolidar las ruinas, sanearlas y protegerlas, para evitar el deterioro, dando opci¨®n a visitas organizadas de estudiosos y alumnos de arquitectura para interpretar los datos sobre los tipos de construcci¨®n en el siglo XV. La ausencia de cemento ha ido a favor del conocimiento ya que, si se hubiera rehabilitado, como se lleg¨® a plantear en 2007, con una previsi¨®n de gasto de cinco millones de euros, no se ver¨ªan ahora las capas de revocos que ha tenido el edificio a lo largo de la historia y otros detalles arquitect¨®nicos.
El historiador Juan de Contreras, marqu¨¦s de Lozoya, mantuvo la tesis de que la ciudad de Segovia ¡ªque en se?or¨ªo le hab¨ªa concedido cuando era pr¨ªncipe su padre Juan II¡ª era la estancia predilecta de Enrique IV, a quien defin¨ªa como rey desventurado, por lo que decidi¨® instalarse en un edificio m¨¢s habitable en el centro urbano fuera del alc¨¢zar, alejado del fr¨ªo glacial que invad¨ªa, en invierno, las enormes naves de la fortaleza, orientadas al norte. Sin embargo, otro historiador, Antonio Ruiz Hernando, es de la idea que el rey se mud¨® a este inmueble huyendo del ruido de la Corte.
La cuadrilla de Xadel Alcalde, integrada por musulmanes que trabajaban en el alc¨¢zar, pudo ser la encargada de levantar el palacio, cuyos restos se articulan en torno a un patio central cerrado en tres de sus cuatro lados. De los datos facilitados por el arquitecto de las obras de consolidaci¨®n, Jes¨²s Castillo, se desprende que se trata de una construcci¨®n pobre, levantada sobre barro y cal, tambi¨¦n modesta en cuanto a representaci¨®n, pero con un evidente peso hist¨®rico y con destacados elementos decorativos de valor art¨ªstico, como yeser¨ªas, estucos y alfarjes originales.
Con un presupuesto de medio mill¨®n de euros, el proyecto comenz¨® con la retirada de unos estabilizadores que sujetaban la fachada, instalados en 2006 para frenar el proceso de ruina, y su sustituci¨®n por una estructura que sostiene los muros sin necesidad de apeos. Tambi¨¦n se ha procedido a la limpieza de la abundante vegetaci¨®n que inundaba el patio interior y a la instalaci¨®n de un nuevo sistema de cubiertas para proteger las f¨¢bricas y alfarj¨ªas del monumento. Adem¨¢s, se refuerza la estructura actual mediante un nuevo sistema de madera laminada y policarbonato.
Cuando muri¨® la reina Isabel, sus herederos vendieron el palacio, por su contextura, de f¨¢cil reparto, entre diversas familias nobles: los Porras, los Avenda?o y los Mercado-Pe?alosa. En la parte del mediod¨ªa se estableci¨® un asilo de ancianos, al que se agreg¨® una capilla g¨®tico-mud¨¦jar, donde ahora se encuentra el museo que lleva el nombre del ¨²nico espa?ol de la escuela de Nueva York del expresionismo abstracto, cuyos restos yacen muy cerca de los muros de las antiguas habitaciones de do?a Juana sobre los que se que iban a colgar las obras de Vicente, algunas ahora almacenadas.
La Junta de Castilla y Le¨®n descarta la ampliaci¨®n de la pinacoteca, valorada en unos cinco millones de euros, pero, como apunta su delegado territorial, Javier L¨®pez Escobar, "cuando alguien tenga recursos, nosotros lo ofrecemos [el espacio] en condiciones dignas". Por el momento, una ruina convertida accidentalmente en aula de arquitectura.
Babelia
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