Acuarelas para romper el silencio
El dibujante Gipi regresa al c¨®mic tras a?os de ausencia con ¡®unahistoria¡¯
?rase una vez un dilema. En el pasillo, camino de su habitaci¨®n, Gipi entreve¨ªa una alternativa. A un lado, el ordenador y la llamada de World of Warcraft, un videojuego que mantiene atrapados online a millones de usuarios. ¡°La versi¨®n moderna de la hero¨ªna¡±, resume el creador. Al otro lado, su mesa de trabajo y la posibilidad de parir una historia anal¨®gica: ¡°Iba convencido para jugar, pero, no s¨¦ c¨®mo, acab¨¦ pintando una vi?eta. Escrib¨ª la primera frase: ¡®Dame respuestas complejas¡¯. Y luego hice otros dibujos al lado¡±.
Muchos dibujos despu¨¦s, quiz¨¢s los personajes de World of Warcraft echen de menos a Gipi (Gian Alfonso Pacinotti, Pisa, 1963) pero los lectores ya le tienen de vuelta. Su nuevo libro, fruto de aquella partida frustrada, se titula unahistoria (Salamandra Graphic) y supone el regreso al c¨®mic tras a?os de silencio del autor italiano quiz¨¢s m¨¢s conocido. Por cierto, en la promoci¨®n del libro Gipi ha defendido de los prejuicios habituales no solo su g¨¦nero, sino hasta el t¨¦rmino. ¡°?Llamar a su obra c¨®mic (¡°fumetto¡±, en italiano) no es reduccionista?¡±, le preguntaron. Gipi lo neg¨® tajantemente y ahora a?ade: ¡°Es una batalla en la que me involucr¨¦ hace tiempo. Es que yo hago eso, dibujos y palabras. Un fumetto¡±.
Su ¨²ltimo fumetto, pues, sigue dos hilos aparentemente distantes entre s¨ª: un escritor hospitalizado y obsesionado con dibujar una gasolinera y un ¨¢rbol seco y un soldado que se juega la vida en la Primera Guerra Mundial. Poco a poco, ambas tramas se acercan, acompa?adas por las acuarelas deslumbrantes de Gipi. ¡°Para m¨ª la historia es tambi¨¦n el dibujo, son lo mismo. Los buenos dibujos no son los que sean bellos, sino los funcionales a la narraci¨®n. A veces hice algunos que no encajaban en la trama y los tir¨¦¡±, defiende el artista, que se ha servido por primera vez tambi¨¦n del ordenador. Eso s¨ª, solo para algunos retoques, aunque reconoce que experiment¨® cierta culpabilidad.
¡°Rid¨ªculo¡± se siente en cambio Gipi por sus inseguridades. Y eso que se fue a Francia, obtuvo el premio al mejor ¨¢lbum de Angulema en 2006 por Apuntes para una historia de guerra, fue readoptado en su patria como hijo pr¨®digo y vive de su arte, tambi¨¦n colaborando como ilustrador con medios y editoriales. Pero vete a convencer al subconsciente de tus triunfos. ¡°Me preocupo siempre. Vale que termines el primer libro, llores y pienses: ¡®Nadie lo leer¨¢. ?Para qu¨¦ lo hice?¡¯. Pero llega el segundo, el tercero y pasa lo mismo¡±, relata. Tanto que al final de unahistoria firm¨® con dos fechas: la de su nacimiento y la de la conclusi¨®n de la obra y, en su mente, de su carrera: ¡°Cre¨ª que no se entend¨ªa y que era mi ¨²ltimo libro¡±.
Nada m¨¢s lejos de la realidad: unahistoria ha sido el primer tebeo en quedarse entre los 10 finalistas del premio Strega, el galard¨®n literario m¨¢s prestigioso de Italia. No gan¨®, pero sirvi¨® para llegar a un p¨²blico m¨¢s amplio.
Desde luego, la candidatura tambi¨¦n demostr¨® que el libro hab¨ªa sido la apuesta correcta para su regreso. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ me hab¨ªa parado. Durante a?os no hice c¨®mics decentes. Tras pocas p¨¢ginas mor¨ªan, no los sent¨ªa. Ten¨ªa muchas ganas de dibujar, pero me daba miedo que esta fuera la en¨¦sima pista falsa. Avanc¨¦ por instinto, por deseo y cuando termin¨¦ el libro a¨²n no sab¨ªa qu¨¦ era¡±, asegura Gipi. De hecho, tras unahistoria ha vuelto otra vez a la casilla de salida. A la espera de la nueva chispa, ya ha asesinado tres tramas m¨¢s: ¡°Una carnicer¨ªa¡±. Un arranque, pocas vi?etas, algo no cuadra y adi¨®s. Para siempre, porque Gipi nunca retoma una historia abandonada. Sin embargo, si supera la veintena de p¨¢ginas, avanza hasta el final.
Ah¨ª se halla su mayor obst¨¢culo profesional. ¡°La parte dram¨¢tica es encontrar la historia. No me basta con la trama; necesito un sentimiento, algo que me d¨¦ una motivaci¨®n profunda¡±, revela. En unahistoria, por ejemplo, ha descubierto que el c¨®mic hablaba de ¨¦l gracias a la insistencia de la prensa: ¡°Te preguntan 70 veces: ¡®?Por qu¨¦ el escritor dibuja un ¨¢rbol?¡¯ Y eso te obliga a reflexionar¡±. En concreto, de su esterilidad y de la sensaci¨®n de sentirse ¡°fuera de la naturaleza¡±. ¡°Hab¨ªa nudos de mi existencia que necesitaba afrontar. Es distinto respecto a estar en el sof¨¢ pensando en ello; no consigo reflexionar fuera de la experiencia art¨ªstica¡±, indica.
Tampoco Gipi logra estar lejos de los dibujos. Los echa de menos, dice. Pero tambi¨¦n cuenta con varias pasiones m¨¢s: la m¨²sica, la tecnolog¨ªa, el cine,... Hasta rod¨® una pel¨ªcula que present¨® en el Festival de Venecia: El ¨²ltimo hombre en la Tierra. Gipi no excluye volver a ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara, pero ahora prefiere centrarse en las historietas. En concreto, prepara un fumetto de g¨¦nero fant¨¢stico sobre un ¡°chaval algo tonto que ha de hacerse hombre¡±. Ser¨¢ su siguiente historia. Claro est¨¢, si es que sobrevive.
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