La gratitud va de suyo

Recibir un premio, como el Nacional de Ensayo, ha sido para m¨ª una alegr¨ªa, y aceptarlo, una obviedad. ?Razones para hacerlo? No hacen falta muchas. Es cosa natural en las personas acoger con agradecimiento las muestras de estima por el trabajo realizado, y con esa naturalidad lo recibo. M¨¢s todav¨ªa cuando es un jurado de personas muy cualificadas el que ha tomado la decisi¨®n de conceder el premio. La gratitud, creo yo, va de suyo.

Pero tambi¨¦n es cosa natural en todas las culturas recordar de tiempo en tiempo la relevancia de algunas actividades para la vida en com¨²n, premiando a personas e instituciones que consideran en ese momento representativas. Entre nosotros, es el caso de premios tan c¨¦lebres como los Oscar, Goya, Nobel, Pr¨ªncipe de Asturias y tantos otros que recuerdan la necesidad del cine, el trabajo por la concordia, la investigaci¨®n, las humanidades, las artes o el deporte, a trav¨¦s de esos premiados que cambian en cada edici¨®n.

En el caso del Nacional de Ensayo de este a?o, es la necesidad de la ¨¦tica y la filosof¨ªa para la vida cotidiana la que ha atra¨ªdo la atenci¨®n, y as¨ª lo han entendido tanto los medios de comunicaci¨®n como los amigos y colegas que han hecho llegar su felicitaci¨®n, convencidos de ello. La ¨¦tica es parte indeclinable de la vida humana, pero lo percibimos cuando nos falta, y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, la desigualdad creciente y la pobreza intolerable reclaman otras formas de vida capaces de generar confianza, ejemplaridad y cohesi¨®n social en la vida p¨²blica. La filosof¨ªa es indispensable en la formaci¨®n y en la vida corriente y reducirla en la educaci¨®n es un error.

Ojal¨¢ que los dos mensajes lleguen a quien corresponde. Eso es lo que deseo, agradeciendo a la vez el reconocimiento recibido.