De Mille y su ciudad perdida

S¨®lo en California los arque¨®logos son capaces de desenterrar de la arena del desierto un hallazgo de proporciones b¨ªblicas que no llega al siglo de antig¨¹edad. Se trata de la llamada Ciudad perdida de DeMille. Un total de 21 efigies gigantes que marcaban el camino al templo erigido en honor de Rams¨¦s II, todas ellas construidas en los alrededores de esa ciudad agr¨ªcola con sabor hispano y nada egipcia que es Guadalupe, a unas dos horas de carretera de Los ?ngeles. Mitad historia, mitad leyenda, las efigies y otras cuatro gigantescas figuras del fara¨®n fueron parte de los decorados que Cecil B. DeMille construy¨® para su ¨¦pica pel¨ªcula Los diez mandamientos, la cl¨¢sica cinta muda rodada en 1923 en blanco y negro. Pieza a pieza el decorado fue moldeado en Los ?ngeles y transportado al set para el rodaje de las escenas m¨¢s grandiosas. Demasiado caro para su desmantelamiento y demasiado valioso para que otra producci¨®n pudiera aprovecharse de ellos, la leyenda de Hollywood aseguraba que DeMille los hab¨ªa enterrado. La realidad demostr¨® que fue el desierto quien enterr¨® estas figuras, muchas de ellas desapareciendo por culpa de la arena o el viento. El Dunes Center, con sede en Guadalupe y encargado de la preservaci¨®n ecol¨®gica de la zona, cuenta en su colecci¨®n con la cabeza restaurada de una efigie hueca, hecha con yeso en la d¨¦cada de los veinte para durar unos dos meses. A ella se sum¨® el mes pasado un cuerpo de efigie recientemente excavado por este grupo de arque¨®logos cin¨¦filos. La colecci¨®n permanente tambi¨¦n incluye numerosos artefactos utilizados en la pel¨ªcula para recrear un mundo legendario mucho antes de que nadie pudiera so?ar con decorados digitales.