¡°Lo importante no es lo vivido, lo importante es estar aqu¨ª y ahora¡±
En el primer piso de una casa noble de Coyoac¨¢n (Ciudad de M¨¦xico) se ha sentado con bata gruesa y aire tranquilo Ram¨®n Xirau. El hombre, el poeta y el fil¨®sofo tienen 90 a?os y forman parte de la historia del pensamiento latinoamericano. Su obra filos¨®fica, volcada en la explicaci¨®n del silencio, de Wittgenstein y de Husserl, ha formado a generaciones de intelectuales; su l¨ªrica, un diamante de luz, sigue despertando admiraci¨®n en M¨¦xico.
Es una de las ¨²ltimas grandes figuras vivas de aquella migraci¨®n que, ca¨ªda la Rep¨²blica, desembarc¨® y asombr¨® a Am¨¦rica. Ahora, 75 a?os despu¨¦s de su llegada a tierras mexicanas, Ram¨®n Xirau repasa su vida. En sus palabras hay nostalgia; en sus silencios, recuerdos, pero sobre todo ello se imponen las ganas de vivir.
¡ª?Qu¨¦ piensa del tiempo vivido?
¡ªLo importante no es lo vivido, lo importante es que estamos en este mundo aqu¨ª y ahora.
Es una de las ¨²ltimas grandes figuras vivas de aquella migraci¨®n
Nacido en Barcelona, en su infancia conoci¨®, de la mano de su padre, el tambi¨¦n fil¨®sofo Joaqu¨ªn Xirau (1895-1946), a Antonio Machado y Salvador Dal¨ª. ¡°Los que tomaban por loco a Dal¨ª no se daban cuenta de que era m¨¢s inteligente que ellos, que iba muy por delante¡±, dice. De esa ¨¦poca guarda lo que ¨¦l considera sus mejores recuerdos: la luz del Mediterr¨¢neo y sus paseos por Barcelona, Cadaqu¨¦s o Llan?¨¤. ¡°Tengo ganas de volver a esos lugares, cuando ya s¨¦, por la edad, que no voy a volver¡±, sentencia.
Esa luz perdida no le abandonar¨ªa nunca, ni siquiera al llegar en 1939 a M¨¦xico, el pa¨ªs solar que, mientras el mundo se hund¨ªa en la barbarie, abri¨® los brazos a decenas de miles de republicanos que hu¨ªan de la represi¨®n franquista y los campos de concentraci¨®n franceses. Al desembarcar, la familia no tra¨ªa m¨¢s de siete libros, ¨¦l, concretamente, uno del poeta Pierre Jean Jouve, al que a¨²n hoy sigue leyendo.
En M¨¦xico, donde se nacionaliz¨® en 1955, su creatividad emergi¨® y dio lugar a una fusi¨®n que a¨²n asombra a los que se le acercan. Considerado un poeta mexicano, escribe sus versos en catal¨¢n, mientras que su obra filos¨®fica est¨¢ construida en espa?ol. Octavio Paz, su amigo y admirador, le denomin¨® hombre puente. La definici¨®n le gusta. ¡°Soy un catal¨¢n de M¨¦xico y un espa?ol de Espa?a¡±, bromea.
¡ª?Y qu¨¦ le parece la consulta independentista?
¡ªPara Catalu?a me gustar¨ªa una democracia como la de la Rep¨²blica. Yo creo que Espa?a es un pa¨ªs federable, que no federado, y debe estar unido. Pero ha pasado el tiempo y ahora no es concebible sin monarqu¨ªa.
Como pensador, su Introducci¨®n a la historia de la filosof¨ªa ha sido un manual cl¨¢sico que ha acompa?ado a generaciones de universitarios, pero su c¨¦nit intelectual lo alcanz¨® con su obra m¨¢s personal, con t¨ªtulos del calibre de Poes¨ªa y conocimiento o Palabra y silencio, donde asimila la poes¨ªa y la filosof¨ªa a formas de sabidur¨ªa cercanas y ahonda en su reflexi¨®n esencial, el silencio.
¡°El silencio es lo que da sentido a las palabras¡±, explica el autor en su casa
¡ªEl silencio es lo que da sentido a las palabras. Sin silencio, no habr¨ªa palabras. Es separaci¨®n y continuidad.
¡ª?Y qu¨¦ le ha aportado la poes¨ªa en su vida?
¡ªEs complicado¡ Todo lo que pienso y lo que existe en m¨ª¡
La respuesta ha venido acompa?ada de una larga pausa. Xirau, a veces, deja flotar la mirada por la estancia. En esos momentos parece perdido, pero nunca desaparece del todo. Siempre vuelve. Ni la carga de la edad ni desgracias como la muerte de su ¨²nico hijo han podido con ¨¦l. A¨²n escribe versos y los ense?a con ojos alegres. ¡°Mire este, lo acabo de terminar y dice: ¡®Taula blanca, tres taronges¡±. Luego, lo pronuncia en espa?ol: ¡°Mesa blanca, tres naranjas¡±. ¡°Ya se lo he dicho, me siento muy mediterr¨¢neo¡±.
Entre sus influencias cita a Joan Maragall, Machado y Paz. ¡°Me considero muy cercano a ¨¦l, su definici¨®n de hombre puente es un reflejo de lo que ¨¦l tambi¨¦n era. En mi caso, hay un constante ir y venir entre la poes¨ªa y la filosof¨ªa, entre un pa¨ªs que qued¨® atr¨¢s, la Espa?a de la Rep¨²blica, y uno encontrado, M¨¦xico¡±.
¡ª?Eso es influencia del exilio?
¡ªDecididamente. Perd¨ª un pa¨ªs y gan¨¦ otro.
En este mundo cargado de versos y pensamientos, el autor de poemarios como Las playas o Gradas nunca ha dejado de mirar la realidad m¨¢s cercana, la actualidad. Al hablar de la desaparici¨®n de los 43 estudiantes de Iguala, la tragedia que ha convulsionado al pa¨ªs, se le endurece el rostro.
¡ªEs un horror que pase esto en un pa¨ªs que se supone civilizado. M¨¦xico es ahora m¨¢s peligroso que antes. Espero que no sea definitivo.
Xirau dice esto con una voz diluida por el cansancio. La conversaci¨®n ha llegado a un momento crepuscular. El anciano fil¨®sofo se despide educadamente y se retira. Le hacen compa?¨ªa su esposa, sus 30.000 libros y, algunas tardes, en la habitaci¨®n del primer piso, un pu?ado de disc¨ªpulos. Hablan de filosof¨ªa y poes¨ªa, del silencio y la palabra. Las luces de su vida.
Bibliograf¨ªa seleccionada
Palabra y silencio (1964).
Introducci¨®n a la historia de la filosof¨ªa (1964).
Ciudades (1970).
Poes¨ªa y conocimiento (1979).
El tiempo vivido (1985).
Cuatro fil¨®sofos y lo sagrado (1986).
Memorial de Mascarones y otros ensayos (1985).
Babelia
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