Cristina Garc¨ªa Rodero se confiesa
La fot¨®grafa desgrana secretos de sus cuatro d¨¦cadas de actividad en la Fundaci¨®n Juan March
Menuda, nerviosa y ¡°algo ronca¡±. Reci¨¦n llegada de C¨¢ceres, de recoger un premio, y preparada para irse a la India, a fotografiar la labor de la fundaci¨®n Vicente Ferrer durante un mes. ¡°Es un encargo, algo muy raro en m¨ª¡±. A Cristina Garc¨ªa Rodero (Puertollano, 1949) le cost¨® ayer recordar sus m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de carrera como fot¨®grafa, una labor que le ha llevado a viajar por toda Espa?a.
¡°Me da pavor hablar y escribir¡±, asegur¨® anoche en el ciclo Memorias de la Fundaci¨®n, en el que la Fundaci¨®n Juan March homenajea ¡ªcon un programa-entrevista de radio abierto al p¨²blico¡ª a reputados artistas actuales que en sus inicios recibieron una beca March para iniciar su obra.
Garc¨ªa Rodero se autodefine como ¡°perfeccionista, puntillosa, intuitiva, muy seria con el trabajo, torpe y algo lenta¡±, y un poco de todo eso mostr¨® en la charla, en la que confes¨® que ni siquiera ha empezado a escribir el discurso de entrada a la Academia de Bellas Artes: ¡°Me cuesta¡±. Otra cosa es su arte, la fotograf¨ªa. ¡°Mi c¨¢mara es mi ojo. Pero no valgo como fot¨®grafa de actualidad o de prensa, porque soy lenta y cabezota. Me cuesta llegar a los sitios, a¨²n m¨¢s dejarlos. Yo nunca tonteo ni pierdo el tiempo, porque las circunstancias no se repiten¡±. Por eso dedic¨® 15 a?os a su obra m¨¢s conocida, Espa?a oculta, y por ello lleva haciendo fotos en Cuba desde 1997 sin que a¨²n haya publicado nada.
De su trabajo, de esa indagaci¨®n en el alma espa?ola, Garc¨ªa Rodero, poco dada a abrirse, s¨ª confes¨® bastantes detalles: ¡°Yo no soy ¨¦pica, sino de individualidades. Voy siempre a lugares de mucha gente para acabar haciendo medios planos o retratos. Nunca planos generales, porque no me emocionan. El ser humano es lo que me interesa, lo otro¡ lo otro es meramente descriptivo. La gente sencilla es la que construye un pa¨ªs¡±.
Sobre su legado, una de las razones que le impuls¨® a aceptar el ofrecimiento de ser la primera espa?ola en entrar en la agencia Magnum (¡°Quer¨ªa hablar de fotograf¨ªa con compa?eros, quitarme de encima a los gorrones que me ped¨ªan mi trabajo gratis y que mi obra quedara en buenas manos, porque el tiempo no puede con la fotograf¨ªa¡±), asegur¨®: ¡°Me gustar¨ªa que cuando alguien vea una foto m¨ªa vea mi pasi¨®n, el amor, que encuentren algo de poes¨ªa y que de real esa fotograf¨ªa devenga en surreal¡±.
Tambi¨¦n tuvo tiempo de recordar su primera c¨¢mara, comprada en Ceuta a sus 17 a?os, o de las ventajas del digital. ¡°Con las tarjetas de memoria ahora soy m¨¢s r¨¢pida, no me pierdo cambiando los carretes. Esas ventajas tecnol¨®gicas nos pueden hacer perezosos. A cambio me permite pasar del color al blanco y negro sin problema¡±. Su Espa?a oculta, aquel viaje a los festejos de ¡°un pa¨ªs que sal¨ªa de 40 a?os de oscuridad y que cambiaba muy muy r¨¢pido para bien¡±, le supuso al final un vac¨ªo. ¡°Por las limitaciones idiom¨¢ticas y mis intereses acab¨¦ en Am¨¦rica Latina, en el Caribe¡±, donde realiz¨® otro trabajo excepcional en el que document¨® el culto a Mar¨ªa Lionza, la diosa del agua. ¡°Me asombra la necesidad del ser humano de creer. Ahora estoy con Entre el cielo y la tierra, sobre las religiones, y los cap¨ªtulos van creciendo, creciendo. Trabajo sobre los dos aspectos del ser humano: la espiritualidad y la carnalidad¡±.
No ha fotografiado nada de la actual crisis, pero¡ ¡°Espa?a vive un momento muy triste. Si retratara algo de estos a?os ser¨ªa a la gente desahuciada, porque yo que paso tanto tiempo en la carretera entiendo la importancia de tener una casa. No hay derecho a lo que est¨¢ ocurriendo¡±. Y al final record¨® uno de esos pocos encargos que ha realizado, el de la actual Familia Real: ¡°No s¨¦ por qu¨¦ los Pr¨ªncipes, los hoy Reyes, se fijaron en m¨ª. Intent¨¦ que fueran fotos de una familia normal. Las ni?as son un encanto y ellos muy disciplinados. Pero ya los ten¨ªa preparados y el pr¨ªncipe Felipe no dejaba de hablar y hablar. Yo no sab¨ªa c¨®mo dirigirme a ¨¦l por mis nervios y al final le grit¨¦: ¡®?Ni?o!¡¯. No se enter¨® y fue do?a Letizia quien le dijo: ¡®Eso va por ti¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.