Adultas, pero sin dinero
El n¨²mero de ficciones creadas para Internet se ha multiplicado en los ¨²ltimos a?os La financiaci¨®n es un gran escollo para sus responsables
Las webseries espa?olas tienen, tras 10 a?os de existencia, muchos puntos a su favor: los guiones, la imagen, la producci¨®n y el reconocimiento internacional. A un paso de poder ser definidas como un g¨¦nero adulto, la b¨²squeda de un modelo de negocio es ahora el principal reto de estas ficciones para ver en Internet. Esta es la idea que se extrae de conversaciones con un actor, un creador y una experta que dedica su tesis doctoral a estas obras.
La producci¨®n de series para ver en Internet se ha incrementado en los ¨²ltimos a?os. ¡°Desde 2010, el crecimiento es ya exponencial¡±, se?ala Paula Hern¨¢ndez, de 29 a?os, nacida en Barcelona, que ha decidido dedicar su tesis doctoral a las webseries. El a?o pasado se registraron unas 200 nuevas, seg¨²n los datos recopilados por la barcelonesa. Una de las ¨²ltimas en presentarse este a?o ha sido Aula de castigo, una de las pocas series web espa?olas de terror.
M¨¢s veterana es La supercafetera. Su historia empez¨® a gestarse en 2010. ¡°Fue un verano de estos en el que en un grupo de amigos no ten¨ªa mucho que hacer¡±, recuerda Nacho Ortega, murciano de San Javier, de 29 a?os, que interpreta a Pedro, uno de los protagonistas de esta ficci¨®n en la que tres personajes muy frikis obtienen chapas con superpoderes de un electrodom¨¦stico aparentemente com¨²n: una cafetera. Con ellas pueden hacerse invisibles durante un tiempo, lanzar bolas de fuego o partir en un viaje interestelar.
Despu¨¦s de cuatro a?os en YouTube y con cinco temporadas a sus espaldas, La supercafetera suma casi 30.000 suscriptores y una media de 20.000 reproducciones por cap¨ªtulo, m¨¢s de tres millones en total. Una cifra de difusi¨®n nada desde?able, pero todav¨ªa por debajo de ficciones como la comedia Con pelos en la lengua, que cuenta con 11 millones de visitas.
La financiaci¨®n de La supercafetera, a¨²n escasa, proviene de tres v¨ªas: el porcentaje que la empresa filial de Google les concede por colocar una cu?a de publicidad antes de que empiece el v¨ªdeo ¡ªun euro por cada 1.000 reproducciones, aproximadamente¡ª; algunos proyectos con grandes marcas como Fanta, para quien produjeron Otra historia; un acuerdo con Antena 3, del grupo Atresmedia, por difundir dos temporadas en su p¨¢gina web; y la venta de camisetas, chapas y otros productos de merchandising, que ellos mismos se encargan de distribuir.
Si lo hiciera por un sueldo, ya lo habr¨ªa dejado
afirma el actor Nacho Ortega
¡°Si lo hiciera por un sueldo, ya lo habr¨ªa dejado¡±, afirma Ortega. Sin embargo, reconoce que cuando la serie lleg¨® a un p¨²blico amplio consigui¨® tambi¨¦n visibilidad y seguidores. ¡°El mundo de la interpretaci¨®n es complicado, pero me mantiene activo¡±.
Para el autor de Entre pipas, Jorge Cassinello, gallego de 33 a?os, las webseries son ¡°ocio en peque?as c¨¢psulas¡±. Esta ficci¨®n se basa en las charlas de dos amigos en un banco de un parque. Conversaciones como esta:
¡ªYo no digo que sea cojonudo, digo que es necesario, como comer, beber, dormir...
¡ªT¨² est¨¢s como las maracas. La tristeza es una putada.
¡ªCompletamente de acuerdo, pero es una putada vital.
Un di¨¢logo se fusiona con otro y as¨ª suman ya tres temporadas, con casi 2.000 suscriptores y 375.000 reproducciones en YouTube. ¡°La idea es que fuera algo cortito y multipantalla para la audiencia de hoy¡±, se?ala Cassinello, y a?ade: ¡°Antes ten¨ªa su l¨®gica llamarlas series web, pero ahora todas las series se ven en Internet: House of Cards o Juego de tronos son hoy tambi¨¦n nuestras competidoras¡±.
En 2004 apareci¨® la primera webserie espa?ola independiente, C¨¢lico Electr¨®nico, protagonizada por un superh¨¦roe de animaci¨®n diferente: espa?ol, bajo, gordo y sin poderes. ¡°A partir de ah¨ª, nacieron Qu¨¦ vida m¨¢s triste, Lo que surja, Malviviendo...¡±, repasa Hern¨¢ndez. Diez a?os despu¨¦s, el equipo de C¨¢lico Electr¨®nico recurre al crowdfunding ¡ªel sistema de financiaci¨®n basado en microdonaciones de particulares¡ª sin pudor. No graba hasta que no consigue el dinero necesario para el cap¨ªtulo siguiente. Sin embargo, como asegura Hern¨¢ndez, los productores de las webseries evitan el crowdfunding porque, a fin de cuentas, ser¨ªan familiares y amigos los que ¡°acabar¨ªan echando una mano¡±, apunta.
En un a?o, dos festivales
Espa?a ha celebrado, por primera vez, este 2014 dos festivales dedicados a las webseries: el Carballo InterPlay en Galicia y el Festival Espa?ol de Webseries (FEW) en Madrid. Paula Hern¨¢ndez, experta en el g¨¦nero, explica que el concurso gallego tuvo mucha repercusi¨®n: "El Carballo InterPlay ten¨ªa detr¨¢s el Ayuntamiento de Carballo, que pon¨ªa dinero, trajeron a los creadores m¨¢s importantes y el pueblo se qued¨® s¨²per contento porque se hizo bastante famoso gracias a esto". En cambio, "el FEW no ten¨ªa ninguna plataforma detr¨¢s que le financiara. Contaba con la ayuda de Yomvi [plataforma online de Canal+], que simplemente ofrec¨ªa las webseries seleccionadas durante unos d¨ªas, pero no pon¨ªa nada de dinero".
Uno de los cert¨¢menes pioneros en introducir las series para ver en Internet entre sus categor¨ªas fue el Festival de Cine de Girona, de cuyo jurado Hern¨¢ndez forma parte.
Las webseries espa?olas se encuentran muy a menudo entre las premiadas en festivales internacionales dedicados al g¨¦nero. Para el director Jorge Cassinello, "en EE UU se est¨¢ comercializando m¨¢s el g¨¦nero, pero el gran problema del patrocinio de las empresas es que, en general, contaminan demasiado y acaban convirti¨¦ndose en algo que no es entretenido".
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