Una edici¨®n de lujo para el m¨ªtico cat¨¢logo de Picasso
El sueco Staffan Ahrenberg presenta en Madrid una versi¨®n para coleccionistas del 'Zervos'
Paseando por la Rue du Dragon de Par¨ªs un d¨ªa de 2010, el hombre de negocios y coleccionista de arte contempor¨¢neo sueco Staffan Ahrenberg se tropez¨® con la m¨ªtica galer¨ªa y editorial Cahiers d¡¯Art ¡ªfundada en 1926 tambi¨¦n como revista por Christian Zervos, el autor del que se considera el cat¨¢logo razonado m¨¢s completo de Picasso¡ª y sinti¨® un impulso que ni siquiera ahora, pasados varios a?os y varios libros, sabe descifrar. Mientras lo recuerda, se asoma a su cara una sonrisa divertida y c¨®mplice con su nueva vida de editor. ¡°De pronto, entr¨¦ y pregunt¨¦ qui¨¦n era el propietario, y sin que supiera bien por qu¨¦, sin que consiguiera refrenar mis palabras, la frase decisiva sali¨® de mi boca: ?est¨¢ en venta?¡±. El hombre de la galer¨ªa, entonces mortecina de actividad, le explic¨® que la persona con la que deb¨ªa hablar era su hermano, y cuando al d¨ªa siguiente acudi¨® a la cita, el propietario fue contundente: ¡°Me dijo que era el momento y lugar oportuno: quer¨ªa vender¡±.
De este modo novelesco ¡ªcomo corresponde a Cahiers d¡¯Art¡ª Ahrenberg se convirti¨® en el propietario de la editorial. Ten¨ªa algo de encuentro con el destino, igual que aquel otro de Picasso con las m¨¢scaras de ?frica en el Trocadero, con las que se dio de bruces un d¨ªa de un modo casual ¡ªcomo son los encuentros definitivos¡ª y entonces comprendi¨® tantas cosas determinantes para su obra. ¡°Las se?oritas de Avignon debieron de nacer ese d¨ªa¡±, escribi¨® Picasso al cabo del tiempo.
El mundo de Cahiers d¡¯art era, adem¨¢s, para Ahrenberg cierto regreso a un lugar muy familiar, a la biblioteca de su padre, conocido coleccionista, donde recuerda haber visto tantas veces el famoso Zervos que ahora ha reeditado Ahrenberg en una bell¨ªsima edici¨®n, que busca un p¨²blico de coleccionistas sofisticados, dispuestos a gozar de la belleza, t¨¢ctil tambi¨¦n, de un libro especial que acaba de presentar en la galer¨ªa Elvira Gonz¨¢lez, en Madrid. Es un sue?o hecho realidad en un negocio ¡°complicado desde el punto de vista financiero, como lo fue para Zervos¡±, recuerda.
¡°He le¨ªdo algunas de las cartas entre Zervos y Alfred Barr [entonces director del MoMA] y en ellas comentaba su deseo de publicar la revista en ingl¨¦s y de buscar una mayor implicaci¨®n de las personas pr¨®ximas al museo neoyorquino para ligarlas a la publicaci¨®n. Est¨¢ claro que ten¨ªa las mismas dificultades de todo el que emprende este tipo de edici¨®n. No conoc¨ª a Zervos, pero seguro que se alegrar¨ªa de ver c¨®mo el Picasso se ha publicado en ingl¨¦s, que Cahiers d¡¯Art sale tanto en ingl¨¦s como franc¨¦s y que el MoMA va a apoyar el proyecto¡±.
Tal vez por eso, Ahrenberg se siente contento en este periodo, el de editor de libros extraordinarios como el facs¨ªmil de este documento esencial para la historiograf¨ªa de Picasso. Es el ni?o mimado entre tantos libros seductores que, ahora como entonces, publica la legendaria revista, que en esta nueva vida reaparece respetando el esp¨ªritu inicial: ¡°Seguimos dando su espacio a la arquitectura, as¨ª como a lo actual, que convive con lo cl¨¢sico, igual que ocurriera en los a?os veinte¡±. Junto a la reedici¨®n del Zervos, la editorial prepara el cat¨¢logo razonado de los dibujos de Frank Gehry que compartir¨¢ espacio y entusiasmo con Calder en un mundo donde los libros, sobre todo los editados con esmero, siguen siendo un consuelo para el esp¨ªritu.
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