¡°La realidad desaf¨ªa la inventiva de cualquier escritor¡±
El italiano Claudio Magris se re¨²ne con mil j¨®venes en la Feria de Guadalajara
El protagonista de la Feria del Libro de Guadalajara se enfrent¨® a su prueba m¨¢s dif¨ªcil. La agenda hasta entonces no se lo hab¨ªa puesto f¨¢cil: el autor italiano Claudio Magris recogi¨® el pasado fin de semana el premio FIL 2014, dio un discurso entre autoridades y colegas, firm¨® libros para los lectores, present¨® El conde y otros relatos, su ¨²ltima creaci¨®n, y dijo "s¨ª" a hacerse fotos con unos y con otros, incluso con aquellos cazadores de famosos que nunca hasta entonces hab¨ªan o¨ªdo hablar de ¨¦l. Pero nada de esto, ritos a los que un autor ya consagrado acaba acostumbr¨¢ndose con m¨¢s o menos desgana, genera la inquietud de postrarse ante mil j¨®venes con una hora de tiempo por delante.
¡°Les puedo decir que es m¨¢s f¨¢cil enga?ar a los colegas que a los j¨®venes¡±, advirti¨® desde el estrado el italiano, acompa?ado por el periodista Juan Cruz. El autor encontr¨® el calentamiento necesario para empezar a hablar en sus a?os de escuela, donde aprendi¨® ¡°algo fundamental, que es unir el amor por el estudio con la iron¨ªa¡± y record¨® aquella vez que se equivoc¨® y un maestro le escribi¨®: ¡°Que Dios te perdone, yo no puedo perdonarte¡±.
Roto el hielo a trav¨¦s las an¨¦cdotas y arrancadas las primeras risas adolescentes, Rub¨¦n, un chico mexicano, se lanz¨® con la primera pregunta:
- El pa¨ªs vive un momento de violencia muy dif¨ªcil en el que muchos j¨®venes han liderado las protestas. ?C¨®mo lo ve?
- Es una pregunta muy dif¨ªcil porque la respuesta es obvia. Hay horror por lo que ha pasado, pero el horror o la piedad no resuelven el problema. Lo importante es que por lo menos haya habido esta prueba de indignaci¨®n, de demostrar que no se aceptan estas cosas. Ese ¡®no¡¯, por lo menos, hay que gritarlo.
A eso se refer¨ªa el autor con no subestimar a los j¨®venes. La situaci¨®n de violencia en M¨¦xico, que planea como una constante desde que arranc¨® esa edici¨®n de la feria, hab¨ªa esquivado hasta entonces al italiano. Quiz¨¢s los adultos pensaron que era mejor no incomodar al autor con este tipo de preguntas, pero los formalismos se diluyen entre los adolescentes, atentos con sus auriculares en los o¨ªdos para escuchar a la traductora. ¡°No creo que el mundo tal y como est¨¢ ahora sea la ¨²nica posibilidad de mundo. No hay que rendirse ni pensar que todo es inevitable como la lluvia¡±, les anim¨® el escritor.
Los j¨®venes aplaudieron sus respuestas, los de primera fila vestidos con trajes bordados t¨ªpicos del Estado de Jalisco llegados al sal¨®n principal de la FIL despu¨¦s de 14 horas de autob¨²s desde un pueblo de nombre imposible de recordar.
Se habl¨® tambi¨¦n de literatura, sin importar que la mayor¨ªa de los mil chicos que escuchaban no ten¨ªan edad para leer al europe¨ªsta autor de El Danubio. A Rosa, por ejemplo, le preocupaba el espacio que la realidad y la ficci¨®n ocupan en la creaci¨®n literaria, pregunta que hac¨ªa que el autor levantara las cejas en un movimiento casi involuntario de sorpresa. ¡°La realidad es tan rica que desaf¨ªa la inventiva de cualquier escritor. Yo me quedo fascinado por la realidad, le tengo un gran respeto¡±, contest¨®.
La hora del encuentro se acerc¨® al final con m¨¢s rapidez que la mayor¨ªa de las horas, pero a¨²n hubo tiempo de descubrir aquello que solo este p¨²blico pod¨ªa sacar a relucir del hombre que recorre la feria con gesto serio, del gran protagonista de la FIL. Los detalles que a todos importan pero que solo preguntan los ni?os. A Magris le gusta reunirse con los amigos en el bar, tomarse una cerveza, nadar en el mar, perderse en una playa del Mar Adri¨¢tico y ¡°muchas otras cosas que no podr¨ªa decir delante de tantos j¨®venes¡±.
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